Falcon Crest
Sab¨ªa que alg¨²n d¨ªa acabar¨ªa usando este titular, guardado durante a?os en lo m¨¢s rec¨®ndito de mis silencios. Sab¨ªa tambi¨¦n que la impotencia humana para evitar al hurac¨¢n de pasiones desatados en un volc¨¢n de endogamia me iba permitir desempolvarlo. Sab¨ªa que iba a ser poco m¨¢s o menos as¨ª y que Falcon Crest como titular lo dir¨ªa todo. Pero he de reconocer que la Angela Channing de nuestra historia, la perversa matriarca de los bodegueros californianos, no se ajusta a la nuestra. La nuestra, Ana Urquijo, ha tenido la inocencia de ponerse al frente de un c¨ªrculo de poderes cerrado cuando el desastre ya est¨¢ visto para sentencia. La aut¨¦ntica Angela Channing hubiera dejado que fuera un morrosko del pa¨ªs quien soportara desde la presidencia del club la desgracia de ver descender a segunda a nuestro gran referente racial. Hay que admirarla por el reto que se ha atrevido a aceptar, justo antes del partido con el Bar?a. Hay que reconocerle pundonor e inocencia, dos cosas muy raras en estos tiempos que corren.
Nuestro Athletic era una cosa bastante plural hasta que el partidismo, que no la pol¨ªtica, vino a estropearlo todo. Tiempo atr¨¢s la ejecutiva del Partido -cu¨¢l va ser; cuando se dice "partido" es el partido de todos los vascos, a ver si se entera- sol¨ªa indicar en las elecciones del Athletic a qu¨¦ directiva hab¨ªa que votar. ?ltimamente no lo pudo hacer, tuvo que declararse neutral, porque todas las que se presentaban eran de su cuerda, por lo que, ganase quien ganase, todo segu¨ªa igual. Y tan mullidamente han estado nuestros athletiburus que, finalmente, por falta de genes renovados para esa raza a la que se acude cuando hay que arrollar para meter goles como sea, nos sali¨® m¨¢s d¨¦bil que la de cualquier casa real europea.
Ahora bien, no hay que tener excesiva mala uva con el PNV; cualquier otro partido hubiera hecho lo mismo si le dejan. Y es que nunca hab¨ªamos pensado que en el seno de las sociedades deportivas debieran arbitrarse contrapoderes, como en la pol¨ªtica, porque no se hab¨ªa pensado que este espacio, el deportivo, pudiera ser de nuevo el de los absolutismos. Luego va y pasa lo de Falcon Crest, impotentes por endog¨¢micos.
Si todo queda en el Athletic, no vamos mal. Lo peor ser¨ªa que la mala situaci¨®n de lo m¨¢s grande y glorioso que hayan dado los vascos (este diario, evidentemente, no se hace responsable de algunas enajenaciones de sus colaboradores y solicita disculpas a guipuzcoanos y alaveses) sea una premonici¨®n o precedente de lo que nos puede pasar en otros campos. Hemos cre¨ªdo que apelando al pasado, a la historia, con un r¨¦gimen econ¨®mico privilegiado, con cierta prepotencia, todo iba a ser estar en primera. Y, sin embargo, surgen por todos los lados signos de nuestro estancamiento, empezando por la demograf¨ªa.
Porque, si era seguro que lo que le estaba pasando al Athletic pod¨ªa desembocar en algo semejante, tambi¨¦n cualquier conocedor del pa¨ªs sab¨ªa que no hab¨ªa fuerza humana que pudiera impedirlo, que el gui¨®n est¨¢ escrito en clave de tragedia. Adem¨¢s, aqu¨ª los profetas avisadores est¨¢n peor vistos que en La vida de Brian y no cabe otra cosa que un fracaso definitivo, desgraciado, rotundo y sin paliativos, que permita la catarsis tras el ejercicio de la autocr¨ªtica. Caigan, pues, sobre Roma todos los b¨¢rbaros, el Athletic, a segunda, y la comunidad vasca a jugarse su futuro a los chinos con el Gobierno espa?ol, dependiendo de qu¨¦ talante sea y de la necesidad que tenga del apoyo nacionalista, para que le mantenga en el hist¨®rico y agradable estatus de las "felices provincias del norte". El problema es que este estatus, a la larga, acaba volviendo imb¨¦cil a la gente, pone celosos al resto, y tiene l¨ªmite.
Yo prefiero que caiga el Gobierno vasco antes que el Athletic, que sea aqu¨¦l el primero en posibilitarnos la catarsis. Pero me temo que no, que ambos, como empujados por hados ajenos a lo humano, van a seguir su din¨¢mica fatalista, y ser¨¢ el Athletic el primer sacrificado por estos treinta a?os de endogamia, a pesar de todos los esfuerzos que haga, cual Electra futbol¨ªstica, nuestra Ana Urquijo.
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