Biblioteca y museo: una pol¨ªtica cultural
El autor quiere que la cr¨ªtica cultural, el compromiso art¨ªstico y la acci¨®n muse¨ªstica vayan estrechamente de la mano y puesta por que el Muvim no quede marginado del activismo y las controversias ciudadanas
La celebraci¨®n de una jornada de "puertas abiertas" en la Biblioteca del Museo Valenciano de la Ilustraci¨®n y de la Modernidad, el pr¨®ximo d¨ªa 20 de octubre, bianiversario de su inauguraci¨®n, se convierte en adecuado motivo para reflexionar cr¨ªticamente tanto en torno a las relaciones entre la biblioteca y el museo en el que aqu¨¦lla se encuadra, como acerca del alcance del propio museo y de su pol¨ªtica cultural.
En primer lugar, habr¨ªa que comenzar recordando el particular perfil del Muvim, como "museo de las ideas", que articula y ci?e su programaci¨®n -as¨ª como las diversas actividades a ella conectadas- entre el siglo XVIII y la contemporaneidad m¨¢s radical, tal como se determina en el nombre mismo del museo, as¨ª como en su proyecto global de refundaci¨®n.
"Somos uno de los seis museos pioneros en Espa?a en tener la certificaci¨®n Aenor"
Para el aniversario de la Biblioteca se ha editado el 'Fed¨®n' (1767) de Moses Mendelssohn
A la vez, no silenciaremos que se concentran sus principales intereses en torno al patrimonio inmaterial, opci¨®n ¨¦sta claramente aceptada por el Consejo Internacional de los Museos (ICOM) y persistentemente difundida y respaldada en la actualidad.
Dir¨ªase que ese juego hist¨®rico, tan seductoramente revulsivo, establecido entre las ideas y las manifestaciones art¨ªsticas -y tambi¨¦n a la inversa-, ha sido asumido muy conscientemente por el equipo del museo como clave esencial de sus preferencias y preocupaciones. De ah¨ª que la vertiente educativa y la investigadora se hayan convertido, respectivamente, en el fulcro interno y en la palanca externa que explican y justifican el funcionamiento del centro, instalado en un edificio excepcional, de espectacular arquitectura, como instituci¨®n sociocultural, perteneciente a la Diputaci¨®n de Valencia, al servicio de las ciudadanas y los ciudadanos de este pa¨ªs y de cuantas personas nos visitan.
Investigar y educar -como objetivos- viajan pues, para nosotros, siempre juntos: investigar para educar y/o educar para mejor investigar. Asimismo deben plantearse ambos objetivos como conceptos y estrategias plenamente funcionales, capaces de aglutinar en su entorno toda la programaci¨®n del Muvim. Pero, adem¨¢s, se correlacionan tales vertientes (investigadora y educativa) muy estrechamente con esa doble relaci¨®n de intercambio -abierta y din¨¢mica- que el museo se ha propuesto mantener con la sociedad y con la universidad. De hecho, en cuanto museo, quisi¨¦ramos ser, operativamente, un puente de ida y vuelta entre ambas.
Se entender¨¢, por tanto, desde estos presupuestos, brevemente formulados, que la Biblioteca y el Centro de Documentaci¨®n, a ella vinculado, se hayan asumido como obligados referentes, por su actividad e incidencia, de la existencia del propio museo. Al fin y al cabo en ellos se aglutinan nuestros fondos bibliogr¨¢ficos y de ellos arrancan, desde su origen, tanto los proyectos expositivos, como las actividades de nuestro Centro de Estudios e Investigaci¨®n, al planificar peri¨®dicamente los congresos, ciclos y jornadas, que se desarrollan como obligado punto de reflexi¨®n de las muestras expositivas. Tambi¨¦n a la Biblioteca se conecta, de igual modo, el servicio de publicaciones especializadas, que con tanta atenci¨®n propiciamos, ya que en definitiva es en nuestras publicaciones donde se concretan, program¨¢ticamente, las indicadas facetas (expositivas y congresuales, educativas e investigadoras) del Muvim.
Por todo ello y por algo m¨¢s estamos de enhorabuena. Nos ha sido concedida recientemente, por la entidad externa Aenor, la certificaci¨®n de que el Muvim tiene implantado un Sistema de Calidad basado en la norma internacional de referencia UNE-EN ISO 9001. Se trata de un paso m¨¢s en el camino de la excelencia, a la que aspiramos. De este modo, nos convertimos en uno de los seis museos pioneros en Espa?a en haber conseguido dicha certificaci¨®n de la calidad, de entre las 1.367 instituciones museogr¨¢ficas que existen (de las cuales 168 pertenecen a la Comunidad Valenciana), seg¨²n datos estad¨ªsticos publicados ¨²ltimamente.
Retomando el hilo conductor que nos ocupa, cabe subrayar que somos bien conscientes (algo que se acent¨²a hist¨®ricamente al acercarnos y ocuparnos de las manifestaciones y propuestas del arte contempor¨¢neo) de que no se trata s¨®lo -cuando nos desplazamos a los museos- de contemplar obras sino sobre todo de conocer ideas. Primum videre deinde philosophari. Fruici¨®n y reflexi¨®n ser¨ªan, pues, entendidas como los dos extremos constituyentes del continuum en el que se encabalgan las experiencias est¨¦ticas, a sabiendas -eso s¨ª- que necesitamos recorrer las derivas de la reflexi¨®n para mejor acercarnos e incluso reforzar la subsiguiente cadena de las experiencias fruitivas.
Sabido es que el mundo del arte mantiene complejas interconexiones internas y externas y, en consecuencia, cada vez es m¨¢s dif¨ªcil escindir los procesos de an¨¢lisis y de cr¨ªtica de los mecanismos de producci¨®n, distribuci¨®n y consumo sin atender adem¨¢s al contexto en el que tales procesos se efect¨²an. Ello justifica por qu¨¦ en el Muvim nos hemos acercado al estudio y a la problematizaci¨®n de la historia de la representaciones, en el decurso de la modernidad, atendiendo particularmente a sus interconexiones con los medios de comunicaci¨®n y a la producci¨®n de los lenguajes visuales.
De este modo -como ya saben nuestros visitantes- la imprenta, el grabado, la fotograf¨ªa, el cine o la televisi¨®n, pero tambi¨¦n el dise?o, la publicidad, la ilustraci¨®n gr¨¢fica o la tipograf¨ªa, junto a las actuales tecnolog¨ªas de la imagen han constituido nuestras prioridades. Ciertamente hemos establecido estos par¨¢metros por distanciarnos de otros programas muse¨ªsticos y respetar as¨ª las opciones ya establecidas en esos espacios, pero, ante todo, tambi¨¦n lo hemos hecho porque, desde estas estrategias, quedaron s¨®lidamente definidos desde un principio, de forma diferencial, nuestros derroteros museol¨®gicos y museogr¨¢ficos.
Cuando significativamente, en octubre del 2004, como primera actividad del nuevo equipo del Muvim, se inaugur¨® nuestra Biblioteca especializada, que cuenta con 30.000 vol¨²menes, e hicimos p¨²blicas las l¨ªneas generales de la refundaci¨®n del museo, quedaban claras las orientaciones que iban a mantener nuestras apuestas inmediatas, auspiciando el encuentro entre la historia del arte, la historia del pensamiento y la historia de los medios de comunicaci¨®n, revisando los cruces entre el arte y la vida cotidiana, potenciando el di¨¢logo entre el dise?o y las manifestaciones art¨ªsticas, prestando especial atenci¨®n a las posibilidades que el papel, como eficaz soporte art¨ªstico, aporta y ha aportado a la historia de la representaci¨®n.
Todo ello sin olvidar nunca que el arte necesita de la palabra. Y en esa estrategia de cruce de lenguajes, el mismo arte apela, cada vez m¨¢s, a la autoconciencia y a la reflexi¨®n. Por ello el Muvim necesita convertirse en plataforma de esas intersecciones y en vocero de esos encuentros e intercambios tan plurales. Nos interesan ante todo, pues, las fronteras y los l¨ªmites del arte. Ese es nuestro destino y tambi¨¦n nuestra mejor apuesta.
En esa l¨ªnea, a¨²n cabr¨ªa dar algunos pasos m¨¢s. ?Por qu¨¦ no lanzar el reto de que el propio museo pueda y llegue incluso a "hacer suyas" algunas de las funciones adscritas directamente al arte p¨²blico? ?Ser¨ªa factible esa asimilaci¨®n revulsiva, desde su contenedor arquitect¨®nico, contando con sus tareas, proyectos y contenidos, por su car¨¢cter comunitario, colectivo y ciudadano y adem¨¢s por los imperativos cr¨ªticos, estimativos y legitimadores que lo sustentan?
Por ejemplo, algunas de esas funciones -transformadas en objetivos- podr¨ªan ser: (a) convertir el museo en una especie de pantalla en la que cabr¨ªa proyectar expositiva y reflexivamente los or¨ªgenes, la historia y las manifestaciones y reformulaciones de determinadas preocupaciones de la comunidad; (b) considerar el museo como catalizador y promotor de actividades colectivas; (c) no marginar al museo del activismo y de las controversias ciudadanas, ya que la cultura siempre es una adecuada caja de resonancia y el museo debe concebirse como un espacio p¨²blico en el que las personas pueden experimentarse como ciudadanas y ciudadanos, colaborando, reflexionando y discutiendo acerca de las necesidades y aspiraciones reales que, de hecho, se interrelacionan con la vida y la cultura.
Al fin y al cabo la cr¨ªtica cultural, el compromiso art¨ªstico y la acci¨®n muse¨ªstica pueden y deben darse estrechamente la mano. ?Valdr¨¢ la pena ejercitar -hoy- desde la instituci¨®n "arte", una ¨¦tica reforzada de est¨¦tica y en vez de ceder a estetizar, de manera difusa, la pol¨ªtica con grandes eventos y escenograf¨ªas, recurrir a politizar la est¨¦tica, mediante la reflexi¨®n y la autoconsciencia?
Hist¨®ricamente, el surgimiento del arte moderno conllev¨®, bajo el proyecto de su autonom¨ªa, un claro intento de que la obra de arte quedara liberada de utilidades pr¨¢cticas y como consecuencia la merma del valor de uso promovi¨®, quiz¨¢s por compensaci¨®n, su creciente valor de cambio. No obstante, en la coyuntura actual, desde nuestros planteamientos muse¨ªsticos nos complace, cada vez m¨¢s, subrayar precisamente en el programa de las exposiciones del Muvim -tan estrechamente conectadas a la vida de la ciudad, a los ritmos de lo cotidiano, a la publicidad y al mundo de las im¨¢genes gr¨¢ficas, fotogr¨¢ficas y audiovisuales- los valores de uso y sus cr¨ªticas revisiones operativas, frente a las urgencias del presente.
Pero igualmente, desde la historia del pensamiento, nos esforzamos por seguir el ritmo pautado que desde el XVIII nos conduce program¨¢ticamente hacia la(s) modernidad(es). Justamente para conmemorar un aniversario m¨¢s de la Biblioteca del Muvim, fruto de la labor desarrollada por el Centro de Estudios e Investigaci¨®n, se ha editado -como es habitual en el contexto de estas jornadas- un nuevo libro de nuestra colecci¨®n Biblioteca. En este caso, se trata del Fed¨®n de Moses Mendelssohn (1767), no traducido al castellano hasta la fecha, con el correspondiente estudio previo y notas de Josep Monter. Podr¨¢ entenderse esta nueva entrega como una tarjeta de visita "ilustrada", que desear¨ªa auspiciar, una vez m¨¢s, la reflexi¨®n entre nuestros visitantes, para quiz¨¢s, de este modo, seguir ocupando, desde el ritmo cotidiano del museo, nuevas "zonas de libertad permitida" (Thomas Crow).
En resumidas cuentas, hemos de reconocer que siguen resonando, entre nosotros, quer¨¢moslo o no, determinados postulados situacionistas, que han logrado penetrar con intensidad, directa o zigzagueantemente, en el pensamiento postmoderno. Y el museo no puede dejar de hacerse eco de ellas. Tales son: (a) el reconocimiento del protagonismo de las im¨¢genes en nuestra existencia; (b) la constataci¨®n del car¨¢cter ideol¨®gico de toda representaci¨®n y tambi¨¦n de las categor¨ªas est¨¦ticas al uso; (c) el fundamento pol¨ªtico de lo cultural.
Desde tales supuestos, nos ratificamos en que, hoy m¨¢s que nunca, la cultura hay que entenderla como la pol¨ªtica llevada a cabo por otros medios (en este caso pac¨ªficos). Y nosotros queremos ejercitar la cultura desde el museo y desde la biblioteca, ampliando si es preciso, por este camino, el concepto de lo pol¨ªtico. Por eso el Muvim abre cada d¨ªa sus puertas, aunque en esta ocasi¨®n lo haga con especiales requerimientos de compartida celebraci¨®n.
Ram¨®n de la Calle es Catedr¨¢tico de Est¨¦tica y Teor¨ªa del Arte de la Universitat de Val¨¨ncia-Estudi General y Director del Muvim.
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