"La novela preserva el esp¨ªritu renacentista"
Jorge Volpi (Ciudad de M¨¦xico, 1968) eligi¨® las vidas de tres mujeres (una economista estadounidense del Fondo Monetario Internacional, una bi¨®loga de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y una especialista en inform¨¢tica de origen h¨²ngaro) para sostener la novela No ser¨¢ la Tierra (Alfaguara), con la que cierra la trilog¨ªa que ha dedicado a los hechos m¨¢s importantes del siglo XX (las dos anteriores son En busca de Klingsor y El fin de la locura). Volpi dice que trat¨® de escribirla con la perspectiva de un historiador futuro que analiza lo que ocurri¨® en las d¨¦cadas anteriores a 2000. Nada fue m¨¢s relevante, asegura el escritor, que el fin de la guerra fr¨ªa y el comunismo, derrotado "por el caballo de Troya del mercado y el consumo". Un aluvi¨®n de datos y detalles reales acompa?an a la ficci¨®n.
"Falta incorporar la ciencia como una parte esencial de la cultura, de eso que se llama ser culto"
"Si se publicara ahora 'Guerra y paz', a Tolst¨®i le dir¨ªan: 'Ser¨ªa bueno que cortara esas descripciones tan largas
Pregunta. ?Ha buscado un punto de vista femenino al elegir a mujeres como protagonistas?
Respuesta. Ten¨ªa desde hace mucho la inquietud de escribir una novela donde los personajes centrales fueran mujeres. Antes lo hab¨ªa intentado escribiendo una novela narrada por una mujer. Creo que se corresponde muy bien con el papel de la mujer a finales del siglo XX, la gran revoluci¨®n de que cada vez haya mayor igualdad entre hombres y mujeres, por lo menos en las sociedades occidentales. La novela es un fresco sobre las grandes transformaciones de finales del siglo XX, del desafortunado fin de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y su transformaci¨®n en la nueva Rusia, visto a partir de historias particulares de mujeres que participan y padecen esos grandes cambios.
P. ?Es un gui?o a las lectoras?
R. Ni siquiera s¨¦ si es cierto que entre los lectores de novelas hay m¨¢s mujeres. Ni siquiera s¨¦ qui¨¦nes son mis lectores. No he intentado hacer una diferenciaci¨®n de g¨¦nero. Mi intenci¨®n era tratar de convertirme en esas mujeres y tener un punto de vista femenino en la gran historia, que siempre es masculina.
P. Pero el narrador es un hombre.
R. Obedece a la estructura de la trilog¨ªa del siglo XX que he escrito. Quer¨ªa que fueran tres novelas contadas por tres narradores distintos, culpables de algo terrible, que cuentan el siglo XX a trav¨¦s del recuerdo.
P. ?No cree que la profusi¨®n de datos hist¨®ricos roba protagonismo a los personajes?
R. Es la est¨¦tica de la novela, que a muchos lectores les gustar¨¢ y a otros tantos no. A diferencia de la novela hist¨®rica al uso, la que tiene m¨¢s ¨¦xito, que utiliza la historia como tel¨®n de fondo, que a m¨ª me parece como un decorado de cart¨®n piedra que resalta s¨®lo a unos cuantos personajes, yo quer¨ªa escribir una novela que al mismo tiempo fuera un ensayo. Una novela que tuviera la historia como elemento central, que adem¨¢s de la vida de los personajes, el lector tuviera elementos para reflexionar, con datos minuciosos.
P. ?Pretende ocupar el lugar del historiador?
R. Pues s¨ª. Siempre he tenido la convicci¨®n de que la novela puede ser un gran instrumento de investigaci¨®n de la realidad, no s¨®lo en el sentido hist¨®rico, sino tambi¨¦n pol¨ªtico, social. Para muchos, la novela es un entretenimiento o una forma de contar historias por contar historias. Yo creo que la novela es una de las grandes invenciones de la especie humana, que permite a trav¨¦s de la ficci¨®n y de vidas individuales investigar tambi¨¦n la realidad. Tiene el mismo valor que una investigaci¨®n historiogr¨¢fica sobre el fin de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, pero con el elemento a?adido, que s¨®lo lo tiene la literatura, que es la ficci¨®n, la capacidad de imaginar lo que la historia no puede ver, los intersticios de las vidas de los grandes hombres y de los hombres comunes.
P. ?Como novelista no prefiere defender la ficci¨®n? ?No cree que el aluvi¨®n de datos puede restar inter¨¦s a la narraci¨®n?
R. Espero que no reste inter¨¦s. Quisiera que los aspectos hist¨®ricos, pol¨ªticos, art¨ªsticos y cient¨ªficos fueran importantes porque son importantes para los personajes de ficci¨®n. Tiene que ver con el homenaje a la gran novela rusa del siglo XIX. Si se publicara ahora Guerra y paz, seguramente a Tolst¨®i le dir¨ªan: "Ser¨ªa muy bueno que usted cortara esas descripciones tan largas de las batallas que podr¨ªamos leer en la prensa y esas reflexiones sobre la historia". Bueno, ¨¦sa es la visi¨®n que tenemos ahora de una novela m¨¢s neutra, m¨¢s light, que simplemente cuenta historias y es m¨¢s f¨¢cil.
P. Guillermo Cabrera Infante dijo de una de sus anteriores novelas que usted hac¨ªa "ciencia-fusi¨®n", por abordar temas cient¨ªficos.
R. Igual que con los hechos hist¨®ricos, en la est¨¦tica de la novela la ciencia es importante para entender a los personajes.
P. ?Por qu¨¦ no son frecuentes los temas cient¨ªficos en la literatura en castellano?
R. Supongo que tendr¨¢ que ver con el rezago cient¨ªfico y tecnol¨®gico que vivimos todav¨ªa en Am¨¦rica Latina y en Espa?a. Falta incorporar la ciencia como una parte esencial de la cultura, de eso que se llama ser culto. Vivimos todav¨ªa en una ¨¦poca de analfabetismo cient¨ªfico, en el que los humanistas no mantienen relaci¨®n con las matem¨¢ticas o la ciencia, como si fuese un mundo aparte. Hay figuras y una escuela de divulgaci¨®n cient¨ªfica y de relaci¨®n del mundo human¨ªstico y cient¨ªfico en Espa?a, con casos como el de Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Ron, pero a¨²n as¨ª, en la mayor parte de las escuelas primarias y secundarias se hace una divisi¨®n muy tajante entre las disciplinas. Yo creo que la novela contin¨²a preservando el esp¨ªritu renacentista de uni¨®n del conocimiento. Vivimos en la ¨¦poca de la hiperespecializaci¨®n, pero la filosof¨ªa y la literatura todav¨ªa admiten la posibilidad de unir lo disperso, no de manera estrictamente divulgativa sino tratando de ofrecer una reflexi¨®n profunda sobre las conexiones de aspectos de nuestra vida que los especialistas trabajan de forma separada. La novela termina cuando se obtiene el borrador completo del genoma humano, que le¨ªdo pol¨ªticamente nos confirma que todos los seres humanos somos iguales. A esta luz tendr¨ªamos que ver la historia de la humanidad como algo muy triste: el esfuerzo constante de unos seres humanos por diferenciarse de los otros por razones de religi¨®n, de sexo, de creencias pol¨ªticas. Al leer una novela podemos conocer otras experiencias humanas, y descubrir que, a pesar de todo, no son tan distintas de las nuestras. Es una de las grandes aportaciones de la ficci¨®n literaria.
P. ?Qui¨¦n tiene m¨¢s responsabilidad en esta distancia entre ciencias y letras?
R. Como yo estudi¨¦ siempre ciencias sociales, tengo la impresi¨®n de que es culpa nuestra. Muchos profesores nos dec¨ªan que estudiaron humanidades porque no pod¨ªan con las matem¨¢ticas o la qu¨ªmica.
P. La novela transmite pesimismo. Resulta extra?o que su autor haya sido elegido miembro del grupo J¨®venes L¨ªderes Globales, vinculado al Foro de Davos, para proponer medidas para un futuro mejor.
R. Debe ser que no hab¨ªan le¨ªdo mis novelas. Mi pesimismo no ha hecho sino reforzarse al escribir las novelas. En la primera reuni¨®n del grupo comprob¨¦ que eran ciertas mis sospechas: hay muchas buenas intenciones y enormes dificultades para hacer cualquier proyecto concreto.
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