El horizonte de un campe¨®n
El piloto asturiano de f¨®rmula 1, en la encrucijada. Al final del a?o de su rev¨¢lida como el mejor del mundo y al frente de un equipo que anunci¨® al principio del torneo que abandonar¨ªa. Enfrentado a sus rivales, se crece ante las adversidades y encara su futuro como nuevo fichaje de McLaren
No, no, eso no es as¨ª". Lo dice Fernando Alonso que rectifica a algunos periodistas de los que le est¨¢n siguiendo habitualmente en el Mundial de F¨®rmula 1. No es la primera vez que ocurre. Aunque suele tener las ideas muy claras y las lanza al ruedo con una sinceridad que le honra, se ve obligado a hablar tanto que muchas veces pierde el control de todo lo que dice y luego debe matizarlo cuando aparece en algunos medios de comunicaci¨®n. "Que no", afirma, "que no he dicho que Schumacher sea el piloto m¨¢s antideportivo de toda la historia de la f¨®rmula 1. Me preguntaron sobre Zidane y Michael y respond¨ª que el franc¨¦s pod¨ªa dejar el deporte con la cabeza m¨¢s alta que Schumacher, a pesar del cabezazo a Materazzi que provoc¨® su expulsi¨®n en su ¨²ltimo partido".
Alonso es as¨ª. Capaz de dar titulares en cada conferencia de prensa, a pesar de que las repite una y otra vez cada d¨ªa de gran premio (estamos en el de Monza, en Italia) y de que las preguntas suelen ser bastante similares. Primero para las televisiones, las inglesas, las francesas, las italianas, la espa?ola (Tele 5), la catalana (TV-3). Despu¨¦s, para las radios y la prensa escrita. De nuevo en ingl¨¦s y luego en castellano. Y cada una de casi 15 minutos de duraci¨®n. Forma parte de su trabajo, tal vez no es para ¨¦l lo m¨¢s agradable. Pero es profesional. Lo hace, se explica, matiza; se mete con su equipo, con Flavio Briatore, el director de la escuder¨ªa Renault. Habla de Schumacher, de lo que le est¨¢ quitando la Federaci¨®n Internacional (FIA), de lo que a¨²n le queda para concluir el mundial, de su intenci¨®n de revalidar la corona que el a?o pasado le convirti¨® en el piloto m¨¢s joven de la historia en ganar un Mundial de F¨®rmula 1, a los 24 a?os.
Ahora tiene ya 25 y en el ¨²ltimo a?o ha acumulado m¨¢s experiencia que muchos otros pilotos en toda su carrera. Tras ser distinguido con el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de deportes en 2005 y proclamarse pocas semanas despu¨¦s campe¨®n mundial, eligi¨® el camino m¨¢s dif¨ªcil. Decidi¨® vivir todo el a?o peligrosamente, porque firm¨® un contrato con McLaren a espaldas de su equipo, Renault, y de su director, Flavio Briatore, el hombre que le hab¨ªa abierto las puertas de la f¨®rmula 1 y el equipo con el que hab¨ªa estado trabajando durante los ¨²ltimos cinco a?os, el primero como piloto probador y los otros cuatro como titular indiscutible, hasta convertirse en campe¨®n.
"No fue una decisi¨®n f¨¢cil", reconoce Luis Garc¨ªa Abad, abogado y representante del piloto desde que comenz¨® a competir en monoplazas en 1999. "Todos sab¨ªamos a lo que nos expon¨ªamos. Comprend¨ªamos que vivir en un equipo con un futuro con fecha de caducidad resultar¨ªa m¨¢s complicado. Pero hab¨ªa razones objetivas que nos llevaban a pensar que la decisi¨®n de fichar por McLaren era la acertada y no pod¨ªamos renunciar al cambio. En este sentido, Fernando fue quien m¨¢s convencido estuvo desde el primer momento. Siempre tuvo la sensaci¨®n de que su etapa en Renault era un ciclo que hab¨ªa tocado a su final".
El acuerdo con McLaren se produjo antes incluso de que Alonso se proclamara campe¨®n mundial en Brasil, el 25 de septiembre del a?o pasado. El contrato se firm¨® en noviembre. Y el anuncio oficial lo hizo McLaren, de acuerdo con Alonso, el 19 de diciembre a trav¨¦s de un comunicado fechado en Oxford en el que aparec¨ªan tambi¨¦n palabras del propio Alonso. Sin embargo, entre este baile de fechas hubo ya algunos actos en los que el asturiano tuvo que lidiar con la ignorancia de todo su actual equipo y la de Briatore. Uno de ellos fue la fiesta de los premios a los campeones organizada por la Federaci¨®n Internacional del Autom¨®vil (FIA) en Par¨ªs. "All¨ª est¨¢bamos todos", recuerda Garc¨ªa Abad. "Pero s¨®lo tres personas sab¨ªamos que Fernando ten¨ªa ya un contrato firmado con McLaren". Y Briatore no estaba entre ellas, a pesar de sentarse en la misma mesa que el asturiano. Otro momento especial para Alonso se produjo en la plaza de la Escandalera, en Oviedo, cuando desde el balc¨®n de Caja Astur ofreci¨® un mensaje subliminal a sus seguidores: "Aunque yo cambie de equipo, vosotros deb¨¦is seguir siendo la marea azul [en referencia a la bandera asturiana]".
Fue el propio Alonso quien le comunic¨® la noticia a Briatore unos d¨ªas antes de que se produjera el anuncio oficial. "Le hab¨ªa llamado por tel¨¦fono y le hab¨ªa dejado mensaje", explica ahora Alonso. "Habl¨¦ con ¨¦l unas horas m¨¢s tarde. Y su reacci¨®n fue la propia de una persona que no espera una noticia de tal calibre y siente que todo se ha hecho a su espalda. No recuerdo las palabras que me dijo. Pero no le gust¨®, eso est¨¢ claro. Aunque luego acept¨® la realidad y ambos nos propusimos comenzar a trabajar para ganar el segundo t¨ªtulo". Sin embargo, aquello iba a dejar secuelas. Y los dos eran conscientes de ello. Desde aquel mismo instante la relaci¨®n entre Briatore y Alonso -que hab¨ªa tenido v¨ªnculos de representaci¨®n- dej¨® de ser la misma. El magnate italiano se sinti¨® enga?ado por el muchacho al que hab¨ªa elevado a los altares de la f¨®rmula 1, y no ten¨ªa muchas justificaciones frente a sus jefes, especialmente Carlos Ghosn, director general de Renault, a quien la inversi¨®n de la escuder¨ªa (unos 300 millones de euros anuales) siempre le pareci¨® excesiva.
"Hab¨ªa razones de peso para cambiar de equipo", confiesa Garc¨ªa Abad. "Cuando tratamos de quedarnos, no lo conseguimos. Y cuando reaccionaron, no ofrecieron lo que Fernando buscaba: se quedaron s¨®lo en un a?o de contrato. No era una cuesti¨®n econ¨®mica [la oferta lleg¨® a ser incluso superior a los aproximadamente 20 millones anuales de McLaren]. Lo que McLaren ofrec¨ªa era un proyecto a largo plazo: grandes expectativas; un proyecto de equipo; desarrollo t¨¦cnico, con cuidado especial de la imagen p¨²blica, y muchas otras cosas que no se daban en Renault". Una de ellas, la incapacidad evidente de evolucionar el coche a lo largo de la temporada. Contrariamente a lo que suele ocurrir en McLaren, Renault comienza el campeonato con el mejor coche, el m¨¢s brillante en prestaciones, pero luego no va elevando su list¨®n y permite que los dem¨¢s acaben por igualarle o incluso por mejorarle, como ha ocurrido esta vez con Ferrari. Otra, la inseguridad de continuidad del equipo.
Sin embargo, la apuesta por McLaren es arriesgada. Y esa cantinela la ha estado escuchando Alonso desde el inicio de la temporada dentro de su propio equipo. "Creo que Alonso se arrepentir¨¢ de habernos dejado", ha dicho en reiteradas ocasiones Briatore, que odia a Ron Dennis, propietario de McLaren junto a Mercedes, y acepta mal que le robara a su perla. La relaci¨®n entre Alonso y Briatore ha pasado por momentos realmente delicados, en los que ambos tensaron la cuerda. Alonso lo hizo tras las tres primeras carreras, siendo ya l¨ªder destacado del mundial, cuando a preguntas de los periodistas confes¨® en Imola: "No espero nada del equipo. No me han ayudado mucho en los cuatro a?os que llevo con ellos. Si les necesit¨¦ en alg¨²n test, en alguna carrera o en alg¨²n momento, obtuve muy poco. Y todos sabemos ejemplos claros de muchas carreras y muchas comunicaciones con boxes que se han escuchado. Por tanto, si este a?o las cosas se me complican, tampoco espero demasiada ayuda".
Briatore reaccion¨® mal. No comprendi¨® nada y oblig¨® a Alonso a matizar sus palabras. M¨¢s adelante volvieron a enfrentarse p¨²blicamente en Hungr¨ªa, cuando Alonso fue sancionado con dos segundos en sus tiempos de la clasificaci¨®n por haber arrinconado a Doornbos y haberle sacado incluso de la pista. "Son chiquilladas, tonter¨ªas que no deber¨ªa hacer", indic¨® entonces Briatore. Y Alonso le replic¨®: "No entiendo que el equipo piense y diga eso de m¨ª". A nivel competitivo, el equipo encaj¨® el traspaso del asturiano con incredulidad, pero con discreci¨®n. Y pronto se limaron todas las asperezas con los ingenieros y los mec¨¢nicos porque todos confirmaron r¨¢pidamente que si quer¨ªan ganar un t¨ªtulo s¨®lo pod¨ªan hacerlo con Alonso. Giancarlo Fisichella, su compa?ero de equipo, iba a ayudar poco a la marca, pero no iba a mover ni un dedo por el asturiano.
Durante todo el a?o, Alonso ha tenido motivos sobrados para sentirse solo en su equipo. No es una situaci¨®n que le amilane. Es fuerte mentalmente y en muchas ocasiones necesita enfrentarse a todo el mundo para sacar su m¨¢ximo rendimiento. Forma parte de su estrategia. Cuando peor se sentir¨ªan otros, m¨¢s motivado est¨¢ ¨¦l. Tanto Alonso como su entorno han tenido siempre la ¨ªntima convicci¨®n de que si las cosas se le torc¨ªan y Fisichella se le acercaba o le superaba en la clasificaci¨®n, el equipo se decantar¨ªa claramente por el italiano, que el pr¨®ximo a?o seguir¨¢ en la escuder¨ªa. "Eso no es ciencia-ficci¨®n, sino una realidad", afirma Garc¨ªa Abad. Incluso yendo por delante y destacado, nunca se han hecho diferencias entre un piloto y el otro. Es decir, nunca se le ha pedido desde el equipo a Fisichella que ayudara a Alonso, o se ha favorecido al piloto espa?ol.
Hay algunas muestras incuestionables. Casi todas las novedades de motor las ha probado primero el piloto italiano; en muchas ocasiones, Alonso debi¨® salir en la clasificaci¨®n con m¨¢s gasolina que Fisichella con la ¨²nica intenci¨®n de igualar los tiempos de la cronometrada. Y el equipo se equivoc¨® varias veces en la estrategia, perjudicando a Alonso. El caso m¨¢s flagrante se produjo en Malaisia, donde un error de los mec¨¢nicos oblig¨® al espa?ol a salir en la ¨²ltima tanda de la clasificaci¨®n con el doble de gasolina de la prevista inicialmente: se lo llenaron dos veces y aquello le releg¨® a la s¨¦ptima posici¨®n.
Sin embargo, el detonante explot¨® en Indian¨¢polis. Las dos carreras americanas llegaron seguidas a finales de junio y principios de julio. Alonso estren¨® motor en Canad¨¢, pero Renault se neg¨® a darle la ¨²ltima evoluci¨®n. S¨®lo cinco d¨ªas m¨¢s tarde le colocaron el nuevo propulsor al coche de Fisichella para que corriera en Estados Unidos. En Indian¨¢polis, Alonso iba con la p¨¦rdida de potencia l¨®gica de un motor que lleva una carrera y con un d¨¦ficit de unos cinco caballos en relaci¨®n con el coche de Fisichella; o sea, alrededor de cuatro d¨¦cimas de p¨¦rdida por vuelta. "Fue una situaci¨®n dura, porque Fernando estaba luchando por el t¨ªtulo, pero tuvo que ceder el paso a Fisichella porque el equipo se lo pidi¨® por radio. Nunca pedimos que se ayudara a Fernando, pero al menos que no se le perjudicara", agrega Garc¨ªa Abad. Fisichella acab¨® tercero, por detr¨¢s de los dos Ferrari de Schumacher y Massa. Alonso fue quinto y comenz¨® un declive que le llev¨® a perder una distancia de 25 puntos hasta quedar s¨®lo en dos a falta de tres carreras.
A partir de ah¨ª la relaci¨®n con los responsables del equipo se deterior¨® hasta acabar siendo casi inexistente. En varias ocasiones dio la sensaci¨®n de que Alonso viv¨ªa al margen de los dem¨¢s. El Gran Premio de Hungr¨ªa ejemplariz¨® la separaci¨®n existente entre el equipo y el asturiano. Alonso y Schumacher fueron sancionados con dos segundos en la clasificaci¨®n y ello releg¨® al espa?ol a la decimoquinta posici¨®n en la parrilla, mientras que Schumacher -con menos gasolina- se coloc¨® decimoprimero. La aparici¨®n de la lluvia, sin embargo, permiti¨® a Alonso realizar una carrera memorable, probablemente una de las mejores de su vida, hasta que el error de un mec¨¢nico al atornillar la rueda derecha trasera le oblig¨® a abandonar cuando lideraba en solitario la carrera. "Lo que hizo fue muy grande", analiza Garc¨ªa Abad. "Pero en Renault ya no quedaba nadie cuando nosotros llegamos al motorhome. Briatore se hab¨ªa ido, los responsables de prensa tambi¨¦n y ya empezaban a desmontarlo todo. Recibimos m¨¢s felicitaciones desde McLaren -que estaban al lado- que de Renault. Y tuvimos que hacer la conferencia de prensa en espa?ol mientras los obreros lo desmantelaban todo".
En Italia, cuando Alonso fue sancionado con la p¨¦rdida de los tres mejores tiempos de la ¨²ltima tanda de la clasificaci¨®n por haber perjudicado, supuestamente, a Felipe Massa en su vuelta r¨¢pida, no hubo posibilidad de reacci¨®n en Renault porque los m¨¢ximos responsables -Briatore, especialmente- ya se hab¨ªan marchado. "Los ¨¦xitos los sienten especialmente los ingenieros, los mec¨¢nicos. Pero los dem¨¢s los viven de otra manera, porque saben que no hay futuro m¨¢s lejos que el 22 de octubre, cuando concluya la carrera de Brasil. Despu¨¦s no hay planes, no hay un proyecto que involucre a patrocinadores. Y eso va deteriorando la relaci¨®n".
Todo eso es vivir peligrosamente, en un mundo tan competitivo en el que un segundo es un mundo y puede perderse en un momento. "Sin embargo ha valido la pena. Porque yo s¨ª creo en el proyecto de McLaren y s¨¦ que me voy a uno de los mejores equipos de la F-1", reconoce Alonso. "Mis cinco a?os en Renault ser¨¢n inolvidables, pero otra temporada con ellos hubiera sido agotadora. En la escuder¨ªa hubo roces que nunca cicatrizaron. Y estoy convencido de que en McLaren recuperar¨¦ la ilusi¨®n que sent¨ªa cuando comenc¨¦ en la f¨®rmula 1 a los 19 a?os".
El futuro se presenta con muchas inc¨®gnitas que no se desvelar¨¢n hasta que comience la pr¨®xima temporada ya a los mandos de los b¨®lidos plateados de McLaren Mercedes. Ser¨¢ el inicio de otra etapa en la que Alonso espera volver a luchar por el t¨ªtulo, como hizo en 2005 y este a?o, supliendo muchas veces con su calidad la falta de evoluci¨®n del coche que pilota.
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