La firma del monstruo
Se subastan acuarelas y dibujos atribuidos a Hitler por 170.000 euros
Hubo revuelo, competencia y comedia en la subasta de acuarelas y dibujos atribuidos a Adolf Hitler, celebrada ayer en un hotel de Lostwithiel, un acogedor pueblo de Cornualles (Reino Unido). Las 21 obras, adem¨¢s de dos ejemplares de un libro sobre la vena art¨ªstica del l¨ªder nazi, se vendieron en total por 170.000 euros, doble de lo estimado por la casa de subastas Jefferys. El inter¨¦s se mantuvo vivo, con re?idas pujas en directo y por tel¨¦fono, aunque nadie confirma la autenticidad de las pinturas.
Un coleccionista ruso pag¨® la cifra m¨¢s alta, 15.000 euros, por una escena de la iglesia de Preux-au-bois, valorada inicialmente por encima de 3.600 euros. Joven, trajeado, con la mirada oculta tras gafas de sol y acompa?ado de una rubia enjoyada, adquiri¨® media docena de las obras en papel relacionadas con la juventud de Hitler. No quiso identificarse ni explicar los motivos de su inter¨¦s por las acuarelas, aunque s¨ª recogi¨® varias fotocopias de la documentaci¨®n que las acreditan como genuinas.
Algunos expertos han manifestado sus dudas sobre la autenticidad de las obras vendidas
?Originales o falsas? La duda persist¨ªa ayer. "Hemos hecho todas las averiguaciones posibles", se?al¨® el subastador Ian Morris. Jefferys protege el anonimato de la vendedora, una viuda belga entrada en a?os, que puso en venta su colecci¨®n animada por los 7.000 euros que la misma casa de subastas obtuvo el a?o pasado por una caricatura de un cartero alem¨¢n dibujada por Hitler.
La viuda hered¨®, al parecer, las acuarelas de su marido, quien las guardaba en una maleta en el ¨¢tico de su granja de Evelette, en la regi¨®n belga de Huy, desde los a?os treinta del siglo pasado. En esa zona fronteriza con Francia, el veintea?ero Hitler hab¨ªa cumplido el servicio militar. Era cabo y mensajero de las tropas b¨¢varas durante la I Guerra Mundial, y dispuso de tiempo libre para dibujar paisajes y edificios pr¨®ximos al frente.
Seg¨²n las verificaciones efectuadas en 1986, refugiados franceses dejaron en la granja las pol¨¦micas obras. "Sabemos que a Hitler le robaron una serie de acuarelas y dibujos al final de la de la guerra. Pueden ser ¨¦stas", se lee en un documento. Pruebas de laboratorio tambi¨¦n cotejan positivamente el papel, la pintura, los escenarios y la firma de cada obra. Este a?o, Jefferys identific¨® las escenas ilustradas en cada cartulina.
Los supuestos diarios de Hitler, divulgados hace dos d¨¦cadas por The Sunday Times, resultaron falsos, y algunos expertos piensan que la misma suerte pueden correr los coleccionistas rusos, estonios, estadounidenses y brit¨¢nicos que ayer compraron las acuarelas en Lostwithiel.
"Preservo mis sospechas. La documentaci¨®n sobre su procedencia no viene avalada por ning¨²n instituto independiente", advierte Terry Chapman, historiador del Museo Imperial de la Guerra, en Londres. "Algunos firmantes de la documentaci¨®n est¨¢n implicados en falsificaciones", admite Mike Palmer, un coleccionista de aut¨®grafos que vendi¨® la mencionada caricatura de Hitler. Jefferys entreg¨® las obras subastadas ayer sin un certificado oficial de autenticidad. Atribuye pero no confirma la autor¨ªa del joven Hitler.
El ambiente se calde¨® en la subasta. No por los rayos de sol que inundaban el sal¨®n del hotel Restomer Lodge, ni por la rapidez e intensidad de las pujas. "Es un mussolini, no un hitler", grit¨® de pronto un tipo con un identificable bigote pintado de negro. "Es dinero ensangrentado. Donadlo a las v¨ªctimas del Holocausto", le secund¨® un amigo. Intervinieron los agentes de seguridad y desalojaron a media docena de j¨®venes. Entre ellos Aron Barschack, el autoproclamado "terrorista c¨®mico" que, en 2003, se col¨® en el cumplea?os del pr¨ªncipe Guillermo en el castillo de Windsor. Viaj¨® ayer desde Londres a Cornualles para protestar con humor contra la subasta. "Hitler fue un asesino en masa. Hay que quemar sus dibujos, no hacer dinero con ellos", exclam¨® Barschak a la puerta del hotel.
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