La Boba est¨¢ de vuelta
D'Alessandro, tras una gris etapa en Alemania e Inglaterra, triunfa en Zaragoza
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Grita, hace caranto?as al ¨¢rbitro, empuja al contrario, regatea, asiste con precisi¨®n, le pega duro a la pelota, grita de nuevo, sonr¨ªe, y vuelta a empezar. Andr¨¦s Nicol¨¢s D'Alessandro (Argentina, 1981), volante izquierdo del Zaragoza, ha regresado al f¨²tbol. Nunca lo dej¨®, pero poco se supo de ¨¦l en los tres ¨²ltimos cursos, cuando jug¨® en el Wolfsburgo alem¨¢n y en el Portsmouth ingl¨¦s. "Si no tiro ca?os o regateo a mi estilo, no r¨ªo. Y si no r¨ªo, no disfruto con el f¨²tbol", defiende el Cabez¨®n. "La Romareda, extra?amente, resucita a los jugadores", advirti¨® V¨ªctor Fern¨¢ndez, t¨¦cnico del Zaragoza, cuando le trajo este verano. El diez, en tres partidos, ha dado dos asistencias de gol, ha rematado dos veces al poste y comandado el juego ofensivo con Aimar. "Pero no para de gritar", lamentan divertidos sus compa?eros. "Yo rompo las pelotas, ?Toc¨¢, toc¨¢! Y, ya cansados de aguantarme, me la pasan", replica D'Alessandro.
Su padre, Eduardo, lleg¨® a jugar como lateral izquierdo con los reservas de San Lorenzo. Cuando D'Alessandro cumpli¨® un a?o le regal¨® una pelota. No alzaba medio metro y en el barrio de La Paternal (Buenos Aires) ya era famoso por sus regates en la canchita que se montaba en la plaza con las cajas de la verduler¨ªa de la vecina. "No me qued¨® otra que llevarle al Racing para que jugara", explica su madre, Estela. De all¨ª pas¨® a Jorge Newbery, donde el equipo consigui¨® 59 puntos de 60 posibles, y, con diez a?os, al Estrella Maldonado. Entonces lo vio Guillermo Rodr¨ªguez, trabajador del River, que se lo llev¨® al club para que lo vieran. Al cabo de media hora, ya estaba corriendo con los infantiles de los Millonarios. Esa fue una ¨¦poca tan dura como feliz. Durante la semana entrenaba por las ma?anas y, por las tardes, trabajaba de fontanero con su t¨ªo o de repartidor de pizzas. "Intentaba ayudar a mi padre, que se romp¨ªa el lomo por traer plata a casa como taxista", recuerda D'Alessandro; "pero como no me dejaba llevar moto, hac¨ªa los repartos corriendo". Eduardo recoge el testigo: "Tambi¨¦n trabajaba porque no quer¨ªa pedirme dinero para ir a bailar". Pero lo que m¨¢s le gustaba era hacer de recogepelotas de Francescoli, Gallardo, Ortega...
En noviembre de 1999 son¨® el tel¨¦fono en su casa. "D¨ªgale a su hijo que vaya a pedir una autorizaci¨®n para salir del pa¨ªs. Viaja con la selecci¨®n", dijo Eduardo Urtas¨²n, preparador f¨ªsico de la albiceleste, por aquel entonces dirigida por Marcelo Bielsa. El Cabez¨®n a¨²n no hab¨ªa debutado con el primer equipo del River. "Seguro que est¨¢n bromeando", le dijo Estela. Al poco, estaba en Espa?a haciendo de sparring de Simeone. A su regreso, Ram¨®n D¨ªaz, t¨¦cnico de River, le llam¨® para hacer la pretemporada. S¨®lo jug¨® un partido. Ah¨ª estaba Aimar, ahora compa?ero en el Zaragoza. Cuando Aimar se fue, D'Alessandro se asent¨®. Entonces el club ya hab¨ªa rechazado dos ofertas, del M¨®naco y del West Ham. "Puede ser un nuevo Maradona", dijo Harry Redknapp, t¨¦cnico del West Ham. River subi¨® su precio de cuatro a seis millones.
Su coronaci¨®n fue en 2001, cuando se lesion¨® Livio Prieto y Jos¨¦ P¨¦kerman le reclam¨® para el Mundial Sub-20 de Argentina. Empez¨® en el banquillo pero acab¨® con el bal¨®n de plata y campe¨®n del torneo. La internacionalidad absoluta le lleg¨® pronto; Bielsa confi¨® en ¨¦l para ganar el oro en los Juegos de Atenas 2004 y participar en la Copa Am¨¦rica del mismo a?o en Per¨². D'Alessandro dio a conocer su regate: la Boba -amaga con la derecha y se la lleva con la izquierda-, llamado as¨ª por su ex compa?ero del River Chacho Coudet "porque deja al rival con cara de tonto". Lo constataron las estrellas en el Bernab¨¦u en 2002, en el centenario del Madrid. "Es un enamorado del bal¨®n hasta el punto de ser vicioso", dijo Valdano.
El Wolfsburgo, en 2003, pag¨® 9,5 millones de euros al River. Pero D'Alessandro no se amold¨® al estricto r¨¦gimen del t¨¦cnico Klaus Augunthaler. Fue cedido al Portsmouth de Redknapp pero tampoco se acopl¨® al juego directo de la Premier. Ahora, el Zaragoza se guarda una opci¨®n de compra. D'Alessandro sonr¨ªe.

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