Al Deportivo le sienta bien el gris

El desparpajo juvenil del nuevo Deportivo apenas logra tapar la grisura que envuelve al equipo de Joaqu¨ªn Caparr¨®s. Nadie puede negar a los chicos su ah¨ªnco y aplicaci¨®n, aunque el f¨²tbol, de momento, apenas haya asomado por Riazor. A qui¨¦n le importa, se dir¨¢ Caparr¨®s. Con tan anodina vestimenta, el Depor ha empezado la Liga a todo gas y se lleva partidos como el de anoche, frente a un At¨¦tico que tampoco es que ofreciera mayores brillos, pero que fue incontestablemente superior en el juego. En Riazor los rojiblancos vivieron uno de esos duelos que alimentan su m¨ªstica victimista. Jug¨® mejor el Atl¨¦tico, estrell¨® un bal¨®n en el palo, oblig¨® a Aoute a un par de intervenciones de m¨¦rito y, ya con el marcador en contra, Torres fall¨® un remate desde el ¨¢rea peque?a. Pero perdi¨® con un gol de Arizmendi, jugador desechado en el Manzanares. Y para completar el cuadro volvi¨® a sufrir el flagelo de las lesiones. La china le toc¨® esta vez a Mista y a Perea.

Bajo la lluvia oto?al de Riazor, Javier Aguirre arm¨® al Atl¨¦tico con el trivote, ese artefacto de ingenier¨ªa t¨¢ctica que suele sumir los partidos en la espesura. La regla tambi¨¦n se cumpl¨® anoche, despu¨¦s de que Aguirre echase el cierre a su centro del campo con los candados de Costinha, Luccin y Maniche, un tr¨ªo de acero. El Atl¨¦tico se hizo con el control del juego y aprision¨® al Deportivo, que pareci¨® completamente inerme. El precio fue que Torres quedase aislado en la punta. Y que el partido no pasase de un derroche de sudor sobre un c¨¦sped h¨²medo, tan abnegado por parte de sus protagonistas como estomagante para el escaso p¨²blico que se aventur¨® a ir el estadio en una noche intimidatoria.

El Atl¨¦tico tuvo la pelota y eso le proporcion¨® cierta presencia en el ¨¢rea contraria. Pero, fuera de alguna incursi¨®n de Galletti por la derecha, su juego fue m¨¢s intrascendente que otra cosa. Hasta el tramo final de la primera parte, el Depor s¨®lo se vio apretado tras un magn¨ªfico centro de Galletti al que respondi¨® Mista con un cabezazo poderoso. El cuadro de Caparr¨®s estuvo como en sus d¨ªas m¨¢s insufribles. Fue un equipo plano, tan laborioso como burocr¨¢tico,dedicado con mucha atenci¨®n a las tareas menores e incapaz de embarcase en cualquier misi¨®n de cierto vuelo. No hubo un jugador capaz de un desborde, de un pase sorprendente, de alguna acci¨®n con un m¨ªnimo de ingenio.

Como los dos equipos parec¨ªan jugar cuesta arriba, acabaron entregados a la ¨²nica idea disponible para atacar la porter¨ªa contraria: el zurriagazo al bal¨®n desde la lejan¨ªa. As¨ª llegaron las dos mejores ocasiones de la primera parte. La del Depor fue adem¨¢s la ¨²nica, tras un duro remate de Riki a 30 metros de la meta ante el que no flaque¨® Leo Franco. El Atl¨¦tico tuvo el gol mucho m¨¢s cerca en otro remate de Luccin, m¨¢s contundente todav¨ªa, desde las profundidades del centro del campo: la pelota peg¨® primero en Aouate, luego en el palo y acab¨® enred¨¢ndose en una serie de carambolas.

Al juego del Atl¨¦tico le faltaba picante, incluso despu¨¦s de que entrara alguien tan sobrado de especias futbol¨ªsticas como Ag¨¹ero, sustituto de Mista a la media hora despu¨¦s de que el ex valencianista cayera lesionado Pero, con todas sus carencias, los rojiblancos fueron los ¨²nicos que reunieron ciertos m¨¦ridos para marcar. Se vio m¨¢s claro incluso en el arranque de la segunda parte, que trajo mayor determinaci¨®n a las filas rojiblancas. El portero local, muy solvente a disparos de Torres y Maniche, fue clave en esos momentos.

Los equipos de Caparr¨®s siempre esperan por alg¨²n peque?o detalle para pescar en medio de la nada.El t¨¦cnico local cambi¨® en el descanso a Sergio por Verd¨², es decir, energ¨ªa por toque. El chico que proviene de la cantera del Bar?a, poco utilizado hasta ahora, es lo m¨¢s parecido a Valer¨®n que hay en la plantilla deportivista. Lo demostr¨® en la falta que origin¨® el gol, lanzada con un toque sedoso que Arizmendi pein¨® de espaldas a la porter¨ªa. El Atl¨¦tico a¨²n volvi¨® a malbaratar otra oportunidad en un tiro a bocajarro que descubri¨® las carencias rematadoras de Fernando Torres, tras una buena dejada de cabeza de Ag¨¹ero. Y el Depor se fue tan contento, embutido en ese traje gris con el que ya asoma por la cima de la clasificaci¨®n.