Agradecidos
Dice el refr¨¢n que de bien nacidos es ser agradecidos. Pues aqu¨ª debemos serlo, porque agradecimos somos un rato, solo que cada uno da las gracias a quien le apetece o, en su defecto, a quien le conviene.
Gracias por traer la lluvia a Almer¨ªa, nos ha gritado un espectador a pocos kil¨®metros de la meta. De nada, aunque hay que reconocer que es a nuestro pesar, pero que s¨ª, que parece que es cierto que somos nosotros quienes la traemos. Pas¨® ayer y ha pasado en los ¨²ltimos dos a?os en la Cl¨¢sica de Almer¨ªa, una carrera que se disputa a principio de a?o. Aqu¨ª, en Almer¨ªa, en este paisaje des¨¦rtico donde casi nunca llueve, la excepci¨®n la constituyen los d¨ªas que hay carreras ciclistas. Que tome nota la Diputaci¨®n.
Otros hemos dado gracias a Dios cuando hemos visto a Jes¨²s Hern¨¢ndez tirado en el asfalto a causa de una fuerte ca¨ªda en un descenso. Gracias porque no me ha tocado a m¨ª. Ha sido una ca¨ªda extra?a, al final de una recta. He o¨ªdo que se le ha enredado el chubasquero en la rueda, puede ser, pero no lo s¨¦. Se ha tenido que hacer bastante da?o, porque era una zona muy r¨¢pida. Curiosamente, ayer mismo me encontr¨¦ con ¨¦l en el desayuno y me pregunt¨® que a ver de qu¨¦ iba a tratar hoy en el art¨ªculo. No lo s¨¦, hasta que no me ponga, ni idea, le dije. Y casualidades de la vida, he terminado hablando de ¨¦l, y encima muy a su pesar. De veras que lo siento, espero que no haya sido mucho, y recup¨¦rate bien y pronto.
Yo por mi parte doy las gracias a quien corresponda porque la etapa no ha sido tan loca como la que disputamos sobre id¨¦ntico recorrido hace dos a?os. Yo tengo mi teor¨ªa sobre el porqu¨¦ y creo que no me equivoco. Por cierto y para el que le interese, s¨ª, s¨ª que influye en mi teor¨ªa la Operaci¨®n Puerto.
?Y a qui¨¦n habr¨¢ dado las gracias Fuji (Igor Anton) mientras ganaba la etapa? No lo se, pero seguro que a alguien. Me alegro mucho por ¨¦l, es de mi grupeta de entrenamiento y es un chaval muy majo con un gran futuro por delante. Y no lo digo yo, sino que ayer lo ha demostrado ¨¦l mismo. Ha ganado al m¨¢s puro estilo Laiseka (su maestro, por cierto), aguantando con los que disputan la general y dici¨¦ndoles con su ataque que le respeten, que si ¨¦l no se inmiscuye en su guerra tampoco lo hagan ellos en la suya propia, que no era otra que la etapa. Bravo por ¨¦l.
Y los casta?os tambi¨¦n daban las gracias. S¨ª, hab¨ªa dos casta?os solitarios en una curva a pocos kil¨®metros de la llegada. Yo he reparado en ellos. Constitu¨ªan un oasis de verdor en medio de la nada, una aparici¨®n fantasmag¨®rica. Con sus erizos hinchados y de un verdor fluorescente parec¨ªan querer dar las gracias al microclima de la sierra de los Filabres. Quiz¨¢ eran ellos, con todo, los m¨¢s agradecidos. Quiz¨¢, y no me extra?a.
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