Karla
Si se hubiera arrastrado y humillado de manera meticulosa y perfecta tal vez se lo hubieran dejado pasar. No s¨¦

Pues este art¨ªculo de hoy es uno de esos textos en los que tengo que empezar avisando que entrego mi columna 15 d¨ªas antes de que se publique. Y es que se me ha ocurrido hablar de Karla Sof¨ªa Gasc¨®n, y el escandaloso circo de siete pistas que mueve la pobre alrededor es de tal magnitud que a saber qu¨¦ puede pasar en las dos semanas posteriores a lo que ahora tecleo.
He escrito antes ¡°la pobre¡±, y lo repito. La pobre. No s¨¦ si alguna vez se ha vivido tan en primera l¨ªnea mundial no ya un linchamiento semejante, que eso s¨ª, sino, adem¨¢s, un desplome as¨ª de espectacular desde las estrellas hasta los infiernos. Su fulminante ¨¦xito era como un cuento de hadas, iba escopetada hacia la gloria y, de pronto, se descubri¨® sentada sobre una calabaza medio podrida, como una Cenicienta a la que las 12 campanadas pillaron de improviso. Desde luego sus famosos tuits son biliosos, hirientes, de mal gusto y adem¨¢s algunos de ellos pueden ser peligrosos, porque atizan los crecientes prejuicios en contra del mundo ¨¢rabe y de los inmigrantes en Espa?a. No me resultan para nada simp¨¢ticos, pero vamos, las redes est¨¢n llenas de eso y de much¨ªsimo m¨¢s. Yo dir¨ªa que, si tuvi¨¦ramos un aparato capaz de medir la virulencia venenosa de sus mensajes en comparaci¨®n con la media habitual, el odi¨®metro puntuar¨ªa las ofensivas vulgaridades de Karla con, pongamos, un seis sobre diez. Y eso le ha costado que Netflix la haya quitado de la promoci¨®n de la pel¨ªcula, que su imagen no est¨¦ en los carteles, que no acudiera a los Goya, que la editorial que iba a publicar sus memorias en Espa?a haya cancelado el contrato y que el director de la pel¨ªcula, Audiard, la haya puesto a pan pedir con una vehemencia bastante sospechosa, como si lo hiciera para apartar de s¨ª mismo la verg¨¹enza de unas declaraciones que dio en agosto y que ahora andan dando vueltas por ah¨ª: ¡°El espa?ol es una lengua de pa¨ªses emergentes, una lengua de pa¨ªses modestos, de pobres y migrantes¡±, dijo el director franc¨¦s con exquisito paternalismo. Yo en el odi¨®metro le dar¨ªa un cinco, aunque quiz¨¢ ser¨ªa mejor aplicarle el tont¨®metro. Pero volviendo a Karla, en fin, lo cierto es que el castigo me parece excesivo.
Como probablemente sab¨¦is, los tuits de la actriz fueron pescados y destapados por una periodista canadiense, Sarah Hagi, una chica joven que se define como ¡°mujer musulmana negra¡± y que al parecer suele hacer esto, perseguir y divulgar las burradas de los famosos. Entiendo bien que Sarah se sintiera herida por los comentarios islam¨®fobos de Karla; entre otras cosas, se mete muy desagradablemente con las ¡°hembras que van con el pelo tapado¡±, y, a juzgar por sus fotos, Hagi usa el hiyab (por cierto, las monjas tambi¨¦n van con el pelo tapado por razones religiosas, y nos parece estupendo). Asimismo entiendo que intente luchar no solo por su comunidad, sino, en definitiva, por una sociedad plural sin agresiones, pero esa feroz vertiente vengadora me espeluzna bastante. La periodista no ha aceptado las disculpas de la actriz, que ha pedido perd¨®n veinte veces entre l¨¢grimas y ha dicho lamentar profundamente ¡°haber causado dolor¡±. Claro que tambi¨¦n ha declarado que se siente v¨ªctima y que van contra ella, y en general ha actuado tan atolondrada como un pollo descabezado, cosa comprensible porque deb¨ªa de estar en shock. Si se hubiera arrastrado y humillado de manera meticulosa y perfecta tal vez se lo hubieran dejado pasar. No s¨¦. Hay algo que me espanta y asquea de esta furia sin l¨ªmites, de los ciudadanos que enseguida se erigen como flam¨ªgeros esp¨ªritus puros que calcinan a diestro y siniestro a los malvados. Porque adem¨¢s se ceban con los m¨¢s indefensos, que en eso Karla tiene raz¨®n. En principio nadie va a apoyarla, porque los ultras que celebrar¨ªan sus zafiedades la consideran una aberraci¨®n; y, en cuanto a los progres, la actriz tampoco ocupa un lugar de respeto suficiente. A diferencia de gente como el escritor franc¨¦s Houellebecq, pongo por caso, que lleva 10 a?os diciendo verdaderas burradas islam¨®fobas, much¨ªsimo peores que las de Karla, un odi¨®metro de nueve, por lo menos, y no solo no lo est¨¢n linchando urbi et orbi, sino que puede que hasta alg¨²n d¨ªa le den el Premio Nobel (espero que no: no me gusta nada). As¨ª que s¨ª: pobre y sola Karla. Adem¨¢s de faltona y de bocazas.
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