N¨¢poles se asoma al Palacio Real con tesoros de Capodimonte
N¨¢poles, el puerto del Mediterr¨¢neo oriental donde la presencia espa?ola permaneci¨® dos siglos, se asoma a Madrid y exhibe algunas de las mejores obras de arte que su m¨¢s c¨¦lebre museo de pintura atesora. El Palacio Real muestra hasta el 10 de diciembre Obras maestras del Museo de Capodimonte, una exposici¨®n itinerante formada por 53 lienzos cuya variedad y riqueza -Rafael Sanzio, Tiziano Vecellio, Andrea Mantegna, El Greco, Anton van Dyck...- resumen la fastuosa pujanza art¨ªstica italiana acu?ada por la familia Farnesio, entroncada con la Corona de Espa?a desde el matrimonio, por poderes, de la parmesana Isabel con Felipe V de Borb¨®n en 1714.
La muestra ha sido comisariada por Nicola Spinosa, superintendente del Polo Art¨ªstico-Cultural de N¨¢poles, que ha seleccionado algunos de los principales lienzos que componen la colecci¨®n, formada por m¨¢s de 2.000 piezas. "Hasta que Carlos VII de N¨¢poles, luego Carlos III de Espa?a, no aun¨® la colecci¨®n, la ciudad italiana no tuvo un museo de arte de esta naturaleza", explica Spinosa. "La importancia de Capodimonte reside en que, pese a la pluralidad del arte italiano, consigui¨® reunirlo y darle una cierta unidad", explica.
Con una sensibilidad singular, la futura reina de Espa?a hab¨ªa heredado el legado art¨ªstico de su familia, protagonista de la historia de Italia y del mecenazgo peninsular desde la Edad Media, y lo increment¨® mediante una serie de inteligentes adquisiciones. Cuando Isabel de Farnesio lega a su hijo Carlos VII de N¨¢poles su colecci¨®n de pintura, ¨¦ste la re¨²ne en un palacio sotomontano, donde estuvo tambi¨¦n la mejor f¨¢brica de porcelanas de toda Italia, y crea el museo de pintura de Capodimonte.
El monarca napolitano, que ser¨ªa luego rey de Espa?a, trasladar¨ªa hombres, m¨¢quinas y porcelanas hasta el Buen Retiro, donde ordenar¨ªa abrir la exquisita f¨¢brica de porcelanas que medio siglo despu¨¦s la invasi¨®n napole¨®nica destruir¨ªa. "Afortunadamente, la pintura qued¨® en N¨¢poles", sonr¨ªe Spinosa, que se conmueve al contemplar en una de las salas, casi marco con marco, Virgen del paisaje, de Rafael, Santa Eufemia, de Andrea Mantegna, y La Magdalena, de Tiziano.
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