Voluntario en Europa

El uso de aceites m¨¢s sanos es uno de los objetivos de los programas para combatir la obesidad de los pa¨ªses europeos. Pero en la UE las autoridades no se han atrevido a limitarlos por ley, con la excepci¨®n de Dinamarca, que ha establecido limitaciones. Ello ha abierto otro debate: si puede prohibirse la adici¨®n a los alimentos de un componente que otros tienen de forma natural.

Por eso la Comisi¨®n Europea prefiere actuar en el campo de la informaci¨®n y el etiquetado, aunque todav¨ªa no sea obligatorio indicar el contenido de ¨¢cidos trans en los alimentos, como s¨ª lo es en Estados Unidos.

Espa?a sigue el modelo de acuerdo voluntario con la industria. As¨ª ha quedado establecido en la Estrategia para la Nutrici¨®n, Actividad F¨ªsica y Prevenci¨®n de la Obesidad del Ministerio de Sanidad espa?ol. En ¨¦l se insta a la industria y, sobre todo, a los comedores escolares, a reducir el uso de ¨¢cidos grasos trans y a sustituirlos por otras grasas.

Tambi¨¦n, al igual que en Nueva York, hay un acuerdo para cambiar los productos de las m¨¢quinas expendedoras de los colegios por otros m¨¢s saludables, como frutas o zumos.

Aunque la obesidad tambi¨¦n es un problema en Espa?a (m¨¢s de la mitad de los adultos tiene sobrepeso), los pa¨ªses del sur tienen una ventaja en este terreno: en las casas y en la mayor¨ªa de los restaurantes predominan los aceites vegetales (oliva, ma¨ªz, girasol o soja). Por eso, seg¨²n los datos del estudio Transfair, Grecia, Italia, Portugal y Espa?a son, por ese orden, los pa¨ªses donde la ingesta de grasas trans es menor: de 1,4 a 2,1 gramos al d¨ªa respectivamente. En Islandia esta ingesta llega a 5,4.