Cuentas pol¨ªticas
Como viene sucediendo casi siempre cuando el Gobierno no cuenta con mayor¨ªa absoluta, los principales partidos nacionalistas, CiU y PNV, respaldar¨¢n el proyecto de Presupuestos Generales del Estado tras amagar con no hacerlo y negociar contrapartidas. Ambas formaciones hab¨ªan presentado enmiendas a la totalidad, y ambas las retiraron horas antes de ser votadas ayer. Las vicisitudes que han conducido a ese desenlace son un reflejo del deslizamiento de la pol¨ªtica de alianzas del PSOE desde la inicial asociaci¨®n prioritaria con ERC e IU hasta la b¨²squeda de acuerdos de futuro con los partidos de Artur Mas y Josu Jon Imaz.
Lo m¨¢s interesante es el acuerdo entre Duran i Lleida, portavoz de CiU, y el vicepresidente Solbes sobre las inversiones del Estado en Catalu?a. El nacionalismo catal¨¢n de todos los colores sostiene que los Presupuestos presentados no respetan el compromiso (introducido como disposici¨®n adicional en el nuevo Estatuto) de que las inversiones en infraestructuras en Catalu?a no sean inferiores a la aportaci¨®n de esa comunidad a la riqueza nacional. Esa aportaci¨®n es actualmente del 18,8%. La discusi¨®n ha sido metodol¨®gica: en torno a la forma de decidir sobre qu¨¦ cantidad global ha de calcularse ese porcentaje. Prueba de que se trata de una cuesti¨®n en s¨ª misma discutible es que las cifras resultantes de los c¨¢lculos realizados por el Gobierno central, la Generalitat, la Cambra de Comer? de Barcelona y ERC, entre otros, difieren notablemente.
Duran propuso y Solbes acept¨® que la fijaci¨®n de la metodolog¨ªa se establezca por mutuo acuerdo entre el Gobierno de Zapatero y el que salga de las elecciones catalanas del 1-N. Un prodigio de sutileza, pues por una parte supone dar por hecho que CiU gobernar¨¢ a partir de noviembre, pero, por otra, el acuerdo se aplaza hasta despu¨¦s de las elecciones para evitar una imagen de excesivo compromiso con los socialistas, sus principales rivales en las urnas. Y para el Gobierno de Zapatero es tambi¨¦n una oportunidad de garantizarse un aliado seguro en el futuro sin agraviar a un PSC en plena campa?a electoral.
El acuerdo con el PNV tiene que ver con inversiones, como ya ocurri¨® el a?o pasado, aunque ahora tambi¨¦n con el cupo (cantidad aportada a la financiaci¨®n del Estado por las competencias no asumidas: Ej¨¦rcito, servicio exterior, etc¨¦tera). El compromiso consiste en no modificar el criterio aplicado hasta ahora para fijar ese cupo; es decir, en aplazar una vez m¨¢s la revisi¨®n que muchos t¨¦cnicos aconsejan por considerar que el actual resulta muy beneficioso para el Pa¨ªs Vasco y discriminatorio para otras comunidades con similar nivel de renta.
ERC, de nuevo marginada a la hora del acuerdo decisivo, anunci¨® que manten¨ªa su veto a los presupuestos, y el otro ex aliado preferente, IU, su abstenci¨®n. Pero con la condici¨®n, aprobada internamente, de votar a favor si exist¨ªa peligro de que los presupuestos fueran rechazados; lo que indica cierta artificiosidad en su postura.
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