Las matem¨¢ticas y el sexo
Las mujeres son casi el 60% de los nuevos licenciados en Espa?a, pero s¨®lo ocupan el 9% de las c¨¢tedras universitarias
"?Para cu¨¢ndo una medalla Field [el Nobel de las Ciencias Matem¨¢ticas, reservado a menores de 40 a?os] para una mujer?" La pregunta qued¨® colgada en el vac¨ªo en el Congreso Internacional de Matem¨¢ticas que concluy¨® a finales de agosto en Madrid. Este peri¨®dico ha buscado la respuesta a partir de los asistentes a la reuni¨®n, donde uno de cada cuatro eran mujeres y s¨®lo una de los 20 conferenciantes de m¨¢ximo nivel ten¨ªa sexo femenino.
"Si hubiera candidatas con m¨¦rito suficiente antes de cumplir los 40 a?os, habr¨ªan recibido la medalla", es la respuesta habitual de matem¨¢ticos y matem¨¢ticas. Pero esa contestaci¨®n, con tono m¨¢s de teorema que de conjetura, esconde a veces silencios elusivos y abre otra inc¨®gnita: ?Por qu¨¦ no las hay?
En 2003, las alumnas eran al menos cuatro de cada 10 nuevos matriculados
"El dise?o curricular se adapta m¨¢s a los varones", dice una profesora
Nadie plantea cuestiones de val¨ªa, esas que contribuyeron a costarle el puesto al presidente de la Universidad de Harvard, Larry Summers tras dudar de la capacidad femenina para las ciencias. "Las matem¨¢ticas no tienen sexo", coinciden unos y otras. Y en Espa?a ya salen de las aulas m¨¢s matem¨¢ticas que matem¨¢ticos, aunque entran menos mujeres.
En el curso 2003-2004, las alumnas eran al menos cuatro de cada diez nuevos matriculados y casi seis de cada diez reci¨¦n titulados. Las catedr¨¢ticas de universidad del ¨¢rea de matem¨¢ticas en los centros superiores p¨²blicos (los puestos de mayor nivel) son el 9,25%, lejos de la media en los centros superiores, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica.
"El problema viene despu¨¦s del doctorado, al acceder a los puestos de investigaci¨®n", plantea Edith Padr¨®n, catedr¨¢tica en la Universidad de La Laguna y presidenta de la Comisi¨®n Mujeres y Matem¨¢ticas de la Real Sociedad Matem¨¢tica Espa?ola. Mira de refil¨®n hacia el programa de contratos Ram¨®n y Cajal,destinado a j¨®venes investigadores. En ¨¦l, los varones obtienen una proporci¨®n de contrataciones superior a la de sus candidaturas, seg¨²n el an¨¢lisis realizado por Flora de Pablo, presidenta de la Asociaci¨®n de de Mujeres Investigadoras y Tecn¨®logas. En total, el 30% de los cajales de 2005 eran mujeres, pero en el ¨¢rea de matem¨¢ticas la proporci¨®n se limitaba al 16,6%.
Capi Corrales Rodrig¨¢?ez, profesora de ?lgebra en la Universidad Complutense, observa la dificultad de las mujeres para hacer carrera en Ciencias Matem¨¢ticas y, sobre todo, para alcanzar puestos decisorios. Encuentra la causa en "en el sistema de cooptaci¨®n". Es decir, una vez demostrados los conocimientos, la elecci¨®n final se hace en funci¨®n del perfil del candidato.
"Los hombres, que son los que eligen, tienden a seleccionar otros hombres y eso impide a las mujeres acceder a los puestos de poder", asegura la matem¨¢tica estadounidense Mary Gray, impulsora en los a?os setenta de la Asociaci¨®n Americana de Mujeres Matem¨¢ticas para luchar contra la discriminaci¨®n femenina. "En las matem¨¢ticas existe un dominio masculino y los hombres no quieren compartir el poder. Como es una disciplina de absolutos, est¨¢n seguros de que tienen raz¨®n. Muchos no dan oportunidades a mujeres que son buenas porque quieren clones de s¨ª mismos", prosigue esta profesora de la American University de Washington D.C.
Gray exhibe un discurso feminista cl¨¢sico, algo poco frecuente en su gremio. Esa teor¨ªa "no sirve" para explicar la situaci¨®n de las mujeres en el mundo matem¨¢tico, seg¨²n la presidenta de la Sociedad Matem¨¢tica de Francia, Marie Fran?oise Roy. "No hay respuestas simples para entender el fen¨®meno", asegura.
Roy apunta a elementos como la tradici¨®n cultural, el momento de plenitud investigadora m¨¢s tard¨ªo en las mujeres (tras cumplir los 40 a?os), o la menor competitividad femenina para explicar la reducida presencia de mujeres en las matem¨¢ticas de ¨¦lite. Dicho eso, "seg¨²n las cifras, existe un techo de cristal para las mujeres", concede.
"Existe un problema real en las carreras cient¨ªficas. Al acabar el doctorado, llega el momento de irse fuera con una beca y las mujeres tienen mayores dificultades de movilidad por razones familiares", afirma el secretario general de Pol¨ªtica Cient¨ªfica y Tecnol¨®gica, Francisco Marcell¨¢n, catedr¨¢tico de Matem¨¢ticas y actual secretario general de Pol¨ªtica Cient¨ªfica. "Y la movilidad es primordial para hacer carrera", puntualiza Mar¨ªa Jes¨²s Carro, coordinadora de matem¨¢ticas de la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n y Prospectiva, donde se seleccionarn proyectos de investigaci¨®n financiados con dinero p¨²blico.
"El camino para hacer carrera, el dise?o curricular, se adapta m¨¢s a los varones y en la investigaci¨®n matem¨¢tica si a los 40 no se ha llegado, hay que olvidarse", puntualiza Olga Gil-Medrano, profesora de geometr¨ªa en la Universidad de Valencia y que ocupa el cargo de vicepresidenta de la Real Sociedad Matem¨¢tica Espa?ola.
Tambi¨¦n est¨¢ la actitud. "La investigaci¨®n es muy competitiva y las mujereres no lo somos. Tenemos otra forma de hacer las cosas, nos interesa menos el protagonismo", afirma Marta Macho Stadler, de la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
"Los hombres son mucho m¨¢s de dar codazos y emplean la apisonadora. A las mujeres no nos interesa tanto eso. Somos mucho m¨¢s polivalentes y estamos dispuestas a satisfacer necesidades m¨¢s variadas. Adem¨¢s, tener hijos supone un par¨¦ntesis en nuestra carrera", asegura la catedr¨¢tica de la Universidad de Barcelona Marta Sanz-Sol¨¦. "Yo nunca he percibido obst¨¢culos por ser mujer, pero s¨ª que el hombre avanzaba por ser var¨®n", a?ade.
"Entre los hombres matem¨¢ticos se da por hecho que si no hay m¨¢s mujeres en posiciones de poder es porque no somos lo bastante buenas. Y hay muchas mujeres que han llegado a creerse eso. Para ellas, levantar la mano supone enfrentarse ante s¨ª mismas y los otros a que se piense, o pensarlo ellas mismas, que est¨¢n consiguiendo por m¨¦todos pol¨ªticos lo que no pueden conseguir con su talento", plantea Corrales.
Gray explica as¨ª los elocuentes silencios que abundan entre las matem¨¢ticas cuando hablan de su situaci¨®n: "Muchas creen que si critican a los hombres no har¨¢n carrera. Y es cierto que eso puede pasar".
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