Decisi¨®n con abucheos
La pel¨ªcula iran¨ª 'Niwemang' comparte la Concha de Oro con la francesa 'Mon fils ¨¤ moi'
La Concha de Oro, m¨¢ximo galard¨®n que se concede en el Festival de San Sebasti¨¢n, se la llevaron dos pel¨ªculas que tambi¨¦n consiguieron sendos premios en otras especialidades. La francesa Mon fils ¨¤ moi se llev¨® merecidamente el premio a la mejor actriz, Nathalie Baye, y la Concha de Oro compartida, premio absurdo y abucheado al anunciarse en la sala de prensa. Niwemang, del kurdo iran¨ª Bahman Ghobadi, logr¨® justificadamente la Concha de Oro, que ya obtuvo en 2004 por Las tortugas tambi¨¦n vuelan, y de mejor fotograf¨ªa. Juan Diego como mejor actor fue el ¨²nico representante espa?ol.
El espa?ol Juan Diego, Concha de Plata al mejor actor por su trabajo en 'Vete de m¨ª'
El palmar¨¦s del jurado internacional concedi¨® tambi¨¦n dos premios (mejor director y mejor gui¨®n) a Delirious, del estadounidense Tom DiCillo, justos los dos. El ya se?alado premio a Juan Diego por el papel protagonista de Vete de m¨ª, de V¨ªctor Garc¨ªa Le¨®n, era dif¨ªcilmente discutible, y el premio especial del Jurado a El camino de San Diego, del argentino Carlos Sor¨ªn, fue razonado por uno de sus miembros en base a que es "un viaje a la esperanza". Vale, no se diga m¨¢s. En total son cinco las pel¨ªculas que han recibido sus correspondientes premios de las que cuatro son comedias, un promedio extraordinario por infrecuente en el que las felicitaciones habr¨¢ que d¨¢rselas a quienes han hecho la selecci¨®n de los filmes de la secci¨®n oficial -con un criterio m¨¢s acertado que en la edici¨®n anterior- y al jurado. En resumen: unos galardones en los que el poder¨ªo franc¨¦s se deja notar en exceso y que, pese a todo, no han sido muy pol¨¦micos. En el acto ante la prensa s¨®lo se abuche¨® la Concha de Oro a Mon fils ¨¤ moi. Quiz¨¢ por ello, y porque las proyecciones estuvieron a rebosar, es por lo que Mikel Olaciregui, su director, confes¨® su satisfacci¨®n ante la calidad media de las pel¨ªculas exhibidas y la respuesta del p¨²blico. Tambi¨¦n anunci¨® que el certamen no cambiar¨ªa sus habituales fechas pese a la proximidad de otros festivales, y discrep¨® sobre la ausencia de glamour en el mismo.
En un palmar¨¦s hay dos vertientes: la lista de pel¨ªculas premiadas y las que, probablemente de manera injusta, se han quedado al margen del reconocimiento oficial. Entre estas ¨²ltimas, caben ser mencionadas Sleeping dogs lie, del norteamericano Bobcat Goldthwait; Copying Beethoven, de la polaca Agnieszka Holland; Hana, del japon¨¦s Kore-Eda Hirokazu, incluso el documental Forever de la peruana-holandesa Heddy Honigmann y la interpretaci¨®n femenina de Lola Due?as en Lo que s¨¦ de Lola, premio que tendr¨ªa mucho m¨¢s sentido el haberlo repartido con la francesa Nathalie Baye en lugar de compartir el filme de Martial Fougeron la Concha de Oro. Hay que se?alar que una de las condiciones impuestas al jurado es la de que no puede haber m¨¢s de un premio ex aequo. En cualquier caso, esto es lo que hay y lo que han decidido Bruno Barreto, Isabel Coixet, Sara Driver, Bruno Ganz, Manuel G¨®mez Pereira y Jos¨¦ Saramago, presididos por Jeanne Moreau.
La 54? edici¨®n del festival se clausur¨® con la gala de la entrega de los premios en la que se proyect¨®, fuera de concurso, Lonely Hearts, del estadounidense Todd Robinson, con un reparto de lujo comandado por John Travolta y el espl¨¦ndido James Gandolfini (Los Soprano), y bien arropados por Salma Hayek, Jared Leto y Laura Dern. El filme recrea la historia real de las andanzas asesinas de Martha Beck y Raymond Fern¨¢ndez (Hayek y Leto), una pareja de desalmados que encontraban a sus v¨ªctimas en las publicaciones de contactos (corazones solitarios) de los a?os cuarenta y a las que el gal¨¢n Fern¨¢ndez cortejaba, enamoraba, desplumaba y, en compa?¨ªa de su novia Martha Beck, asesinaban. Fueron detenidos a finales de la d¨¦cada gracias a los esfuerzos de los dos tenaces detectives (Travolta y Gandolfini), quienes al demostrar su autor¨ªa en tres de los 20 asesinatos cometidos, fueron juzgados y ejecutados en la silla el¨¦ctrica.
Con una producci¨®n en la que no falta de nada (unos a?os cuarenta en los que el vestuario, los decorados y la m¨²sica alcanzan el profesionalismo que permite el dinero), una historia potente, que ya hab¨ªa trasladado al cine en 1970 Leonard Kastle (Los asesinos de la luna de miel) y un excelente reparto, Lonely Hearths no consigue el grado calidad que deber¨ªa. Sin duda, el realizador -un documentalista y guionista que debuta en los largometrajes de ficci¨®n- es el principal responsable de que lo que pudo haber sido un estupendo filme se quede en una pel¨ªcula del mont¨®n.
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