Poes¨ªa arm¨®nica de Guinga
Todos los d¨ªas, a las seis y media de la ma?ana, abr¨ªa su consulta odontol¨®gica en un barrio humilde de R¨ªo de Janeiro. "Durante 30 a?os. Y m¨¢s de 20 trabajando una media de trece horas diarias. Par¨¦ hace unos meses. En realidad iba ya a la consulta como un perro de Pavlov. Ten¨ªa que ir porque me afirmaba como Guinga si segu¨ªa teniendo aquella doble vida".
Carlos Althier de Souza Lemos Escobar, Guinga, naci¨® en R¨ªo de Janeiro el 10 de junio de 1950. "Vengo de una familia muy pobre, sin cultura, pero en mi casa se o¨ªa buena m¨²sica y entr¨® por mis o¨ªdos. Fue un respaldo. Es cuesti¨®n de educaci¨®n. Hoy d¨ªa se oye una m¨²sica muy mala. Todo el mundo quiere o¨ªr m¨²sica para poder beber, bailar, follar
... Nos hemos vuelto muy materialistas. No hay una preparaci¨®n espiritual".
A Guinga le ha costado que le reconocieran su inmenso talento. "El arte siempre dependi¨® de los mecenasy hoy a los patrocinadores no les interesa saber si est¨¢n invirtiendo en el talento sino que necesitan saber que han elegido un producto que les va a reportar algo r¨¢pido". Cierto que su m¨²sica, de influencia impresionista, y sin ruptura entre lo popular y lo culto, es compleja. "El que se dedica al arte con profundidad va a encarar un camino dif¨ªcil. Y aqu¨¦l al que le gusta el arte profundo va a luchar siempre contra la mayor¨ªa, pero hace falta gente que crea en la buena m¨²sica, en el arte, en el ser humano". Dice Aldir Blanc, que ha puesto letra a composiciones de Guinga: "Escrib¨ª en 1998, que era el heredero, leg¨ªtimamente popular, de Villa-Lobos. Parte de la cr¨ªtica brasile?a tard¨® 15 a?os en darme la raz¨®n". The New York Times lo ha comparado con Astor Piazzolla y George Gershwin; David Byrne, que fue a verlo en Nueva York al Joe's, ha escrito en su blog que se sinti¨® tan privilegiado como si hubiera estado oyendo a Gershwin tocar en una sala de estar.
Huye de los que andan tocando un mont¨®n de notas, haciendo malabarismos inveros¨ªmiles, y que al final no emocionan. "Deber¨ªa haber un equilibrio entre el mundo interior y el exterior. El viaje interior es m¨¢s profundo y requiere mucho m¨¢s tiempo y observaci¨®n. El de fuera es enga?oso", comenta. "No puedes poner a un Picasso como ejemplo, ni a un Pel¨¦, ni a un Cole Porter, porque son excepciones. Hombres que crearon arte profundo, hermoso, y tuvieron ¨¦xito. No hay m¨¢s que ver cuantos a?os hace que Estados Unidos no produce un Cole Porter".
Hace diez a?os estuvo en el Caf¨¦ Central de Madrid -en 1993 actu¨® en el San Juan Evangelista: la primera vez que sal¨ªa de Brasil-. "Desde entonces he pasado por el aeropuerto, pero nunca m¨¢s volv¨ª a pisar Madrid, la ciudad que m¨¢s me ha marcado. El ¨²nico lugar lejos de Brasil en el que consegu¨ª componer una obra. En ninguna otra ciudad lo he logrado".
A principios de los a?os noventa, este nieto de gallegos conoci¨® en R¨ªo a Paco de Luc¨ªa, fascinado por sus armon¨ªas. "No s¨¦ si se acordar¨¢ de m¨ª. Le vi emocionarse con lo que yo estaba tocando y me dije que si hab¨ªa conseguido emocionarle a ¨¦l ya no ten¨ªa miedo de tocar ante nadie", recuerda. "La armon¨ªa es un paisaje que tienes dentro. Y que proyectas en el instrumento. Nadie vomita lo que no comi¨®. Escucha a Stravinski, sus caminos arm¨®nicos. ?Dios m¨ªo, c¨®mo alguien puede imaginarse eso! No depende de estudiar o no. Es una necesidad fisiol¨®gica".
Guinga y Gabriele Mirabassi se conocieron en Italia hace cuatro a?os. Con el clarinetista italiano grab¨® Graffiando vento, s¨¦ptimo disco del brasile?o. "El clarinete es el instrumento que m¨¢s se aproxima a la voz humana, el que mejor traduce la esencia del canto. Y no hay nada igual a la voz".
Cuenta maravillas del joven guitarrista Marcus Tardelli, que ha grabado obras suyas en el disco Unha & carne y al que considera el guitarrista m¨¢s grande que haya dado Brasil. "Cuando le oigo tocar, creo que Segovia le hizo un bien a la humanidad. Que Julian Bream tambi¨¦n. Porque Marcus Tardelli es una continuaci¨®n del alma de esos artistas".
"Toco la guitarra porque es
el instrumento con el que compongo. Si mi cabeza anda, obliga a mi mano a andar, pero quien manda es el compositor", asegura. "A veces la persona se torna original, no por tener talento de m¨¢s sino por tener talento de menos. No consigue hacer lo que los otros hacen, pero tiene tal necesidad de expresarse que encuentra un camino. ?Se imaginan a Louis Armstrong seg¨²n el concepto del bel canto? Nunca hubiera podido ser cantante con aquella voz ronca. Sin embargo, se convirti¨® en una de las voces m¨¢s extraordinarias. Yo todav¨ªa tengo una confianza ciega en mi obra. El tiempo de vida cronol¨®gico ya no me asusta. Lo que me gustar¨ªa es que mi obra permaneciera. Todo lo hice para eso".
Guinga. L'Auditori de Barcelona. Plaza de las Glorias. 20 de octubre.
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