Sisa y el 'crimen del PSC'
El cantautor desea a Montilla que sea presidente, pero le reprocha el final de Maragall
"Os hab¨¦is cargado a Maragall. Ha sido un crimen de familia. Una tragedia. Tendr¨ªais que haber ido juntos y formar un t¨¢ndem para sumar los votos del cintur¨®n y los maragallistas".
El cantautor Jaume Sisa vio a Jos¨¦ Montilla, candidato del Partit dels Socialistes, y le lanz¨® un reproche que le sali¨® del alma. Eran las 21.30 horas y el momento del aperitivo en uno de los salones del hotel Oriente, en La Rambla, en Barcelona, donde iban llegando el medio centenar de miembros del lobby Uno de los Nuestros, que no tiene mayor pretensi¨®n que reunir el segundo lunes de cada mes a un pu?ado de ciudadanos de diferentes sectores, especialmente de la cultura y del deporte, los dos mundos del fundador y l¨ªder espiritual del grupo, Joan Estrada, para compartir mesa y buenos vinos. Montilla acept¨® la invitaci¨®n de Estrada y fue saludando a los comensales hasta que Sisa le vio acompa?ado de Ferran Mascarell, consejero de Cultura, y de Carles Mart¨ª, regidor de Cultura y de Ciutat Vella, y se acord¨® del presidente ca¨ªdo y le sali¨® la rabia que llevaba dentro.
"No ten¨ªa planes de ser ministro y menos de presidir la Generalitat", insisti¨® el candidato
"Eso no es verdad", le replic¨® impert¨¦rrito Montilla a Sisa, asegurando que Maragall se quer¨ªa ir; que hubiera podido seguir y que ¨¦l se presentaba por su renuncia.
Y el di¨¢logo, m¨¢s o menos en estos t¨¦rminos, prosigui¨® as¨ª:
"No me creo nada de todo esto", dijo Sisa. "Es imposible que Maragall se presentara en contra del partido y de Zapatero".
"Si ¨¦l siguiera, yo no me presentar¨ªa", repiti¨® Montilla.
"?Crees que Pepe Rubianes habr¨ªa aguantado su funci¨®n en el Teatro Real si Alberto Ruiz-Gallard¨®n lo hubiera consentido?", le pregunt¨® Sisa.
"Bueno... No conozco mucho el caso...", dijo el candidato.
"Pues no, porque se jugaba el cuello. Como vosotros, con el caso de Maragall. Le hubierais cortado las alas, como hab¨¦is hecho".
Fue el ¨²nico momento tenso de la cena, que discurri¨® con tranquilidad entre una ensalada, el rost-beef y un vino que Montilla casi ni prob¨®. El candidato hizo un breve discurso en el que asegur¨® que ¨¦l estaba muy tranquilo en Madrid como ministro y que, tras la renuncia de Maragall, le ilusiona su nuevo reto. Y luego acept¨® el turno de preguntas abierto por Eduard Ruiz Casta?¨¦, director de la Fundaci¨® Puigvert, que le pregunt¨® si en el pasado ya aspiraba a ser presidente y por el grado de independencia del PSC. "Somos un partido independiente y Zapatero lo sabe. Y yo no ten¨ªa planes de ser ministro y menos de presidir la Generalitat. La decisi¨®n de ser candidato se tom¨® tras la renuncia de Maragall", dijo cerrando un instante los ojos. "?sa es la realidad".
Y Montilla oy¨® despu¨¦s las inquietudes de la pintora Francesca Llopis y del escen¨®grafo Pep Duran sobre la independencia y el futuro del Consejo de las Artes; comentarios sobre la necesidad de superar el debate sobre si el cine o literatura catalana es s¨®lo la hecha en catal¨¢n (el director de cine Carles Balagu¨¦) o quejas de Joan Estrada, que lament¨® la falta de industria cinematogr¨¢fica en Catalu?a. Y que, por no haber, no hay ni estudios de cine.
Casta?¨¦ quiso saber si el PSC hab¨ªa jubilado a Maragall y Montilla, nuevo miembro del lobby, le replic¨®: "No lo est¨¢: pretender que no hable es no conocerle". Y Sisa cerr¨® la noche: "Por un lado, te deseo mucha suerte y que seas t¨² y ning¨²n otro el futuro presidente. Te veo una persona con juicio, de orden y razonable. Maragall ten¨ªa ese punto art¨ªstico, po¨¦tico y de imaginaci¨®n. Toda la gesti¨®n no tendr¨¢ sentido si no le damos alas a la creaci¨®n. Te pedir¨ªa que le dieras cada d¨ªa a Catalu?a cinco minutos de voladura (locura)". La gente le ovacion¨®. Mascarell, siempre mudo, sigui¨® tomando notas.
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