Chantaje a dos jueces brit¨¢nicos
Una brasile?a, condenada tras amenazar con divulgar v¨ªdeos sexuales
La venganza es un plato que se come fr¨ªo, pero a veces se indigesta. Roselane Driza, una brasile?a de 37 a?os, ha conseguido que dos jueces del servicio de Inmigraci¨®n brit¨¢nico que la despidieron de su empleo de limpiadora sean investigados por haberla contratado pese a estar trabajando ilegalmente en el Reino Unido. Pero su venganza le ha salido muy cara: ha sido declarada culpable de chantajear a uno de los jueces y puede ser sentenciada a bastantes a?os de c¨¢rcel.
El caso, lleno de sexo, pornograf¨ªa casera, cambios de pareja y hasta sombras de coca¨ªna, ha ocupado durante d¨ªas los tabloides brit¨¢nicos y tambi¨¦n la autodenominada prensa de calidad, cada d¨ªa m¨¢s cercana no s¨®lo al tama?o sino a los contenidos de los tabloides.
Tras acabar el juicio, se ha sabido que estuvo casada con un asesino en serie que est¨¢ en prisi¨®n
La historia empez¨® hace cinco a?os, cuando Roselane, que hab¨ªa llegado en 1998 al Reino Unido como turista y se qued¨® luego ilegalmente en el pa¨ªs, empez¨® a trabajar para el juez Mohamed Ilyas Khan, que ahora tiene 60 a?os, y para la juez J, cuya identidad no se puede revelar por razones legales. En aquellos tiempos ambos jueces formaban pareja y viv¨ªan juntos. La pareja se rompi¨® y los jueces se separaron, pero mantuvieron cada uno de ellos a Roselane como asistenta. Las relaciones entre Khan y Roselane pasaron entonces a una fase m¨¢s ¨ªntima: la asistenta se convirti¨® en amante y se mud¨® a casa del juez.
Al enterarse de la relaci¨®n de la limpiadora con su ex amante, la juez J se puso hecha un basilisco y la despidi¨®. Lo mismo hizo el juez Khan pero con poco ¨¦xito porque Roselane no se quer¨ªa marchar de su casa: guardaba en su poder dos cintas del juez en las que este aparec¨ªa haciendo sexo con la juez J y, en la otra cinta, con otra mujer. Roselane exig¨ªa que la juez J le diera 30.000 euros como indemnizaci¨®n por despido y amenaz¨® con enviar las cintas de v¨ªdeo al primer ministro y a sus superiores si no aceptaba pagar.
Los jueces decidieron entonces, ya en 2005, denunciarla por chantaje. El juicio se ha celebrado en los ¨²ltimos d¨ªas, y en ¨¦l la brasile?a ha afirmado que los dos jueces sab¨ªan que ella estaba ilegalmente en el Reino Unido cuando la contrataron para que les limpiara la casa. Los jueces lo han negado, pero el hecho de que sean jueces especializados en inmigraci¨®n ha hecho especialmente delicada su posici¨®n y ahora ser¨¢n investigados y tienen muchas posibilidades de perder su empleo.
Roselane Driza ha acabado siendo condenada por chantajear a la juez J, pero absuelta de las acusaciones de chantaje al juez Khan, por lo que el nombre de ¨¦ste ha podido hacerse p¨²blico. La limpiadora brasile?a deber¨¢ ahora purgar una "sustancial" pena de c¨¢rcel y probablemente ser¨¢ deportada a Brasil cuando cumpla su condena.
Durante el juicio, el jurado ha tenido ocasi¨®n de examinar los mensajes que el juez le enviaba a su amante brasile?a al tiempo que ¨¦sta explicaba todo tipo de detalles sobre los gustos del juez y tambi¨¦n sobre los ardores de la juez J. Pero no se han visto los famosos v¨ªdeos. En el que aparecen ambos jueces, rodado en unas vacaciones en Tailandia, Roselane Driza asegura que la juez J aparece consumiendo coca¨ªna. Su amante dice que la juez J nunca ha probado drogas y que lo ¨²nico que se ve en el v¨ªdeo es a la mujer toquete¨¢ndose la nariz con el dedo.
Pero el jurado no ha tenido acceso a todos los detalles de todos los protagonistas. Por ejemplo, hasta que no ha acabado el juicio no se han enterado de que Roselane Driza estuvo casada con un asesino en serie alban¨¦s que se encuentra en prisi¨®n.
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