Terra Ch¨¢, aguas y mitos gallegos

Cuenta la leyenda que la laguna de Cospeito, uno de los humedales m¨¢s singulares de la Terra Ch¨¢ (Tierra Llana), en Lugo, no fue obra de la naturaleza, ni de la lluvia, ni siquiera de las meigas que habitan en su entorno, sino de la propia Virgen, que, llegada a la aldea de Valverde en busca de refugio y alimento, y rechazada por todos los lugare?os excepto por uno, decidi¨®, como castigo, enterrar el pueblo bajo las aguas que hoy son refugio para multitud de aves. Una peque?a iglesia erigida en su honor destaca sobre un promontorio a cuyos pies se extiende Feira do Monte, la capital administrativa del municipio de Cospeito. La iglesia y la laguna est¨¢n hoy separadas por unos tres kil¨®metros y una panor¨¢mica deliciosa, que abarca desde la laguna hasta las lejanas monta?as de sierra de Meira y el macizo de Monseib¨¢n, en invierno cubiertos por la nieve.

Recuperaci¨®n de los humedales

Fuente de vida y de historias de tradici¨®n oral, el agua, los humedales, los r¨ªos apenas encajados horadan la geograf¨ªa de la Terra Ch¨¢, una vasta llanura -es la comarca m¨¢s extensa de Galicia- delimitada por monta?as. El Mi?o y sus afluentes recorren esta zona de impresionante planitud situada al norte de la ciudad de Lugo, y las autoridades miran hoy hacia las lagunas naturales, despreciadas en los a?os sesenta -muchas, entre ellas la de Cospeito, fueron desecadas con fines agr¨ªcolas- y ahora en fase de recuperaci¨®n como parte de la Reserva de la Biosfera Terras do Mi?o y como gancho para un incipiente mercado tur¨ªstico.

La Terra Ch¨¢ esconde hipn¨®ticos paisajes para los amantes de la naturaleza -existen dos Lugares de Inter¨¦s Comunitario (LIC), Parga-Ladra-T¨¢moga y Serra do Xistral- e interesantes propuestas para los que buscan, adem¨¢s, practicar algo de deporte lejos del turismo de masas.

La ruta que proponemos a continuaci¨®n parte de Lugo -con sus murallas romanas del siglo III, su casco antiguo y sus poco conocidas termas-, y, en coche o en bicicleta, permite recorrer buena parte de la comarca teniendo como escala tres de sus humedales m¨¢s ricos y fascinantes.

A unos 15 kil¨®metros de Lugo, entre Outeiro de Rey y R¨¢bade, el viajero puede realizar su primera parada en las Ins¨²as do Mi?o, esas peque?as islas de frondosa vegetaci¨®n que se forman en el curso del r¨ªo m¨¢s importante de Galicia. Sauces, alisos, abedules, robles y avellanos pueblan estos oasis vegetales, bautizados a menudo con nombres de santos: Santa Mari?a, San Silvestre, San Roque, Do Curro, Trabanca... A la de San Roque se puede llegar a trav¨¦s de una antigua senda delimitada por chantos, ahora recuperada. No muy lejos de all¨ª, en la confluencia de los r¨ªos Parga y Ladra, surge el pozo do ollo, un lago de exuberante vegetaci¨®n y elevados ¨¢rboles, con espada?ales y carrizales. El centro de interpretaci¨®n de este LIC propone interesantes rutas, como las que recorren los viejos molinos de piedra o las que surcan, en batuxo -peque?a embarcaci¨®n t¨ªpica-, tramos del r¨ªo.

Siguiendo el recorrido, a unos 30 kil¨®metros de la capital, se halla la laguna de Cospeito, probablemente el humedal mejor recuperado y mejor adaptado para los visitantes. Mitificada en sus or¨ªgenes, fuente de leyendas sobre pueblos anegados y esp¨ªritus que deambulan, despreciada y desecada despu¨¦s, la laguna de Cospeito se presenta hoy como el refugio ideal para un gran n¨²mero de aves que llegan desde el norte de Europa y para aquellas que habitan durante todo el a?o y comparten arm¨®nicamente su espacio con los habitantes de la zona.

En los ¨²ltimos a?os, esta ¨¢rea ha recuperado una parte de su morfolog¨ªa original y, adem¨¢s, se ha adaptado a los nuevos tiempos. Un sendero de unos cuatro kil¨®metros circunda la laguna y permite a paseantes y ciclistas -el acceso en coche est¨¢ prohibido- contemplar desde muy cerca un espect¨¢culo de flora y fauna. A lo largo del sendero existen cinco miradores que, construidos en madera y piedra, permiten hacer un alto en el camino y observar -se recomienda llevar prism¨¢ticos- especies lim¨ªcolas como las avefr¨ªas, apenas presentes en el resto de Galicia pero habituales en las praderas colindantes, o el amenazado sis¨®n. En invierno, hasta 1.500 aves acu¨¢ticas (patos azulones y culleretes, garzas y gallinas de r¨ªo) se concentran aqu¨ª, lugar de paso de las migraciones en primavera y oto?o.

Culebras y nutrias

En el acceso sur de la laguna existe tambi¨¦n un centro de interpretaci¨®n en el que Gustavo, su responsable, ofrece detalles sobre las aves, as¨ª como sobre los numerosos anfibios que habitan en los prados h¨²medos que la rodean, los reptiles (culebras de agua) y mam¨ªferos (nutrias, erizos, corzos) que completan la fauna del lugar.

A trav¨¦s de los caminos, asfaltados o no, que rodean la laguna, el visitante puede llegar (a pie, en bici o en coche) a Feira do Monte, desde cuyo mirador -situado en lo alto del monte, al lado de la iglesia- contemplar¨¢ una panor¨¢mica espectacular de la laguna y sus alrededores. Por la zona oeste del lago, un paseo bonito lleva hasta el caudaloso r¨ªo T¨¢moga, hace a?os zona de ba?o veraniego para los j¨®venes del lugar. En sus inmediaciones, el Pazo de Sistallo, un antiguo molino de agua, y el robledal de San Paio -el segundo s¨¢bado de julio se celebra all¨ª una popular romer¨ªa- merecen una visita.

El ¨²ltimo alto en el camino conduce hasta la Lagoa de Caque o de los Baluros (brujos), en el municipio de Castro de Rei. Pese a que es una de las lagunas mejor conservadas de la comarca y con una gran variedad de especies a lo largo de todo el a?o, el acceso es restringido. No existe ning¨²n camino ni ruta que permita bordearla, pues se intenta preservarla de la acci¨®n del hombre.