C¨®rtense las u?as antes de entrar
La Uni¨®n Europea contar¨¢ el pr¨®ximo 1 de enero con casi 30 millones de habitantes y 340.000 kil¨®metros cuadrados m¨¢s que significan la continuidad territorial desde el Alentejo hasta las puertas de Estambul. Con la incorporaci¨®n de Rumania y Bulgaria, Europa parece ya el camarote de los hermanos Marx, donde hay que cortarse las u?as antes de dar paso a m¨¢s gente. Es una Europa ancha y deshilachada, incapaz de tomar decisiones en multitud de cuestiones que afectan diariamente a la vida de sus ciudadanos. Las que toman los Estados nacionales apenas valen en un mundo global que revienta las costuras de las fronteras y disuelve las soberan¨ªas. Cuando debe tomarla la UE, no hay forma de hacerlo porque en muchas cuestiones trascendentes se requiere la unanimidad. La Constituci¨®n que deb¨ªa facilitarlo est¨¢ ah¨ª averiada en el aparcamiento, sin que nadie sepa como repararla. En una comunidad tan amplia, de 27 miembros bien dispares, se ha perdido todo sentido de familia y lo ¨²nico que rige es el inter¨¦s particular de cada uno. Y con frecuencia, los gobiernos echan gasolina antieuropea en la hoguera populista.
No se quiso hacer la Europa de varias velocidades pero se est¨¢ obteniendo una Europa de asimetr¨ªas monstruosas. De una parte, hay una Comisi¨®n Europea que tiene los poderes ejecutivos de un gobierno respecto al mercado ¨²nico, y especialmente en competencia. De la otra, nadie tiene capacidad de resoluci¨®n en defensa, seguridad, exteriores, pol¨ªticas sociales y econ¨®micas, inmigraci¨®n o fiscalidad. Cuando el Gobierno espa?ol comete un error tras otro en su desquiciado e in¨²til esfuerzo por evitar la entrada de E.ON en Endesa, la comisaria Nelly Kroes puede atizar al pecador hasta dolerle la mano en defensa de la libre competencia y de la libertad de establecimiento de las empresas. Pero ay de los europeos si se enfrentan a cuestiones de urgencia pol¨ªtica o que afectan a la vida y al bienestar diario, sea la guerra de L¨ªbano, las vi?etas de Mahoma, o los cayucos. Todo funciona muy bien a la hora de defender a los accionistas y poco, mal y despacio cuando hay que defender a los consumidores o a los ciudadanos.
El envite m¨¢s trascendente en el que est¨¢ comprometida ahora mismo Europa nada tiene que ver con la Comisi¨®n, poco con la Uni¨®n Europea y nada con la Alianza Atl¨¢ntica. Se trata de la participaci¨®n europea en el contingente de Naciones Unidas en el L¨ªbano, donde tropas italianas, francesas, alemanas y espa?olas han recibido la misi¨®n de garantizar la seguridad de las poblaciones del sur del L¨ªbano y del norte de Israel e impedir que se encienda de nuevo la guerra entre Hezbol¨¢ y el ej¨¦rcito israel¨ª. Si la estabilizaci¨®n es un ¨¦xito, cabe imaginar que un esfuerzo similar pueda extenderse a Gaza y Cisjordania para garantizar un proceso de paz entre palestinos e israel¨ªes ya definitivo y eficaz. As¨ª es como se hace Europa, en una acci¨®n tan arriesgada y costosa en la que s¨®lo est¨¢n cuatro estados miembros y Naciones Unidas.
En las campas de Valmy, en la ruta que va de Par¨ªs hacia Alemania, tuvo lugar el 20 de setiembre de 1792 lo que ha pasado a la historia como un mito fundacional de la Francia republicana y pudiera ser ahora mismo el s¨ªmbolo del desquiciamiento europeo. Un ej¨¦rcito austro-prusiano, trufado de nobles franceses exiliados, vio interrumpida su marcha hacia la capital en una batalla que abri¨® las puertas a la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica, al d¨ªa siguiente. Las ideas de soberan¨ªa popular, de naci¨®n de ciudadanos y de ej¨¦rcito de conscripci¨®n popular -la naci¨®n en armas- es lo que celebra el mero nombre de esta victoria. El d¨ªa del aniversario, quienes invadieron el lugar para celebrar un mitin electoral fueron las huestes de Le Pen. La extrema derecha populista y xen¨®foba, antieuropea y heredera de la contrarrevoluci¨®n, los enemigos de Valmy que llamaban a la Rep¨²blica La Gueuse (la indigente) son los que ahora quieren apoderarse de la naci¨®n y de la ciudadan¨ªa. Por debajo, la naci¨®n se extingue y, por arriba, la Europa pol¨ªtica sigue desaparecida.
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