Roma sale en busca de su antiguo 'glamour'
La Fiesta del Cine comienza con un gran recibimiento a Sean Connery
La nostalgia es un vicio corrosivo. Roma, sin embargo, puede permit¨ªrsela. Hace ya muchos siglos que la envuelve en cinismo, la adorna con un lacito ingenuo y la vende a los turistas. Nadie sabe c¨®mo funcionar¨¢ la Fiesta del Cine que comienza hoy, pero se sabe de d¨®nde sale: de la nostalgia de un alcalde cin¨¦filo, Walter Veltroni, que a?ora los tiempos dorados de Via Veneto, de Fellini, del gran Albertone Sordi, de la Citt¨¤ aperta, de Vittorio de Sica, de Pasolini, de Anna Magnani, de La dolce vita. La idea consiste en recuperar por unos d¨ªas aquel ambiente de felicidad creativa y, de paso, ver algunas pel¨ªculas.
Veltroni no aspira a competir con Venecia, ni mucho menos con Cannes. Insiste en que el evento no es un festival, sino una fiesta "protagonizada por los romanos". El asunto entra?a peligro para el cr¨ªtico que intente asistir a las proyecciones de las 16 pel¨ªculas en competici¨®n (con premio en met¨¢lico, como los concursos televisivos, concedido por un jurado con amas de casa, funcionarios, inmigrantes y otra gente romana) e intente, adem¨¢s, asomar la nariz fuera del Audit¨®rium, el remoto centro neur¨¢lgico de la fiesta. Habr¨¢ exposiciones, jolgorios y copichuelas por toda la ciudad. Cuando Roma se vuelca en algo m¨¢s vale no oponer resistencia. Hay que olvidarse del reloj, aceptar que no se llegar¨¢ a tiempo a ninguna parte, sumarse a la multitud y gozar.
El alcalde Veltroni quiere que los romanos sientan que Anita Ekberg puede volver a ba?arse en la Fontana di Trevi. Quiere glamour. Y ha importado estrellas sin mirar el precio. Sean Connery lleg¨® el mi¨¦rcoles y fue recibido casi como un jefe de Estado. Anoche se le otorg¨® un premio llamado Marco Aurelio de Oro y se le ofreci¨® un concierto, con direcci¨®n de Riccardo Muti, y una cena de gala con 1.200 invitados.
H¨ªbrido
Tambi¨¦n lleg¨® Nicole Kidman, con una pel¨ªcula, Fur, que se proyectar¨¢ hoy en estreno mundial. Luego ir¨¢n cayendo George Clooney, Harrison Ford, Leonardo di Caprio, Martin Scorsese, Richard Gere, Harvey Keitel y bastantes otros. En torno al h¨ªbrido de festival cinematogr¨¢fico y fiesta mayor girar¨¢n actos de lo m¨¢s variado. Ayer se congregaron en el parque Leonardo varias decenas de coches Lancia, modelo Aurelia B24, el descapotable de la pel¨ªcula de Dino Risi Il sorpasso, e hicieron una carrera-recorrido por los parajes del filme. Frente a la estaci¨®n Termini humea una gran chimenea de barco, gentileza de una compa?¨ªa naviera, como homenaje a Amarcord. En Via Veneto hay pantallas gigantes y dentro de los hoteles se exponen vestuarios de pel¨ªculas famosas. La Mostra de Venecia, como detalle de buena voluntad, aporta los trajes de El ¨²ltimo emperador. Incluso en el aeropuerto se ha instalado una exposici¨®n de fotograf¨ªas.
El alcalde asegura que el transporte ser¨¢ fluido. Las razones de su optimismo son vagas. Quiz¨¢ se base en la instalaci¨®n de una l¨ªnea especial de autob¨²s entre Via Veneto y el Audit¨®rium. O en una de esas cosas sutilmente surrealistas que ocurren en Roma con m¨¢s frecuencia que en otros sitios: en ciertas zonas, unas l¨ªneas blancas pintadas en el suelo establecen una "ruta especial para invidentes".
La buena voluntad de los organizadores resulta casi emocionante. La recogida de credenciales por parte de industria, prensa y p¨²blico suscit¨® en d¨ªas pasados grandes confusiones y esperas de alcance b¨ªblico, pero, en medio de aquel caos, una se?orita muy simp¨¢tica repart¨ªa caf¨¦ y sonrisas. ?se es el esp¨ªritu de la fiesta.
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