Guerra llama al PSOE a recuperar el "esp¨ªritu constitucional"
Reclama al partido que ayude al PP a "dejar de arrastrar la mochila del 11-M"
Alfonso Guerra, hist¨®rico n¨²mero dos del PSOE, art¨ªfice junto a Fernando Abril Martorell, ex vicepresidente del Gobierno con UCD, del gran pacto que dio paso a la Constituci¨®n de 1978, a?ora el ambiente pol¨ªtico de esa ¨¦poca. Ayer lo dej¨® claro en una larga charla mantenida tras una comida en el Club siglo XXI. No s¨®lo cree ha bajado mucho el nivel de los primeros espadas de la pol¨ªtica si se compara con los de entonces. Sobre todo piensa que, desde 1993, el PP ha decidido denigrar al PSOE porque cree que es la ¨²nica manera de ganarle. A la vez teme que muchos socialistas piensen "equivocadamente" que la estrategia de aislar al PP es positiva para sus intereres. Ante este choque de trenes, Guerra llam¨® tanto a la oposici¨®n como especialmente a su partido, que ahora gobierna a "recuperar el esp¨ªritu constitucional".
En esta l¨ªnea, el presidente de la Comisi¨®n Constitucional defiende el pacto entre los dos grandes partidos para cuestiones fundamentales, como las reformas de estatutos, la ley electoral o la pol¨ªtica antiterrorista. Tanto es as¨ª que Guerra confes¨® que le queda un resquemor respecto a la Constituci¨®n que ¨¦l contribuy¨® a redactar. "Deb¨ªamos haber puesto que los estatutos de autonom¨ªa deben ser aprobados con dos tercios en el Congreso, y no con mayor¨ªa simple. Las cosas hubieran ido mucho mejor". Esto va en contra de la l¨ªnea pol¨ªtica defendida por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y habr¨ªa impedido que el Estatuto catal¨¢n saliera adelante, por ejemplo, porque el PP tendr¨ªa poder de veto.
"Bola en el tobillo" de Rajoy
Guerra cree que la principal causa de la actual situaci¨®n pol¨ªtica es la actitud del PP en sus ¨²ltimos a?os de Gobierno, que ha generado "demasiada enemistad", pero cree que el PSOE tiene la responsabilidad de revertir la situaci¨®n. Reclam¨® a su partido que "ayude al PP a olvidar que hubo un 11 de marzo, a romper esa bola en el tobillo del l¨ªder del partido, a dejar de arrastrar la mochila del 11-M durante cuatro a?os".
?l ya est¨¢ contribuyendo, explica, al menos en su tierra, Andaluc¨ªa, para que el PP se sume al consenso de la reforma del Estatuto "para que no pasen otros 24 a?os lejos del poder", se?al¨® con iron¨ªa, aunque aclar¨® inmediatamente que a ¨¦l le parece "un invento" eso de la realidad nacional andaluza que all¨ª nadie entiende.
Guerra lanz¨®, como es habitual, una reflexi¨®n preocupada sobre el ¨¦xito del discurso nacionalista. "Los nacionalismos est¨¢n contaminando a toda Espa?a y a todos los partidos", aclar¨®. Y se pregunt¨® si hay alguien que no vea que algunas competencias tienen que ser estatales. Puso dos ejemplos: la lucha contra los incendios, ya que Galicia recibi¨® ayuda de Portugal antes que del resto de Espa?a por problemas burocr¨¢ticos, y el urbanismo. Un municipio de 143 habitantes no puede tener esas competencias, deben ser del Estado. Si eso es centralismo, soy centralista". Guerra concluy¨® con una dura opini¨®n sobre George Bush, presidente de EE UU: "rob¨® las elecciones y ha sido una desgracia para el mundo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.