Partir para no morir
EL VIAJE, la necesidad de partir para estar en constante movimiento. El viaje es la combusti¨®n, es lo que nutre la imaginaci¨®n del que escribe, lo que inspira el estado de evocaci¨®n, las ganas del regreso. Entre el mito y la realidad, el viaje termina siendo la huella, la marca del aventurero. El siglo XIX es conocido por sus grandes viajeros, est¨¢n los naturalistas, los bi¨®logos como Darwin (su viaje a las islas Gal¨¢pagos le inspira El origen de las especies), y est¨¢n los cient¨ªficos y fil¨®sofos como Humboldt, pero est¨¢n tambi¨¦n los escritores rom¨¢nticos como Chateaubriand (Atala, Ren¨¦), George Sand (Cartas de un viajante), de Musset, pero sobre todo aquellos que a trav¨¦s del viaje han marcado sus vidas recorri¨¦ndolas a manera de cicatriz. Est¨¢n, por ejemplo, Flora Trist¨¢n y Lautr¨¦amont. La primera, una gran viajera que se decide a subir sola en un barco que sale desde Burdeos con destino a Per¨². La raz¨®n de su viaje es encontrar a la familia de su padre que vive en Arequipa. Un viaje largu¨ªsimo en un barco en el cual era la ¨²nica mujer. Entonces el viaje se convierte en experiencia fundamental: la vulnerabilidad absoluta. Salir del grupo, convertirse en alguien independiente y aprender a subsistir por sus propios medios. Entre el miedo de lo desconocido, entre el p¨¢nico y la euforia, Flora hace ese viaje y escribe un libro importante: Las peregrinaciones de una paria. Ella no se disfraza, no cambia de nombre, no hay m¨¢scara, es ella la que firma todo lo que ha visto y lo que dice por escrito. Ese viaje la convierte en la precursora del movimiento obrero. La experiencia en Per¨² durante la ¨¦poca del Militarismo la hace comprender que hay una guerra m¨¢s importante por la cual apostar, la de los otros, los olvidados de la historia, los que no poseen rostro, los invisibles. As¨ª, Flora se convierte en una activista obrera, en una caja de herramientas con ideas completamente revolucionarias sobre el divorcio, la pena de muerte y los derechos sociales de la clase obrera. Y escribe Los paseos por Londres, un diario sobre sus viajes por toda Francia donde habla de sus decepciones al no poder comunicar sus ideas a una clase obrera poco instruida, el riesgo, el cansancio a veces, pero siempre, siempre, la pasi¨®n. Y el Conde de Lautr¨¦amont, Isidore Ducasse, nacido en Montevideo, contempor¨¢neo de Arthur Rimbaud, con quien nunca llega a cruzarse aunque hayan pasado cerca por la misma ciudad, Par¨ªs. Lautr¨¦amont est¨¢ escribiendo sus Cantos de Maldoror, luego de abandonar el Liceo de Pau y haber estado encerrado como alumno interno en un colegio de Tarbes, en el suroeste de Francia. Por eso, la violencia de este libro, su exceso, su iron¨ªa y su pulso nervioso, casi para acabar con el lector pasivo. Las sentencias de Lautr¨¦amont: "No es dif¨ªcil escribir prosa, basta con ser un poco rapaz, un poco buitre, un poco pantera". Sus Poes¨ªas son soberbias, y yo, que no las conoc¨ªa. Le agradezco a Pierre Klossowski haberme tomado por el brazo, y en medio de su apartamento de la Rue Glaciere decirme: "Lea a Lautr¨¦amont, hay que leerlo". ?Lautr¨¦amont volvi¨® algunas vez a Montevideo despu¨¦s de su partida a la edad de 13 a?os? Su bi¨®grafo, J. J. Lefr¨¨re sugiere que hizo un ¨²ltimo viaje en 1869, la Prefectura de Tarbes le habr¨ªa expedido un pasaporte. Pero tal vez no, nunca regres¨®; en su caso, no hay biograf¨ªa que se imponga, el mito y la realidad se confunden hasta el d¨ªa de su muerte en Par¨ªs, a los 24 a?os, en pleno periodo de la Comuna. Est¨¢bamos en el siglo XIX, ¨²nicamente existen formas rudimentarias para viajar, lo que hac¨ªa la aventura m¨¢s intensa, por peligrosa. En esa l¨ªnea, Paul Gauguin seguir¨¢ las huellas de su abuela, Flora Trist¨¢n, y dejar¨¢ todo para partir a la Polinesia. En una parte de su diario escribe: "Hay que ser fuerte para resistir a la soledad, pero no me arrepiento de nada". Su abuela hab¨ªa escrito antes: "Nunca me he lamentado de lo que hago desde hace 13 a?os: abandonar la vida calma y segura por la vida agitada, precaria y atormentada. Pero hoy, m¨¢s que nunca me afirmo en mi apuesta".
Sobre el viaje como experiencia fundamental y Flora Trist¨¢n y Lautr¨¦amont
Patricia de Souza, escritora peruana, es autora de las novelas La mentira de un fauno y El ¨²ltimo cuerpo de ?rsula. Acaba de publicar Electra en la ciudad (Alfaguara-Per¨², 2006).
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