El artista de la conversaci¨®n
Trueba y Alegre muestran otra vertiente genial de Fern¨¢n-G¨®mez en 'La silla de Fernando'
A Fernando Fern¨¢n-G¨®mez (Lima, Per¨², 1921) nunca le ha preocupado en exceso preservar su buena imagen. A veces, incluso, ha hecho por alimentar su fama de hombre hosco y de mal car¨¢cter. En La silla de Fernando, una pel¨ªcula de Luis Alegre y David Trueba, tampoco ejerce de agente de prensa de s¨ª mismo. Durante 85 minutos, este actor que se declara t¨ªmido, ateo y maniqueo se muestra con todas sus virtudes y defectos mientras habla sobre su escepticismo vital, sus frustraciones, la vejez o su afici¨®n a las mujeres. "Yo creo que puede existir perfectamente una amistad entre un hombre y una mujer, siempre que ese hombre no sea yo".
La silla de Fernando, estrenada en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n esta semana, "no es un documental sino una pel¨ªcula-conversaci¨®n", explica Trueba. "Fernando necesitaba un g¨¦nero para ¨¦l solo". El cineasta, autor de Obra maestra y Soldados de Salamina, y Alegre, escritor y periodista, conocieron a Fern¨¢n-G¨®mez en la Nochevieja de 1990. Ya aquel d¨ªa se quedaron con la sensaci¨®n de ser unos privilegiados por poder sentarse a charlar con "el mejor de todos los conversadores". Con los a?os, ratificaron aquella primera impresi¨®n: que Fern¨¢n-G¨®mez, galardonado con el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes en 1995, es el contertulio "m¨¢s arrebatador, excitante, explosivo, l¨²cido, desprejuiciado" y al mismo tiempo "el menos pedante, previsible y pol¨ªticamente correcto" de cuantos conocen. Y quer¨ªan que se descubriera. De esa fascinaci¨®n naci¨® La silla de Fernando. "Quer¨ªamos que la gente llegara a atisbar lo que es una sobremesa con ¨¦l".
El pecado nacional
"?Pero esto ya le va a interesar a alguien?", Fern¨¢n-G¨®mez no puso m¨¢s peros que ¨¦se cuando Trueba y Alegre le plantearon el proyecto. Ni siquiera quiso ver el gui¨®n. Tampoco hubiese servido de nada. "?l conduc¨ªa la conversaci¨®n por caminos por los que nosotros pens¨¢bamos que no iba a discurrir. Con ¨¦l no puede ser de otra manera...", explica Alegre. Durante 20 horas y en 11 sesiones, el actor, ganador de seis premios Goya, desnud¨® su pensamiento sentado en una silla en su casa de Algete, en Madrid. Habl¨® de que ya, a sus 85 a?os, no tiene futuro; de su ate¨ªsmo; de su frustraci¨®n por no haber podido llevar una vida de lujo; de su rinitis cr¨®nica; de la dictadura; de la necesidad que ha sentido a veces de cultivar su fama de malencarado para protegerse de quienes "no hacen m¨¢s que dar la lata". Y de uno de los deportes m¨¢s extendidos en Espa?a: "El pecado nacional no es la envidia, es el desprecio, incluso el desprecio a la excelencia", sentencia.
En esa larga conversaci¨®n, que ha quedado reducida a 85 minutos, Fern¨¢n-G¨®mez descubre muchos aspectos de su personalidad y confiesa sin complejos cuestiones como su afici¨®n a la bebida: "Una vez me preguntaron qu¨¦ es lo que m¨¢s satisfacci¨®n me produc¨ªa a m¨ª en esta vida y yo respond¨ª: infaliblemente, s¨®lo el alcohol". Casi de lo ¨²nico que no habla en La silla de Fernando, que a¨²n no tiene fecha de estreno, es de su vida ¨ªntima. Se la reserva para s¨ª. "Es una persona muy p¨²dica. Guarda muy bien sus sentimientos para ¨¦l y para sus seres queridos", apunta Trueba.
El actor, protagonista de Balarrasa (1950), El viaje a ninguna parte (1986) o Belle ¨¦poque (1992), a¨²n no ha visto el retrato que ha hecho de s¨ª mismo. Porque puede decirse que la pel¨ªcula la ha hecho ¨¦l con su ingenio, con su arte para conversar. Trueba y Alegre apenas intervienen en esta conversaci¨®n, s¨®lo interrumpida por algunas fotos de la infancia del actor, im¨¢genes de algunas de sus pel¨ªculas y la m¨²sica original de Enrique Morente, con Bebo Vald¨¦s al piano y Ni?o Josele a la guitarra.
Dicen sus autores que La silla de Fernando no es un homenaje a Fern¨¢n-G¨®mez, actor que hoy ser¨¢ homenajeado en Madrid tras haber sido galardonado con el VIII Premio Juli¨¢n Besteiro de las Artes y las Letras por su trayectoria. "Es un homenaje que ¨¦l nos brinda a todos. Especialmente a todos aquellos admiradores que no han tenido el privilegio de ser sus amigos", aseguran. El p¨²blico de San Sebasti¨¢n recibi¨® el filme con muchas risas y la sensaci¨®n de que Fern¨¢n-G¨®mez es una de las pocas personas capaces de resistir hora y media hablando sin ocultarse en la gran pantalla y salir airoso de la faena.
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