La paradoja Drogba-Shevchenko
El marfile?o es quien marca los goles que el club londinense esperaba del ucranio
Jos¨¦ Mourinho perfilaba en septiembre un horizonte id¨ªlico que no se ha concretado: "Espero ver al mismo Drogba y a un Shevchenko mejor". El marfile?o ha afilado su naturaleza goleadora. Pero el ucranio, reci¨¦n aterrizado en Londres, parece un p¨¢lido reflejo de su leyenda de segundo goleador en la Copa de Europa: 52 tantos, superado s¨®lo por Ra¨²l. La desproporci¨®n entre las expectativas y la realidad definen, hoy por hoy, a una de las parejas m¨¢s caras de la historia del f¨²tbol. Drogba ha marcado cinco goles en la Premier y tres en la Champions en su tercera estaci¨®n en Stamford Bridge. Shevchenko s¨®lo ha conseguido uno en la Liga inglesa y otro en la Community Shield el d¨ªa de su debut en el club que pag¨® por ¨¦l al Milan 31 millones de libras (46 millones de euros).
Tras siete a?os en San Siro, Shevchenko, objetivo de Roman Abramovich desde que compr¨® el Chelsea, sali¨® del Milan acusado de mercenario por los tifosi. ?l aleg¨® que el motivo de su traspaso era familiar: quiere que su hijo, Jordan, crezca hablando el idioma de su madre, la modelo estadounidense Kristen Pazik. Pero, a primeros de mes, Shevchenko organiz¨® en su 30? cumplea?os una fiesta a la que invit¨® a directivos y jugadores del club italiano y los tabloides brit¨¢nicos incluso especularon con que hab¨ªa reclamado los servicios de los psic¨®logos de su anterior club para tratar de mitigar los problemas de adaptaci¨®n al f¨²tbol ingl¨¦s.
Lo cierto es que Shevchenko, que en el c¨¦sped se muestra tan voluntarioso como poco certero, reniega del div¨¢n. Prefiere refugiarse en la confianza ciega de su t¨¦cnico. La pasada semana, por ejemplo, Mourinho no dud¨® en viajar a Kiev para arroparle en el partido Ucrania-Escocia y su protegido le agradeci¨® el detalle con un gol.
"Cada vez est¨¢ mejor f¨ªsicamente. Se nota en su velocidad de movimientos. Seguir¨¢ jugando hasta que marque. Adem¨¢s, su trabajo sin bal¨®n es excepcional", afirma Mourinho, que insiste en un m¨®dulo t¨¢ctico con dos delanteros. El potente y veloz Drogba est¨¢ marcando los goles que se esperaban de Shevchenko y, por a?adidura, satisface sus exigencias en otras facetas, como la presi¨®n sobre la defensa rival o la retenci¨®n de la pelota cerca del ¨¢rea adversaria para dar tiempo a las llegadas de Lampard, menos vigoroso que antes.
Drogba y Shevchenko recuerdan sus m¨²ltiples enfrentamientos con el Bar?a. Y a esos antecedentes se agarra el ucranio para animar su esp¨ªritu competitivo. El marfile?o, en cambio, no marc¨® en ninguna de las eliminatorias del Chelsea con los azulgrana y en 2005 fue expulsado tras clavar sus tacos en el est¨®mago de Vald¨¦s.
Shevchenko tampoco celebr¨® ning¨²n tanto propio en la semifinal perdida por el Milan el curso pasado ni en su victoria por 3-0 en 2000, pero s¨ª bati¨® dos veces a Vald¨¦s en 2004. Adem¨¢s, el Camp Nou fue testigo de su primera noche de gloria europea. En la temporada 1997-98, con Van Gaal, el Bar?a vivi¨® un trastorno bipolar. L¨ªder y finalmente campe¨®n en Espa?a, su aventura continental concluy¨® de forma prematura y traum¨¢tica. S¨®lo consigui¨® un punto en los cuatro primeros partidos de su grupo, integrado por el PSV, el Newcastle y un D¨ªnamo de Kiev con un voraz delantero de 21 a?os que le desgarr¨®. En Ucrania, el D¨ªnamo gan¨® por 3-0 y Sheva no marc¨®, pero provoc¨® la expulsi¨®n de Hesp. Dos semanas despu¨¦s, en Barcelona, se ceb¨® en Vitor Bah¨ªa, que acab¨® abucheado: 0-4 con tres goles firmados por ¨¦l.
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