El sexo de los ¨¢ngeles
Casi uno de cada cinco embarazos termina en aborto dentro de la Comunidad de Madrid, r¨¦cord siniestro que dice muy poco, aunque deja ver mucho, sobre la nefasta pol¨ªtica de planificaci¨®n familiar del Gobierno de Esperanza Aguirre, pol¨ªtica subcontratada mayormente con asociaciones religiosas antiabortistas. El fundamentalismo cat¨®lico que propone la heroica virtud de la castidad como ¨²nico y radical remedio para todos los problemas relacionados con la sexualidad, lleva dos mil a?os tropezando con esta piedra de esc¨¢ndalo y cayendo de bruces contra el duro suelo de la realidad sin que se vean, por parte alguna, atisbos de prop¨®sito de la enmienda.
Entre los flagrantes desprop¨®sitos del Gobierno regional en tan delicada y sensible materia figura haber sustituido, desde 2005, los cursos de sexualidad y reproducci¨®n para profesores y monitores por una serie de charlas al alumnado que corren a cargo de una fundaci¨®n religiosa, como en los viejos tiempos. El pensamiento ¨²nico e inamovible de la Iglesia de Roma sobre el tema ataca los posibles conflictos desde la ra¨ªz, culpabilizando y rentabilizando hasta los malos pensamientos, la culpa es la principal mercanc¨ªa con la que comercian estos presuntos intermediarios y vicarios de Dios en la Tierra, de un Dios que, seg¨²n sus textos sagrados, dej¨® muy clara su opini¨®n sobre el sexo cuando decidi¨® encarnarse en una virgen ahorr¨¢ndose los imprescindibles y terrenales proleg¨®menos.
Yo era un caso perdido, incurable, y con plaza reservada en el infierno
Las ciencias, aunque no las creencias, han adelantado una barbaridad, y hoy es posible reproducir, a escala reducida, el ejemplo divino con las modernas t¨¦cnicas de inseminaci¨®n artificial; para que semejante blasfemia no se produzca, los cast¨ªsimos maestros de la sexualidad cat¨®lica siguen lanzando anatemas sobre cualquier experimento con estos materiales tan sensibles.
A¨²n es posible toparse en bibliotecas y librer¨ªas de ocasi¨®n, con algunos de aquellos op¨²sculos de iniciaci¨®n sexual editados por las autoridades eclesi¨¢sticas hace unas d¨¦cadas y distribuidos entre los alumnos prep¨²beres de sus colegios, op¨²sculos en los que se abordaba principalmente el misterioso y espinoso asunto de la masturbaci¨®n, tambi¨¦n llamada, aunque impropiamente, onanismo, basta con leer detenidamente el pasaje de la Biblia, para entender que el pecado de On¨¢n no fue la masturbaci¨®n sino el coitus interruptus, On¨¢n derram¨® su semen en tierra al apearse en marcha para no dejar pre?ada a su cu?ada que hab¨ªa quedado viuda. Uno de estos folletos, le¨ªdo en su momento, no me cur¨® del terrible y devastador vicio, pero me aficion¨® a las lecturas b¨ªblicas, como inagotable y asequible fuente de fantas¨ªas sexuales: incestos, adulterios, violaciones, sodom¨ªas, voyeurismo y fetichismo un complet¨ªsimo cat¨¢logo de especialidades para alimentar la imaginaci¨®n m¨¢s dormida. La masturbaci¨®n en aquellos manuales, valga la redundancia, era una enfermedad m¨¢s devastadora que la lepra ya que contaba entre sus inevitables secuelas, con la ceguera, la locura, el debilitamiento de la m¨¦dula dorsal y la aparici¨®n de horribles y delatores granos en la cara.
La depravada fantas¨ªa moral de aquellos autores s¨®lo sirvi¨® para apartarme definitivamente de los preceptos de la secta, yo era un caso perdido, incurable, y con plaza reservada en el infierno de los falsos onanistas.
El aborto es un mal menor que sirve para atajar males mayores y por tanto es moralmente aceptable salvo para los fundamentalistas cristianos que lo consideran un crimen capital, un pecado mortal tan grave, aqu¨ª no hay grados, como utilizar un preservativo, una simple funda de l¨¢tex que, entre otros males, habr¨ªa evitado el embarazo no deseado y, por tanto, el aborto. La Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Aborto, generosamente financiada por la Comunidad de Madrid, predica en sus charlas "educativas" con el mismo lenguaje de los moralistas de anta?o y afirma, sin rubor ni base, que las mujeres que abortan tienen un 99% m¨¢s de probabilidad de abusar f¨ªsicamente de sus hijos y tres veces m¨¢s posibilidades de tener un parto prematuro; de una lectura torticera de lo anterior podr¨ªa desprenderse que para no maltratar a los hijos y sufrir partos prematuros, lo mejor es abstenerse de concebir y de parir.
La desinformaci¨®n que practican estas "ben¨¦ficas" asociaciones es una de las causas principales de embarazos no deseados y abortos en la Comunidad de Madrid y en todo el orbe cristiano.
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