El m¨²sico que quiere estar a la altura de su apellido

Su apellido puede convertirse en una suerte de presagio. John Legend (Springfield, Ohio, 1979) a¨²n no es una leyenda en la industria musical norteamericana, pero talento -coinciden los cr¨ªticos-

y ambici¨®n -que no oculta- no parecen faltarle. "Me encanta estar en el punto de mira", reconoce sin asomo de rubor. Aunque nada m¨¢s terminar la frase, tuerce el gesto y agrega: "Pero no hago m¨²sica por eso, a m¨ª lo que m¨¢s me importa es el contenido".

La declaraci¨®n no desmonta su credibilidad porque hasta 2004, cuando lanz¨® su disco debut Get lifted -que vendi¨® tres millones de copias en todo el mundo y gan¨® tres premios Grammy al mejor artista novel, mejor vocalista de rhythm and blues y mejor disco de rhythm and blues-, Legend era "un hombre de estudio". Ha trabajado para -o con, seg¨²n se mire- Alicia Keys, Kayne West, Black Eyed Peas, Jay-Z o Janet Jackson. Get lifted le sit¨²o en el punto de mira, en Estados Unidos su nombre ya suena a habitual; en Espa?a todav¨ªa no, pero espera que eso cambie con su segundo ¨¢lbum, Once again, que se pondr¨¢ a la venta el pr¨®ximo 24 de octubre. Aunque ya puede escucharse un adelanto en su p¨¢gina web, www.johnlegend.com.

Sali¨® del estudio y el directo le ha enganchado. "No hay nada como el fragor del p¨²blico, el calor de los fans, para m¨ª es muy inspirador, muy adictivo", explica. Y, adem¨¢s, para ¨¦l cualquier p¨²blico y escenario es bueno. Durante su fugaz visita a Espa?a obsequi¨® a los empleados de su discogr¨¢fica con un miniconcierto de cinco canciones -y, seg¨²n BMG/Ariola, s¨®lo los artistas espa?oles y noveles se prestan a ese tipo de cosas-.

Legend est¨¢ satisfecho con Once again, y sabe que tras el ¨¦xito de su debut las expectativas son altas. "Estoy satisfecho y hasta orgulloso, es un disco mejor, con mejores letras, mejor interpretado". Los temas fundamentales de sus canciones no var¨ªan: "Me inspiran sobre todo las relaciones, pero tambi¨¦n hago temas sociales, espirituales, pol¨ªticos". Aunque la pol¨ªtica, m¨¢s que inspirarle, parece cabrearle (hasta adopta un tono vehemente al contestar): "El Gobierno de mi pa¨ªs me ha decepcionado, no puedo creer que saliera elegido una segunda vez, necesitamos un cambio".