Salinero crea un mundo de p¨ªcaros y fracasados en la novela 'A vida o muerte'
P¨ªcaros que llegan a la gran ciudad dispuestos a trincar con todo lo que puedan, ancianos que rumian sus fracasos con la nostalgia de tiempos mejores, matrimonios de conveniencia en g¨¦lidos hogares de urbanizaci¨®n exclusiva, escritores de ¨¦xito que chupan como sanguijuelas el trabajo de sus negros... Madrid sigue siendo la villa y corte en la que pululan estos personajes, la capital carcomida donde los sue?os se transforman en amaneceres sucios de descampado y fr¨ªo. Madrid es tambi¨¦n el escenario de A vida o muerte, la novela de Antonio Salinero (Valladolid, 1962), que acaba de publicar la editorial sevillana Algaida.
Por el hostal Carlos II chapotea una bandada de p¨¢jaros enfermos a los que une la marginalidad. En un hostal que lleva el nombre de uno de los reyes m¨¢s siniestros de la historia espa?ola se deshilan vidas truncadas en callejones sin salida. El inspector Emerenciano Nereida investiga un asesinato en medio de este imperio pringoso. Todas las pistas llevan al hostal, sumidero del Madrid por el que desaguan las Espa?as.
"Madrid es una ciudad mestiza, una ciudad de acogida... Sobre todo, de perdedores, de fracasados que van buscando vender el alma al diablo por unos minutos de felicidad o para dar un giro a su vida. Madrid me pareci¨® el sitio ideal. Era imposible reunir a tantos perdedores en un hostal que no estuviera en un sitio de acogida como Madrid", relata Salinero, que obtuvo en 2001 el Premio Ateneo Ciudad de Valladolid con su novela El seud¨®nimo.
Uno de los personajes, Carlos Vivales, considera Madrid el microcosmos ideal para su supervivencia como p¨ªcaro eterno. "Es que volvemos a la ¨¦poca de Alatriste, con un Madrid lleno de p¨ªcaros y busconas que ahora se mueven por el sector de la construcci¨®n. Seguimos metidos en esa Espa?a barroca. Me gustan Quevedo y Valle-Incl¨¢n. Me gusta dibujar claroscuros que hagan pensar", se?ala Salinero, que es funcionario de la Administraci¨®n de Justicia.
El hostal Carlos II es un reino de pesadilla que sigue su rumbo paralelo a las vidas rutinarias de ejecutivos y oficinistas. "Es un ecosistema negro y turbio, donde se palpa la mugre y se olfatean los olores nauseabundos. Su existencia es parecida a la de los jueces con doble vida y los polic¨ªas al estilo de Torrente", agrega el autor. Mientras tanto, el inspector Nereida intenta sacar luz de la sordidez.
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