China teme que las sanciones hundan el r¨¦gimen norcoreano
Pek¨ªn es el principal suministrador de energ¨ªa y alimentos de Pyongyang
China no quiere que el r¨¦gimen de Kim Jong-il se derrumbe y tiene dos buenas razones para ello. Primero, Corea del Norte es un tap¨®n frente a los 30.000 soldados de EE UU desplegados en Corea del Sur. Segundo, si el r¨¦gimen norcoreano se hunde, Pek¨ªn teme una avalancha de refugiados que no est¨¢ dispuesta a acoger. Por todo ello, China descafein¨® la resoluci¨®n que impone sanciones a Pyongyang y se asegur¨® de excluir el uso de la fuerza.
Durante las intensas negociaciones que desembocaron el pasado s¨¢bado en la decisi¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU de imponer sanciones a Corea del Norte por su supuesta prueba nuclear, China dej¨® bien claro que hab¨ªa algo a lo que no estaba dispuesta para poner fin al programa at¨®mico de Pyongyang: una intervenci¨®n militar o cualquier tipo de medida que pudiera provocar el desplome del r¨¦gimen de Kim Jong-il.
As¨ª lo tuvo que aceptar Estados Unidos, con objeto de sacar adelante la resoluci¨®n, que finalmente fue adoptada en virtud del art¨ªculo 41, que excluye una eventual acci¨®n armada. Pek¨ªn quiere evitar el desmoronamiento de su vecino. Por un lado, para impedir la potencial entrada en su territorio de miles de refugiados huyendo del caos, y, por otro, porque no desea perder la zona tamp¨®n que representa Corea del Norte y que los casi 30.000 soldados estadounidenses acuartelados en Corea del Sur puedan acercarse a su territorio.
Condena en¨¦rgica
El Gobierno de Hu Jintao conden¨® en¨¦rgicamente la realizaci¨®n de la prueba, el pasado lunes, nada m¨¢s conocerse ¨¦sta, a pesar de que los dos pa¨ªses son aliados desde hace m¨¢s de medio siglo, y ha aceptado castigar a su vecino. Pero no ha querido que las sanciones sean excesivas, y durante toda la semana pasada tuvo que luchar contra la presi¨®n estadounidense para lograr suavizar el lenguaje y las medidas punitivas.
La perspectiva de una oleada de norcoreanos cruzando la frontera hacia el noroeste chino -una de las zonas de m¨¢s paro del pa¨ªs, debido al desmantelamiento de las viejas compa?¨ªas estatales- y de las organizaciones internacionales trabajando en la zona para ayudar a los huidos no agrada al Gobierno de Hu Jintao, que teme movimientos como las revoluciones de color que impulsaron la ca¨ªda de dictaduras en Ucrania, Georgia y Kirguizist¨¢n tras el desmembramiento de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Lo ¨²ltimo que desea ver es un cambio estrat¨¦gico en la zona.
Se calcula que hay entre 60.000 y 300.000 refugiados norcoreanos viviendo en el noroeste chino, mezclados entre los habitantes locales de etnia coreana, que suman m¨¢s de dos millones entre las provincias de Liaoning, Jilin y Heilongjiang. Sin embargo, algunos expertos consideran que, dado el tama?o de la poblaci¨®n china, cualquier movimiento de refugiados no ser¨ªa realmente trascendente, y que, adem¨¢s, muchos optar¨ªan por huir hacia Corea del Sur.
La estabilidad es la principal obsesi¨®n de Pek¨ªn, que la considera necesaria para proseguir la transici¨®n de la econom¨ªa planificada de estilo sovi¨¦tico al capitalismo y continuar aumentando el nivel de vida de sus ciudadanos. La construcci¨®n de una "sociedad armoniosa" se ha convertido en el mantra oficial de Hu Jintao, temeroso de que las crecientes desigualdades sociales estallen en revueltas y provoquen la ca¨ªda del Partido Comunista. Para China, las consecuencias negativas del hundimiento de Corea del Norte son mayores que las ventajas que pueda obtener de aplicar una pol¨ªtica dura.
La crisis est¨¢ sometiendo a una gran presi¨®n a Pek¨ªn. John Bolton, embajador de Estados Unidos en la ONU, le urgi¨® a que cumpla los t¨¦rminos acordados en la resoluci¨®n del Consejo de Seguridad. Pek¨ªn ha dicho que no se sumar¨¢ a la medida que permite inspeccionar barcos mercantes y aviones para verificar que no se produce tr¨¢fico de tecnolog¨ªa nuclear o de materiales que puedan ser utilizados en la fabricaci¨®n de armas de destrucci¨®n masiva o misiles bal¨ªsticos.
China es el principal suministrador de energ¨ªa y ayuda alimentaria a Corea del Norte, y es considerado el pa¨ªs que m¨¢s puede influir en Kim Jong-il para que regrese a la mesa negociadora y ponga fin a sus ambiciones at¨®micas.
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