Oskar Pastior, poeta, el "ago de la palabra" alemana
Traductor de Petrarca, estaba a punto de recibir el m¨¢ximo galard¨®n de la Academia germana de la Lengua y Poes¨ªa
Oskar Pastior, de 78 a?os, era originario de Transilvania, pero viv¨ªa desde 1969 en Berl¨ªn. Traductor al alem¨¢n de la obra de Petrarca, adquiri¨® notoriedad en Alemania con su obra experimental inspirada en el dada¨ªsmo, Lautmalereien (Pinturas en voz alta). Falleci¨®la semana pasada en Francfort."Descubridor de palabras", "cocinero de textos", "mago de la palabra", "acr¨®bata de la palabra", "viajero en el universo de las palabras". La literatura alemana perdi¨® la semana pasada al m¨¢s creativo y juguet¨®n de la lengua alemana, al poeta Oskar Pastior. Ten¨ªa 78 a?os.
El 21 de octubre este reinventor de la lengua germana hubiera recibido de la Academia de la Lengua y Poes¨ªa el Premio Georg B¨¹chner, la m¨¢s c¨¦lebre distinci¨®n que existe en Alemania para la literatura. Pastior, de quien circulan pocos libros, falleci¨® de manera literaria, leyendo sentado a una mesa en casa de sus amigos que le acogieron en Francfort. Hab¨ªa viajado a esta ciudad desde Berl¨ªn, donde viv¨ªa en una habitaci¨®n que alquil¨® de una galerista. El poeta quer¨ªa leer junto a la escritora rumana Herta M¨¹ller en la feria del libro de Francfort textos sobre la deportaci¨®n de alemanes rumanos a Ucrania durante la II Guerra Mundial. Con su colega pas¨® ¨²ltimamente la mayor parte de su tiempo, todos los d¨ªas desde las tres de la tarde hasta las diez de la noche. Escrib¨ªan juntos una novela sobre aquella deportaci¨®n, con elementos autobiogr¨¢ficos.
Oskar Pastior nace en 1927 en Herrmanstadt, hoy Sibiu, en Rumania. Pertenece a una minor¨ªa alemana en un territorio que ser¨ªa ocupado por los nazis. En 1944 es deportado a un campo sovi¨¦tico. Durante los cinco a?os siguientes aprende el ruso y, de otros trabajadores forzados, todos los regionalismos del alem¨¢n del Este. Regresa el poeta en 1949 a Rumania, donde le obligan a tres a?os de servicio militar y estudia filolog¨ªa germ¨¢nica despu¨¦s. Trabaja de redactor para el programa alem¨¢n de la radio estatal rumana en Bucarest. A pesar del ¨¦xito como poeta, escapa Pastior en 1968 del totalitarismo rumano durante un viaje a Viena sin despedirse ni siquiera de su mujer, y se instala en Berl¨ªn occidental. Se aloja un a?o en la casa de su editor alem¨¢n, Michael Kr¨¹ger (Hanser). Celebra sus primeros ¨¦xitos en Alemania con Palabras abiertas (1964) y Poes¨ªas (1966).
Los tres totalitarismos que experiment¨® Pastior personalmente y la experiencia de la radio marcan su poes¨ªa. En primer lugar, le hacen sentir los l¨ªmites de la libertad de la existencia, y, en segundo lugar, los marcos de la palabra. De ello huy¨® Pastior y encontr¨® la libertad en una poes¨ªa que recreaba sus propias reglas de lenguaje, sus ritmos y sonidos. El alem¨¢n de este "mago de las palabras" se alimentaba, adem¨¢s del rumano, del h¨²ngaro, ruso, franc¨¦s, ingl¨¦s y de los regionalismos alemanes que conoci¨® en la prisi¨®n rusa. Este poeta, cuya obra tiene ra¨ªces en el dada¨ªsmo, "ampli¨® la capacidad de expresi¨®n" del alem¨¢n, dijo el cr¨ªtico literario Denis Schenk.
Para el lector significa primero un esfuerzo entrar a aquel mundo de las letras de Pastior, la onomatopeya que no se tradujo al espa?ol. Este mundo parece herm¨¦tico al principio y luego, una vez en ¨¦l, resulta sencillo, inspirador y c¨®mico. Seg¨²n Schenk, "el lector percibe que es capaz de emanciparse de lo conocido", se da cuenta de que el habla transforma la lengua. El tono, el ritmo de las frases y la musicalidad del lenguaje puede cambiar todo el sentido de las palabras.
En opini¨®n de la ex ministra de Cultura Christina Weiss, Pastior influenciaba "las visiones del mundo" al experimentar con el lenguaje. La obra de Pastior depend¨ªa de su propia voz, porque "hac¨ªa perder la cabeza a quienes le escuchaban recitar", dijo Weiss tras su muerte. La ex ministra elogiar¨¢ al desaparecido, quien destac¨® asimismo por la traducci¨®n del renacentista Petrarca al alem¨¢n, el d¨ªa de la celebraci¨®n de la entrega del Premio B¨¹chner. Sus palabras de agradecimiento ya estaban escritas y ser¨¢n le¨ªdas por otra persona. Weiss cuenta en un art¨ªculo publicado por el peri¨®dico Die Welt que Pastior quer¨ªa comenzar con una imagen de su regi¨®n natal. Describ¨ªa la manera de pelar una cebolla: hay que abrirlas y quitar un trozo tras otro del centro hacia fuera. Pastior borr¨® la met¨¢fora introductoria. Otro escritor alem¨¢n ya la utiliz¨®, G¨¹nter Grass, en sus memorias Pelando la cebolla.-
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