Sex¨®logos y sexolog¨ªa
El 67% de los espa?oles considera muy importante la actividad sexual; el 34% ha tenido alg¨²n problema de este tipo, pero s¨®lo el 15% ha consultado con un profesional. Convertir la sexolog¨ªa en una profesi¨®n institucionalizada con titulaci¨®n oficial es el primer paso para encontrar soluciones
"Yo soy sex¨®logo". Esta presentaci¨®n provoca reacciones variopintas, que no se parecen en nada a las que se producen cuando alguien se presenta como m¨¦dico, o como psic¨®logo, o como matem¨¢tico. Actitudes de evitaci¨®n, prejuicios y posturas defensivas son los s¨ªntomas claros de que estamos instalados en un silencio timorato o en una tendencia a frivolizar, ocultando tras la iron¨ªa, los chistes y el desd¨¦n nuestras verdaderas necesidades, ignorancias y miedos. Cuando, hace unos cuantos a?os, mi padre se percat¨® de que yo, m¨¦dico como ¨¦l, hab¨ªa decidido estudiar, investigar, escribir y ense?ar como sex¨®logo, me dijo: "Hijo m¨ªo, eres un extravagante". Y fue bastante benevolente para lo que luego me encontr¨¦. Pero nadie puede negar coherentemente que la sexualidad es una dimensi¨®n fundamental en la vida de las personas; entonces, ?c¨®mo es posible que el abordaje del hecho sexual se encuentre en una situaci¨®n claramente devaluada en la escala de prioridades de nuestra sociedad? Los ciudadanos tienen derecho a sentirse seguros cuando han de buscar un profesional para abordar temas que ata?en a su vida sexual y no tener que enfrentarse a una loter¨ªa sin ning¨²n tipo de regulaci¨®n oficial.
Consultas cualificadas. Seg¨²n un estudio realizado por la FESS y Millward Brown, el 67% de los espa?oles y espa?olas considera muy o bastante importante la actividad sexual. El 34% tiene o ha tenido alg¨²n problema sexual. En cambio, s¨®lo el 15% de ese importante 34% ha consultado con alg¨²n tipo de profesional. As¨ª est¨¢n las cosas. Las necesidades sentidas por los ciudadanos, no suficientemente expresadas, se dan de bruces con huecos inmensos que existen en la atenci¨®n sexol¨®gica de nuestro pa¨ªs. El despiste es generalizado a la hora de buscar y encontrar profesionales suficientemente cualificados. Y existen. Existen porque desde hace a?os algunos centros, como el Instituto Andaluz de Sexolog¨ªa, el Incisex de Madrid o el Instituto Espill de Valencia y ¨²ltimamente tambi¨¦n la Universidad de Sevilla con un m¨¢ster, y la de Almer¨ªa con un t¨ªtulo propio de grado superior, han formado sex¨®logos. El problema para las instituciones y para los ciudadanos es la dificultad para distinguirlos de los intrusos. Ahora por primera vez, una universidad, la de Almer¨ªa, ha hecho una apuesta fuerte, con un t¨ªtulo propio de posgrado, de bastante peso acad¨¦mico (120 cr¨¦ditos europeos), estructurado en un trabajo conjunto con otras cuatro universidades: Valencia, La Laguna, Ja¨¦n y Castilla-La Mancha. Es un paso importante hacia el objetivo definitivo: la titulaci¨®n oficial.
Enriquecer y prevenir. Algunos dir¨¢n al leer este art¨ªculo que tiene bastante tufo de reivindicaci¨®n profesional. No digo que no. Nunca he vivido ni vivo de la sexolog¨ªa, pero la sexolog¨ªa ha llenado y enriquecido parte de mi vida. Los que han profundizado en esta ciencia maravillosa pueden entenderlo. Reivindico la institucionalizaci¨®n de la sexolog¨ªa como profesi¨®n, y como ciencia, porque estoy convencido de que el tema que la ocupa, el hecho sexual, puede aportar m¨¢s valores y capacidades que miserias y dificultades. Una sexualidad enriquecida, en toda su amplitud, puede ser un contrapunto, frente a tanta agresividad, tanto maltrato, tanto estr¨¦s y tantas soledades. El papel del profesional de la sexolog¨ªa cumple dos objetivos. El primero, desde la educaci¨®n sexual y el asesoramiento sexual, facilitar a las personas el conocimiento y la reflexi¨®n sobre todo lo que les supone ser personas sexuadas, y la exploraci¨®n de sus propias capacidades y posibilidades como tales. Y el segundo, desde la terapia sexual, ayudar a superar los problemas sexuales que tanto impacto tienen en nuestro entorno y que tan en silencio y con tanta soledad se suelen sufrir.
?Como encontrar un sex¨®logo cualificado?
En Espa?a no hay sex¨®logos con t¨ªtulo acad¨¦mico oficial, pero s¨ª hay profesionales provenientes de distintas disciplinas, sobre todo de la medicina y de la psicolog¨ªa, que se han formado suficientemente como para ofrecer garant¨ªas de calidad a quien los necesite. Hay varias asociaciones de ¨¢mbito estatal en las que est¨¢n agrupados. En ellas s¨®lo pueden estar los que acrediten una formaci¨®n suficiente:
Federaci¨®n Espa?ola de Sociedades Sexol¨®gicas (FESS). Agrupa a su vez a varias asociaciones: www.fess.org.es.
Sociedad Espa?ola de Intervenci¨®n en Sexolog¨ªa (SEIS). Tiene como objetivo fundamental la institucionalizaci¨®n de la sexolog¨ªa: www.seisex.com.
Asociaci¨®n Estatal de Profesionales de la Sexolog¨ªa (AEPS). Profesionales de la sexolog¨ªa: www.aeps.es.
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