El vuelo de los sue?os rotos
Los ocupantes de uno de los aviones llegados ayer a Senegal claman contra su Gobierno por permitir su vuelta
El segundo vuelo desde que se reanudaron el jueves las repatriaciones con Senegal sali¨® ayer de Fuerteventura y tom¨® tierra a las 18.15 en San Luis, con 70 inmigrantes y en medio de un fuerte dispositivo de seguridad. Lo previsto era que el avi¨®n de Air Europa aterrizara la pasada madrugada, pero lleg¨® por la tarde. Tras pasar controles policiales y sanitarios, varios de los sin papeles rompieron a llorar y profirieron gritos contra su Gobierno por permitir su vuelta. Algunos aseguraron que les prometieron viajar a Madrid y que les maniataron para subir al avi¨®n. Pero agradecieron el trato recibido de los agentes espa?oles.
Un total de 180 senegaleses llegaron en tres aviones a San Luis desde Fuerteventura
Tras una fuerte tormenta tropical, el cielo se abri¨® para permitir aterrizar al avi¨®n fletado por el Ministerio del Interior. Nada m¨¢s llegar a la zona de desembarque, unos 50 gendarmes provistos de cascos, escopetas de pelotas de goma y de fuego real que esperaban junto a la pista, hicieron pasillo a ambos lados de la escalerilla. El adjunto al gobernador de la provincia de San Luis, el jefe de la polic¨ªa y el responsable de la Gendarmer¨ªa subieron a bordo para recibir a los inmigrantes. Otro agente senegal¨¦s pas¨® lista mientras los repatriados iban bajando uno a uno y formaban en dos filas entre los gendarmes.
Cuando todos estuvieron en tierra, el grupo se dio la vuelta de forma espont¨¢nea para saludar a los espa?oles que permanec¨ªan en la escalerilla del avi¨®n. Sin dejar la formaci¨®n en que los hab¨ªan colocado, los irregulares saltaron y agitaron sus manos entre gritos de "?Viva Espa?a!" y "Hasta la vista Espa?a". Despu¨¦s, la comitiva de gendarmes y sin papeles, encabezada por las personalidades que les dieron la bienvenida, se dirigieron a la terminal, donde se sentaron al aire libre en sillas de pl¨¢stico.
Una vez all¨ª, los agentes volvieron a pasar lista. Los nombrados, vestidos con ropa deportiva y camisetas con publicidad de un hotel espa?ol, pasaron a una carpa en la que se les practic¨® un reconocimiento m¨¦dico. Despu¨¦s de que les pincharan varias vacunas, otros agentes les interrogaron brevemente en la mesa de al lado antes de dejar que se sentaran de nuevo junto a la terminal.
Fue entonces cuando Lamine Sagna, un joven de un pueblo cercano a la ciudad de Kaolak, que tard¨® 13 d¨ªas en llegar a Espa?a en cayuco, rompi¨® a llorar. Un grupo de compa?eros acudi¨® a consolarlo. Todos gritaban que les hab¨ªan enga?ado dici¨¦ndoles que viajaban a Madrid. Otros profer¨ªan consignas contra el Gobierno senegal¨¦s por haber acordado con Espa?a su vuelta. "All¨ª hab¨ªa gente de muchas nacionalidades y todos ellos se van a quedar. S¨®lo deportan a los senegaleses porque el Gobierno lo permite", afirm¨® uno de ellos.
El llanto de Lamine se extendi¨® r¨¢pidamente. En unos minutos, al menos otros cinco inmigrantes se derrumbaron como ni?os mientras la polic¨ªa acusaba a los periodistas locales y extranjeros de provocar la situaci¨®n. "Los espa?oles nos ataron las manos antes de salir del centro de retenci¨®n", lanz¨® Omar Kunkara, tambi¨¦n de Kaolak. "Nos dijeron que lo hac¨ªan para rebajar la tensi¨®n, porque est¨¢bamos en huelga de hambre desde hace dos d¨ªas", afirm¨® el deportado que, sin embargo, asegur¨® que los polic¨ªas los trataron muy bien. "Nos desataron antes de aterrizar", afirm¨®. Todos se lamentaban de que tan solo les quedaban 24 horas para cumplir con los 40 d¨ªas (m¨¢ximo que contempla la legislaci¨®n espa?ola para el internamiento en centros de retenci¨®n) y quedar en libertad. Pero tambi¨¦n estaban agradecidos por los 50 euros que, dec¨ªan, le hab¨ªa dado a cada uno los polic¨ªas espa?oles.
Las quejas lanzadas ayer en el aeropuerto son similares a las de los primeros deportados, en mayo, que provocaron importantes manifestaciones por todo el pa¨ªs, bastaron al Gobierno senegal¨¦s para detener durante tres meses y medio los vuelos. Las autoridades del pa¨ªs africano exigieron a Espa?a que respetara los derechos humanos en las operaciones de deportaci¨®n. Un coronel de la Gendarmer¨ªa en funciones de portavoz del cuerpo reconoci¨® a EL PA?S la semana pasada que los agentes espa?oles no lo tendr¨ªan f¨¢cil para embarcar a los senegaleses de vuelta.
A diferencia de los interceptados en cayucos o cuando se dirig¨ªan a ellos, los devueltos ayer no pasar¨¢n por dependencias policiales sino que podr¨¢n volver inmediatamente a sus casas. Los agentes dieron a cada uno de ellos 10.000 francos CFA (15 euros) para que pudieran hacer el trayecto en transporte colectivo y comprasen comida. Un grupo formado por unos 10 se conjur¨® en el mismo aeropuerto para volver a intentar la traves¨ªa a Canarias en cuanto terminara todo. Cincuenta minutos despu¨¦s de su aterrizaje, el avi¨®n que los trajo a San Luis volvi¨® a partir.
Los inmigrantes se levantaron de nuevo de sus asientos para saludarlo y decirle adi¨®s. Una hora y media despu¨¦s aterriz¨® otro avi¨®n cargado de inmigrantes. A ¨²ltima hora lleg¨® un tercer aparato desde Fuerteventura. En total, fueron 180 los sin papeles repatriados. El aer¨®dromo de San Luis, al norte de Senegal, que s¨®lo recibe un avi¨®n a la semana procedente de Par¨ªs (Francia), parece que ser¨¢ el punto de llegada del puente a¨¦reo migratorio acordado por los Gobiernos de ambos pa¨ªses.
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