Callar

No quepo. Y eso que me he estrechado, que no es exactamente como estresarse aunque se le parece. Digo que no quepo en m¨ª de asombro. La comparsa de moros y cristianos que deb¨ªa desfilar en Nueva York se dej¨® a los moros en casa. Diz que para no ofender. Por eso tampoco decimos ya que hay o no hay moros en la costa, pese a que el dicho solamente consagraba la realidad de cuando hubo piratas moriscos haciendo incursiones en el litoral generalmente mediterr¨¢neo.

Hasta moro suena mal y eso que s¨®lo hac¨ªa referencia al origen mauritano de los que en su d¨ªa vinieron. Bueno, tambi¨¦n leo en un diccionario etimol¨®gico que se llama moro a la "persona pac¨ªfica y de quien nada hay que temer o recelarse". Lo que ya no s¨¦ si proceder¨¢, con los tiempos que corren, aludir a la borrachera con la locuci¨®n "Moros van, moros vienen", que expresa gr¨¢ficamente la movilidad visual que produce el alcohol, pero siempre habr¨¢ quien crea botaratemente que alude a que los moros se emborrachan.

?Y qu¨¦ decir de los jud¨ªos? En el diccionario sigue lo de hacer judiadas para indicar que se hacen acciones malas, aunque se a?ade cautelarmente que eso se dice de manera tendenciosa. Sin embargo, nadie ha adoptado medida alguna sobre el bet¨²n de Judea y eso que para indicar lo rebajado que alguien queda decimos que est¨¢ a la altura del bet¨²n.

De la jud¨ªa mejor ni hablar, porque ser¨¢ el fruto de una planta pero se le puede coger por el cabo de la flatulencia. Con los gitanos pasa lo mismo, quiero decir que los utilizamos para adjetivar peyorativamente: gitanada, estar hecho un gitano, gitanear (tratar de enga?ar). Una vez emprendida la correspondiente zapa contra semejante ofensa, propongo que nos ataquemos a lo de que "no se lo salta un gitano": ?o es que los gitanos no est¨¢n capacitados para saltarse las cosas m¨¢s altas? ?Acaso tratamos de minusvalorizarlos? Pues a los chinos tampoco: ya no se puede enga?ar como a un chino (sobre todo porque son ellos los que nos podr¨ªan ahora enga?ar como a unos panolis -espa?olis-).

?Y qu¨¦ decir de la venganza catalana? De los catalanes s¨®lo puede decirse bien y aplaudirles que tengan selecci¨®n. En adelante nadie podr¨¢ ser agarrado como un catal¨¢n ni tampoco como un escoc¨¦s. Y eso de llamar ducha escocesa al alternar la de agua caliente con la fr¨ªa resulta demasiado ofensivo, porque podr¨ªa implicar duplicidad en los habitantes de las bellas tierras del whisky. Por cierto, sobra tambi¨¦n lo de beber como un cosaco, porque los cosacos a lo mejor beben pero a lo mejor no y eso de generalizar est¨¢ pero que muy mal.

Respecto a lo de la palabra de vasco, visto lo visto y el proceso y el plan Ibarretxe y las caranto?as hacia Batasuna, no puede haber expresi¨®n m¨¢s fuera de lugar. A menos que se quiera se?alar el doble lenguaje, pero entonces nuestra sensibilidad no lo tolerar¨ªa. ?Y qu¨¦ decir de los gallegos cuando para medio mundo de habla hispana suponen la dominaci¨®n colonial? Respecto a los atropellos por raz¨®n de sexo -perd¨®n, de g¨¦nero- o de tendencia sexual, ya se han escrito r¨ªos de tinta como para a?adir nada nuevo. Pero seguro que hay colectivos enteros a los que ahora estamos ofendiendo sin saberlo. De modo que mucha precauci¨®n. Puestos a ello, queda descartado decir que se lleva una vida perra, porque se podr¨ªa traumatizar a unos animalitos cuyo fin en este mundo es alegrarnos las aceras, quiero decir los hogares. Lo mismo que ser¨ªa atentar contra los derechos de los animales llamarle a uno gallina para decir que es cobarde. O v¨ªbora para decirle que es mal bicho, perd¨®n, un animalito malo. Yo no s¨¦ si darle a alguien calabazas no resultar¨¢ bastante impertinente, por no decir insultante para la minor¨ªa de las cucurbit¨¢ceas. Lo mismo que tener mala uva puede interferir con las leg¨ªtimas aspiraciones del reino vegetal a ser tratado correctamente.

A este paso, decir no podr¨ªa ser considerado despectivo para el propio lenguaje porque tiene connotaciones negativas, de modo que mejor ser¨¢ callar. De no ser que callar tambi¨¦n resulte pol¨ªticamente incorrecto frente a decir.