A la espera de la nueva formaci¨®n inicial y del estatuto docente

A diferencia de los docentes holandeses, todos los profesores en Espa?a, tanto para la primaria como la secundaria, tienen que acreditar una titulaci¨®n universitaria. Sin embargo, algunos de los problemas del pa¨ªs centroeuropeo tambi¨¦n se pueden observar en la educaci¨®n espa?ola. Para empezar, la formaci¨®n de los docentes ha sido un continuo tema de debate durante los ¨²ltimos a?os. As¨ª, el pr¨®ximo curso o el siguiente los titulados universitarios que quieran dedicarse a la docencia en secundaria tendr¨¢n que cursar un master que constar¨¢, seg¨²n los planes del ministerio, de 60 cr¨¦ditos (un a?o).

Esto sustituir¨¢ al actual Certificado de Aptitud Pedag¨®gica (CAP), en vigor desde 1970 aunque modificado en algunas universidades, y a menudo muy criticado porque resuelve esa formaci¨®n inicial en apenas seis meses en los mejores casos. Tambi¨¦n ha sido muy criticado otro modelo de CAP que propuso el ¨²ltimo Gobierno del PP, que establece dos a?os de estudio. Previsiblemente, en estos masters habr¨¢ menos alumnos que en el CAP -s¨®lo al curso a distancia dise?ado en la Complutense se presentan unos 14.000 licenciados al a?o y otros 8.000 en las universidades andaluzas-.

Complementos al sueldo

Los docentes tambi¨¦n han reiterado en multitud de ocasiones la escasa progresi¨®n profesional que tienen sus carreras, al igual que ocurre en Holanda. El futuro estatuto del docente prev¨¦ el ascenso de los docentes (tanto monetaria como profesionalmente) por los m¨¦ritos que acumulen en las aulas, como motivaci¨®n, innovaci¨®n o mejora de la ense?anza.

Sin embargo, los sindicatos Anpe, CSI-CSIF, CC OO y UGT han anunciado recientemente movilizaciones para exigir el pago de un complemento al sueldo, acordado con el ministerio el a?o pasado, que tendr¨ªa que premiar con 60 euros m¨¢s al mes esa especial dedicaci¨®n al centro por parte de los docentes.