Aguirre y sus mariachis
Aguirre arenga a sus mariachis para el derby. Curtido en la econom¨ªa de supervivencia del Osasuna ha hecho una r¨¢pida mudanza a la doctrina del milagro de su nuevo Atleti: ha cambiado el arte de sobrevivir por el arte de resucitar. Desde ahora forma parte de una especie de sociedad herm¨¦tica que se mueve como el p¨¦ndulo entre la decepci¨®n y el entusiasmo. Deber¨¢ compartir el misterioso ideario rojiblanco; sabr¨¢ que la garant¨ªa de continuidad de su nueva empresa se basa en el dogma ¨²nico y exclusivo que propalan sus seguidores: la filosof¨ªa del club y los sentimientos que la animan s¨®lo pueden ser entendidos por sus propios integrantes. En caso de duelo, los infieles no tienen derecho a comprender ni a opinar: aqu¨ª, todo se llora en casa.
Pero hoy, primero vivir, luego filosofar, debe meter a sus cuates en un dibujo el¨¢stico que envuelva, como una telara?a, a los ganapanes de Fabio Capello. Como todos los forasteros que pretenden conquistar el Bernab¨¦u, en primer lugar deber¨¢ resolver un dilema: tendr¨¢ que decidir entre el impulso rom¨¢ntico de atacar y la tentaci¨®n pagana de defender. En el segundo caso, el que Loco Gatti ha bautizado con su probada finura literaria La opci¨®n del cag¨®metro, deber¨¢ echarles encima a Luccin, Costinha, Maniche, Pablo, Perea y, a ser posible, todos los otros enseres y cascotes que encuentre en las obras del t¨²nel del Manzanares, incluidos adoquines, vallas, radares, jaquecas y se?ales de tr¨¢fico. Visto lo visto ante el Dinamo de Kiev, a¨²n as¨ª puede disfrutar de media docena de ocasiones de gol que, en su inesperada sencillez, quiz¨¢ ofusquen a sus tiradores como deslumbraron a Gusev y compa?¨ªa.
Por el contrario, puede que en un ataque de cordura decida colgarse las pistoleras de Jorge Negrete y le tire a Capello todo el ingenio de que dispone. Sabemos cu¨¢nto cuesta dar la cara, pero gente como Ag¨¹ero, Torres o Maxi hace m¨¢s grande a un equipo ganador. Si sus mejores ilusionistas consiguen sobreponerse a las mollas de Emerson y al tufo a linimento italiano que se levanta frente al ¨¢rea de Casillas, colonia catenaccio, puede que veamos uno de esos partidos de vaiv¨¦n que tanto inquietan a los profesionales del banquillo y tanto gustan a los profesionales de la grada.
Dentro de un orden, puede estar tranquilo. Tendr¨¢ que vigilar, por supuesto, al sudoroso Van Nistelrooy y a otros esforzados recaderos de Capello, pero, salvo desorden mental transitorio, lo propio es que Robinho, Cassano, Ronaldo y otros peligrosos duendes vuelvan a quemarse en la reserva. Si saltan al campo, s¨®lo ser¨¢ para servir de coartada.
?Tan dif¨ªcil es jugarles de corrido? ??ndele, Vasco!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.