Todas las familias de Fuentes

La familia, ese pilar cambiante, esa recurrencia de obsesi¨®n latina, ese misterio diverso que crece, se reproduce y se niega a morir es el tema sobre el que Carlos Fuentes ha construido su nuevo libro. Lo ha titulado Todas las familias felices (Alfaguara) y no se atreve a definirlo. "No es una novela, no son relatos, que requieren la rapidez de un telegrama. Los personajes aparecen y reaparecen en distintas historias y todo est¨¢ contado por narradores orales", afirma Fuentes, este escritor que transgrede los g¨¦neros, que huye como un lince del encasillamiento y que ayer present¨® la obra solo en el escenario pero acompa?ado en el aforo por unas 300 personas que le aplaudiero a rabiar.

El escritor habla de 'Todas las familias felices' como de una tragedia antigua

Demostr¨® sobre las tablas, bebiendo poca agua y dominando la ret¨®rica como los griegos, dotes de gran actor. Quiz¨¢s por eso le gusta hablar de Todas las familias felices como una tragedia a la antigua. "Un g¨¦nero en el que los personajes eran buenos y malos, que hoy, cuando vivimos en un atroz manique¨ªsmo, est¨¢ muerto.No podemos recrear la cultura tr¨¢gica, pero s¨ª la cr¨ªtica y no quedarnos en lo melodram¨¢tico que no es m¨¢s que una comedia sin humor", asegur¨® Fuentes. Antes hab¨ªa recorrido todos los troncos y las ramas de un nuevo libro ambicioso, donde se mezclan apasionantes tipolog¨ªas de familias movidas por todas las pasiones.

El escritor las present¨® con una lectura de pasajes memorable, en la que demostr¨® una versatilidad como orador y maestro de ceremonias digna de un alumno aventajado de uno de sus maestros, Luis Bu?uel. Fuentes comenz¨® por reflexionar sobre sus propios ancestros. "Mi identidad es dif¨ªcil de definir", asegur¨®. "Vengo de una familia de diplom¨¢ticos y no llegu¨¦ a M¨¦xico a vivir hasta los 15 a?os, aunque me enviaban all¨¢ a pasar los veranos con mi abuela", afirm¨®.

Tiempo ha tenido despu¨¦s de penetrar y desentra?ar los misterios de su pa¨ªs y de su capital, "una ciudad", dijo Fuentes, "que cuando yo nac¨ª ten¨ªa 500.000 habitantes y hoy cuenta con 20 millones", aseguraba mirando al cineasta Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu, autor de Amores perros, magistral fresco de M¨¦xico D. F. o 21 gramos, que le respond¨ªa con una sonrisa c¨®mplice.

El cineasta disfrut¨® del humor y la pasi¨®n de contar que despleg¨® Fuentes al lado de escritores, acad¨¦micos editores y lectores del autor mexicano que ley¨® pasajes de algunas de las nuevas historias y resumi¨® otras con recursos para el suspense e interrogantes varios para captar lectores. Por all¨ª pulularon la madre dolorosa, que cont¨® al asesino de su hija c¨®mo era su v¨ªctima; la madre del mariachi, que habla de un hijo que abandona su casa por desconocer qui¨¦n es su padre y se gana la vida como mariachi, ladr¨®n y despu¨¦s polic¨ªa; los novios que se reencontraron a lo largo de los a?os en un crucero por el Adri¨¢tico; el actor televisivo Alejandro Sevilla, "inspirado en Arturo de C¨®rdoba, que siempre se las arreglaba para incluir en los di¨¢logos de sus pel¨ªculas la misma frase: 'No tiene la menor importancia", afirm¨® Fuentes. O las hijas de El padre eterno, tres hermanas que tienen que acudir a velar su tumba diez a?os en la fecha de su cumplea?os y si no, no heredan; una historia casi tan extra?a como la del cura Benito Mas¨®n, que escondi¨® a su hija en la selva hasta que fue rescatada por un joven idealista.