Los devotos de los 'clicks' se dan cita en la feria de coleccionismo de Playmobil
Para los que gozan de esp¨ªritu de Peter Pan, la crisis del petr¨®leo de los a?os setenta tuvo una consecuencia positiva: de rebote, nacieron los playmobil, esos mu?equitos risue?os que resisten heroicamente la competencia de las videoconsolas. Nacieron en 1974, cuando una empresa alemana decidi¨® reducir costes y encarg¨® a un dise?ador de cabinas de aviones un juguete peque?o y apto para todos los bolsillos. Los primeros modelos recreaban la Europa medieval, el salvaje Oeste de los vaqueros y el curro de los sufridos obreros de la construcci¨®n. En Espa?a desembarcaron dos a?os m¨¢s tarde y se rebautizaron como clicks (ellos) y clacks (ellas). Fueron una de las diversiones favoritas de la generaci¨®n del baby boom, cuyos miembros son hoy treinta?eros creciditos. Muchos de esos ni?os que se iban a dormir a la cama con los gallos del peludo Casimiro, mantienen todav¨ªa viva su pasi¨®n por los playmobil sin que les importe ser tildados de frikis.
Este fin de semana los entusiastas de los clicks -tanto cr¨ªos como adultos- se dan cita en Barcelona en la feria del coleccionista de Playmobil para intercambiar figuras, comprar novedades y quedarse boquiabiertos frente a los decorados poblados por los mu?equitos de sus amores.
El encuentro, organizado por la asociaci¨®n Playclicks, se celebra hasta hoy en la Facultad de Qu¨ªmica de la Universidad de Barcelona (avenida Diagonal, 645-647). El a?o pasado acudieron a la edici¨®n inaugural de esta feria 4.000 personas. Los coleccionistas de pata negra fueron ayer los m¨¢s madrugadores. S¨®lo en convocatorias as¨ª pueden adquirir modelos especiales de una distribuci¨®n muy limitada o accesorios min¨²sculos y descatalogados. Como gran reclamo, se ha puesto a la venta lo ultim¨ªsimo en el universo playmobil: ?al fin llegan los romanos!, cumpli¨¦ndose de esta manera una vieja petici¨®n de los devotos de los clicks. Algunos coleccionistas, que van con maletas, se han llegado a gastar 3.000 euros de una tacada, si bien el gasto medio es de unos 200 euros, explican los organizadores.
Jordi Carpio, de 33 a?os, no puede precisar cu¨¢ntos playmobil tiene en casa, pero asegura que superan los 5.000. Su posesi¨®n m¨¢s preciada es un ayuntamiento, con su alcalde y concejales incluidos. "Me cost¨® 300 euros, pero esta semana han vendido en eBay uno igual por 1.500", se felicita. Entre los clicks expuestos -con sus caras inspiradas en el t¨ªpico dibujo infantil de un rostro- tienen un gran ¨¦xito los que evocan la ¨¦poca victoriana, una suerte de versi¨®n pop de la cl¨¢sica casa de mu?ecas.
Aunque la oferta de figuritas es muy amplia -desde expediciones al Polo Norte a la codiciada goleta de los piratas-, los hay que no tienen bastante y se crean sus propios personajes. En Internet se pueden encontrar v¨ªdeos did¨¢cticos sobre c¨®mo cargarse un playmobil para reutilizar sus partes. La masilla hace milagros, algo que se puede constatar en una vitrina donde se exponen estas creaciones: un guardia civil, el neng de Castefa, la patrulla-X, los marcianos de V y una corista con unas tetas descomunales, entre otras. "En ninguna tienda se puede encontrar algo as¨ª", dice el Pigmalion de la p¨ªcara clack.
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