Ahora los dioses llegan del Este
Piotr Fomenko, Krystian Lupa, Oskaras Korsunovas y Janusz Wisniewski reinterpretan a Ch¨¦jov, Shakespeare, Bernhard y Goethe
Los pa¨ªses del Este europeo est¨¢n revolucionando el mundo occidental con la aparici¨®n de grandes creadores que impactan profundamente en el territorio de la cultura internacional.
En el caso del arte esc¨¦nico, la tesis es m¨¢s que comprobable, especialmente estas semanas en que cuatro descomunales directores de teatro coinciden en el Festival de Oto?o de Madrid. El ruso Piotr Fomenko estar¨¢ con un Ch¨¦jov, autor con el que es magistral: Tres hermanas, que presentar¨¢ en el teatro Valle-Incl¨¢n del 1 al 4 de noviembre. El lituano Oskaras Korsunovas ofrece desde hoy y hasta el domingo, en el teatro de la Abad¨ªa, su ir¨®nica e inteligente versi¨®n del shakespeariano Romeo y Julieta que ¨¦l sit¨²a en una pizzer¨ªa de Verona. El polaco Krystian Lupa ofrecer¨¢, del 5 al 7 de noviembre en el teatro Mar¨ªa Guerrero, su angustiosa incursi¨®n en la vida cotidiana a trav¨¦s del bernhardtiano texto Ritter, Dene, Voss. Su compatriota Janusz Wisniewski estrenar¨¢ en Espa?a su condensado Faust de Goethe (del 18 al 21 de octubre en el Teatro Espa?ol) con el que ha impactado en media Europa.
Fomenko, de 71 a?os, est¨¢ considerado uno de los grandes reyes del teatro mundial. En m¨¢s de una ocasi¨®n ha contado que resiste en el teatro, despu¨¦s de tantos a?os, porque fue la guerra la que le empuj¨® a este oficio: "Durante los bombardeos de Mosc¨² me negaba a bajar a los refugios y en una ocasi¨®n lleg¨® a herirme una explosi¨®n, lo cual me dej¨® traumatizado y es precisamente ese trauma el que me ha hecho interesarme por el teatro, porque lo que tengo claro es que un hombre normal no puede sobrevivir en el teatro porque no tiene nada que buscar en ¨¦l; es el lugar de la locura sagrada", dijo hace unos d¨ªas Fomenko, antes de viajar a Espa?a, pa¨ªs que asegura tiene en com¨²n con el suyo la pasi¨®n por dos temas fundamentales en su teatro: amor y muerte.
Fomenko, que tambi¨¦n es pedagogo, dice vivir momentos muy delicados con su compa?¨ªa: "Somos muy amados por el p¨²blico y por el poder y eso es un s¨ªntoma muy peligroso", se?ala, al tiempo que recuerda una m¨¢xima que ha mantenido toda su vida: "El teatro est¨¢ siempre en conflicto con el poder, y as¨ª debe seguir siendo", sostiene este defensor a ultranza de la palabra como principio teatral b¨¢sico.
En un registro similar est¨¢ Korsunovas, quien utiliza a Shakespeare para decir lo que el p¨²blico va a ver en su Romeo y Julieta. "La m¨¢s excelente y penosa historia", y a?ade, "En realidad, trato un tema eterno: nuestra incapacidad para vivir y entender antes de que sea demasiado tarde".
Este joven creador piensa que ser director teatral significa para ¨¦l luchar por las libertades humanas fundamentales: "Hay que contar la verdad y ser entendido". A fin de cuentas, Korsunovas piensa que el teatro es una de las formas "para conseguir vernos y sentirnos, a nosotros mismos y a los que nos rodean, incluso para ver y sentir el destino tal y como es; el teatro lo contiene todo, al ser humano, a la vida".
Wisniewski, considerado el heredero del teatro de Kantor, avisa que los espectadores que vayan a ver su espect¨¢culo, considerado de una belleza inquietante y luminosa, se van a encontrar con algo nada agradable: "En ¨¦l los ancianos pagan sus deudas al mundo con gritos de dolor y los demonios se arrastran a plena luz del d¨ªa para desaparecer quemados por la claridad", dice Wisniewski, para quien Goethe era mejor artista que fil¨®sofo. "Cre¨® un universo reinterpretable, en el que las dudosas tesis de su filosof¨ªa pueden incluso ser omitidas", apunta el director polaco, quien asegura haber encontrado en el teatro "el lugar m¨¢s bello para exorcizar a los demonios, los pensamientos m¨¢s peligrosos, el ego¨ªsmo en nuestra percepci¨®n del mundo, hasta nuestra ansia de futuro, que al mismo tiempo deseamos y nos atemoriza".
Lupa, por su parte, afirma que su espect¨¢culo es un encuentro con Bernhard y con todas sus provocaciones: "Un intento de minar los valores establecidos, los h¨¢bitos morales, las autoridades, las im¨¢genes mentales sobre la vida as¨ª como el comportamiento de las personas serias, el amor familiar... y tantas otras sacralidades", dice al tiempo que avisa al p¨²blico para que se prepare para una historia sobre gente que est¨¢ en el l¨ªmite de la normalidad y que sugiere al espectador que ¨¦l mismo se encuentra en esta frontera", apunta este hombre que antes de llegar al teatro fue f¨ªsico y hoy dirige el teatro Stary de Cracovia, creado en 1781.
Como muchos de sus colegas, Lupa tiene claro que el teatro es un ritual de una religi¨®n laica: "Ritual en el que la participaci¨®n mediante catarsis mantiene el alma humana en un estado apropiado de energ¨ªa espiritual, de un misterioso sentido religioso, mantiene con vida los sue?os m¨¢s importantes", y a?ade contundente: "El teatro puede serlo todo, puede ser un modelo del mundo, en el que la vida se torna cada vez m¨¢s visible, el teatro es interactivo y no en sentido virtual, ya que al otro lado hay un segundo ser humano, con toda su ilimitada, imprevisible e incontrolable humanidad.
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