La baraja del ingeniero
Luis del Rivero, que fund¨® Sacyr en 1986, ha convertido la constructora en una de las grandes del sector tras varias operaciones, rematadas esta semana con la entrada en Repsol YPF
"Nunca juega el tah¨²r la pieza que el contrario presume y menos la que desea". Las reflexiones de Baltasar Graci¨¢n en su Or¨¢culo Manual y Arte de la Prudencia parecen regir las audaces actuaciones de Luis del Rivero, como la reciente entrada en Repsol YPF. La empresa que preside, Sacyr Vallehermoso, ha adquirido el 9,24% del capital del grupo petrolero y se espera que lo aumente. Con su libreto secreto bajo el brazo, su t¨ªtulo de ingeniero de Caminos en bandolera, su pedigr¨ª de hombre hecho a s¨ª mismo, su voracidad insaciable y sus cinco bypass, se ha convertido en uno de los actuales amos del universo, aunque sobre la piel de triunfador lleva marcado el fracasado intento de controlar el BBVA, donde probablemente hizo un aterrizaje forzoso en el que no tuvo muy en cuenta el or¨¢culo del jesuita aragon¨¦s del siglo XVII.
Forma parte del c¨ªrculo de empresarios de confianza de La Moncloa
Sobre la piel del triunfador lleva marcado el fracasado intento de controlar el BBVA
Pertenece a esa nueva aristocracia econ¨®mica que se ha asentado entre las estirpes empresariales
Ya el pasado marzo, Del Rivero hac¨ªa gui?os de dif¨ªcil averiguaci¨®n. Ante un grupo de empresarios catalanes, alert¨® del peligro de que las empresas privatizadas espa?olas cayesen en "manos extranjeras" al hilo del jaleo originado por la oferta de la alemana E.ON sobre la espa?ola Endesa. No se descarta que en esos momentos ya hubiese mirado la cartera y estudiado la posibilidad de meterse en la pelea. Hay quien asegura que le frenaron. Lo que ten¨ªa claro es que las constructoras son, junto a los bancos, las ¨²nicas que pueden tirar de chequera y que ¨¦l, metido entre los grandes, no quer¨ªa fallar ni quedarse rezagado mientras ve¨ªa maniobrar a sus rivales. Despu¨¦s de que ACS se instalase en Fenosa e Iberdrola y Acciona en Endesa, los tiros de Sacyr apuntaron hacia otra pieza de caza mayor, Repsol.
Hijo de un militar del Ej¨¦rcito del Aire, este murciano nacido en febrero de 1949 se march¨® a estudiar Caminos a Santander, en cuya Escuela se licenci¨® en 1972 y de donde sali¨® casado con una c¨¢ntabra. Ese mismo a?o comenz¨® a trabajar en Hiceosa, una sociedad de cimentaciones. En 1974, entr¨® en Ferrovial, grupo que dej¨® en 1986 junto a Jos¨¦ Manuel Lou-reda, F¨¦lix Riezu y Manuel Manrique para crear Sacyr con un capital de 40 millones de pesetas.
De la c¨²pula de Sacyr, Del Rivero sobresal¨ªa por su osad¨ªa, mientras Loureda, entonces presidente, y Manrique, actual consejero delegado, siempre han sido mucho m¨¢s comedidos y voluntariamente relegados a segundo plano (el cuarto, F¨¦lix Riezu, hizo caja a los pocos a?os y abandon¨® la nave). M¨¢s tarde, en 2001, se incorporar¨ªan financieros de tradici¨®n y dinero, mucho dinero, como Juan Abell¨® y Demetrio Carceller. La qu¨ªmica entre Del Rivero y Abell¨®, que admira la capacidad de trabajo de aqu¨¦l, es excelente. La pareja se ha convertido en una de las m¨¢s din¨¢micas de la vida empresarial espa?ola.
Pero al contrario que Abell¨®, rico ya de familia, Del Rivero pertenece a esa nueva aristocracia econ¨®mica que se ha asentado entre las veteranas estirpes empresariales durante la democracia y normalmente con el ladrillo por montera. Sin embargo, tard¨® en aparecer en las listas de los privilegiados, donde se codea con sus antiguos due?os, los Del Pino; familias cl¨¢sicas, como la Koplowitz (FCC) o la Entrecanales (Acciona), y otros de reciente auge como Florentino P¨¦rez (ACS) y Villar Mir (OHL), con los que comparte profesi¨®n, buenas relaciones y pasi¨®n por el Real Madrid, del que fue vicepresidente. Tambi¨¦n con Fernando Mart¨ªn (Martinsa), socio en la directiva del Bernabeu y en Sacyr hasta que se fue para satisfacci¨®n no disimulada de Del Rivero y compa?¨ªa, que nunca aceptaron de buen grado la presencia del promotor de Valladolid.
Campechano y ocurrente, no se le conocen apenas aficiones m¨¢s all¨¢ del trabajo y la prosperidad, pero Luis del Rivero es un jugador (de p¨®quer y de lo que haga falta) infatigable. Tanto traj¨ªn y tanta angustia por el triunfo seguramente fueron la causa de los problemas de coraz¨®n del que fue intervenido en marzo de 2005. Desde entonces dedica mucho tiempo a andar y los fines de semana a cuidar a sus nietos. Pese a que baj¨® el list¨®n, no perdi¨® la valent¨ªa para los negocios y no ha dejado de tramar operaciones y cocinar enredos.
Sabe que la carrera empresarial est¨¢ llena de obst¨¢culos y que si se quiere ser alguien en un sector tan dado al navajeo como el de la construcci¨®n hay que ser diestro en el arte de la esgrima. Ven¨ªa con la lecci¨®n aprendida de su anterior etapa y, sobre todo, por el esc¨¢ndalo en la venta de unos terrenos de Ferrovial al Gobierno de Murcia que luego ser¨ªan cedidos a General Electric, en los que intermedi¨® para su antigua empresa "por amistad" (seg¨²n declar¨® en el Parlamento murciano) siendo ya director de Sacyr. El episodio, considerado entonces un pelotazo para Ferrovial ya que hab¨ªa otros terrenos que eran mucho m¨¢s baratos, cost¨® la cabeza del entonces presidente socialista, Carlos Collado, en 1991.
En su regi¨®n de origen mantiene buenas relaciones y pr¨®speros negocios. Ha sido muy activo en la comunidad de regantes de Cartagena, pero tambi¨¦n participa en los proyectos de desalinizaci¨®n previstos en Murcia. Tiene muchas esperanzas en el nuevo aeropuerto de la regi¨®n. Adem¨¢s, cuenta con una de las mayores producciones de c¨ªtricos de Espa?a. No es de barco ni de caza, pero de cuando en cuando aparece en alguna de las cacer¨ªas montadas por Abell¨® y a las que asiste con frecuencia el Rey. Pero sus mayores ratos de ocio los pasa en Cantabria, su tierra de adopci¨®n, donde se refugia con frecuencia, sobre todo en verano, y mantiene muy estrechas relaciones.
Y como el fin justifica los medios, sus antiguas vinculaciones pol¨ªticas con la derecha (fue presidente de AP en Murcia y cabeza de lista por esta provincia en las primeras elecciones, sin ¨¦xito) no le han impedido manejarse con total desenvoltura con los socialistas. De hecho, fueron los contratos recibidos de la Administraci¨®n socialista los que permitieron engordar los primeros kilos al grupo y ponerlo en la autopista. ?sa es, precisamente, una de las razones que explica el fulgurante enriquecimiento de los ingenieros que formaron Sacyr hace 20 a?os y que hoy se ha convertido en la segunda del sector por capitalizaci¨®n burs¨¢til y la quinta por tama?o. Adem¨¢s de demostrar que estaban m¨¢s que preparados para dar el salto y no quedarse como buenos ejecutivos de Ferrovial, el principal acierto estriba en que supieron estar en el momento oportuno y en el lugar adecuado para aprovecharse de las inversiones que este pa¨ªs destin¨® a infraestructuras. De hecho, esas inmensas ganancias explican una de sus ya c¨¦lebres frases acu?adas por Del Rivero: "La construcci¨®n es la mayor generadora de nuevos ricos". Ah¨ª queda eso.
Forma parte del c¨ªrculo de empresarios de confianza de La Moncloa. Est¨¢ integrado en el observatorio de Latinoam¨¦rica formado por el director de la Oficina Econ¨®mica, Miguel Sebasti¨¢n, con empresas con intereses en la regi¨®n. Tambi¨¦n fue de los elegidos para el reciente desayuno con Tony Blair, no sin el sordo cabreo en otros empresarios con m¨¢s presencia en Reino Unido que no fueron invitados. Pero le molesta sobremanera que le digan que Sacyr es la constructora del PSOE y pone argumentos para demostrar que tanto en etapas socialistas como del PP todas las constructoras se beneficiaron de las infraestructuras y del boom inmobiliario.
Fue esa buena relaci¨®n con el Gobierno la que, sin duda, le sirvi¨® de impulso para lanzar el asalto al BBVA, que ¨¦l persegu¨ªa desde hac¨ªa a?os. Con el 3% del banco en la mano -y el objetivo de llegar al 8%- se present¨® ante el presidente de la entidad, Francisco Gonz¨¢lez, para anunciarle que quer¨ªa entrar en el consejo. Gonz¨¢lez, nombrado por el PP al frente de la antigua Argentaria, le recibi¨® con cara de pocos amigos, se encastill¨® y gan¨® la batalla con el respaldo del gobernador del Banco de Espa?a, Jaime Caruana, y la neutralidad del ministro de Econom¨ªa, Pedro Solbes. La verdad es que la operaci¨®n result¨® un fiasco, quiz¨¢ por precipitada, quiz¨¢ por una estrategia equivocada. Del Rivero y los que le rodearon salieron malparados; pero, haciendo gala de excelentes reflejos, le puso al mal tiempo buena cara: "Nos hemos llevado una buena pedrea". Plusval¨ªas de 150 millones.
Para entonces, Sacyr ya hab¨ªa emprendido una carrera de ¨®rdagos. Gan¨® estatura; pero el paso de gigante fue la compra de Vallehermoso al Santander. Como ha hecho ahora con Repsol, fue el propio banco presidido por Emilio Bot¨ªn el que dio el respaldo financiero. De esa forma, el empresario murciano, que todav¨ªa era consejero delegado de Sacyr, sent¨® sus reales en la inmobiliaria y provoc¨® la salida del presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, y del consejero delegado, Emilio Novela. Luego comprar¨ªa la Empresa Nacional de Autopistas y la mayor constructora portuguesa, Somague.
Luis del Rivero suele presumir de que no necesita "ning¨²n rating, que el ¨²nico que importa es el cr¨¦dito bancario" poni¨¦ndose frente a los analistas que bucean en las cuentas del grupo y hablan de alto apalancamiento y otras technicalities. El ingeniero sonr¨ªe y con esos ojos vivarachos en seguida busca respuestas: "El dinero no es problema para comprar lo que queramos". Y si hay que esconder las cartas, lo hace como nadie. "Cuando estamos a setas, estamos a setas, y cuando a Rolex, a Rolex", respond¨ªa sin rubor al pregunt¨¢rsele sobre la inminente compra de Repsol. Las setas eran ni m¨¢s ni menos que Europistas y la constructora francesa Eiffage, que le pueden permitir situarse al frente del sector constructor y de autopistas a nivel mundial. El Rolex, naturalmente, Repsol. Y es que ya dice Graci¨¢n que "sin mentir, no decir todas las verdades".
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