Ganar antes de ganar
Discusiones aparte sobre la justicia que rodea un premio y que suele resultar de tama?o y ruido proporcional a la importancia del premio, el Pr¨ªncipe de Asturias no s¨®lo trata de reconocer los ¨¦xitos deportivos, sino la forma en que se logran y las cualidades que atesoran aquellos que los consiguen. Cuando la selecci¨®n espa?ola de baloncesto ascendi¨® a los cielos al lograr por primera vez en su historia ser campeona del mundo, los halagos se vieron acompa?ados por aceradas cr¨ªticas a la Espa?a futbol¨ªstica que hab¨ªa fracasado en Alemania. Su principal defensa fueron frases tan manidas como lo de que las comparaciones son odiosas o que una cosa no ten¨ªa nada que ver con la otra, hasta llegar a la inoportuna frase de Guti, aquella en la que con iron¨ªa se pregunt¨® por qu¨¦ no se pon¨ªan Gasol y Calder¨®n a jugar al f¨²tbol. Con todos los respetos, no entendieron qu¨¦ escond¨ªa el debate. O se dejaron llevar por el escozor que produc¨ªa tener que contestar una y otra vez la misma pregunta.
Evidentemente, cada deporte es diferente, con sus reglas y mecanismos, simplezas y complejidades. En muchos aspectos, esto los convierte en incomparables. ?Alguien puede afirmar si es m¨¢s dif¨ªcil ganar la Champions de f¨²tbol, el Mundial de baloncesto, Roland Garros o el campeonato de f¨®rmula 1? Al no existir una vara de medir com¨²n, todo son opiniones, que ya se sabe que hay para todos los gustos. Pero esto no significa que sea imposible establecer paralelismos en otros aspectos y que las comparaciones dejen de ser odiosas para resultar necesarias.
Los equipos, y los deportistas, adem¨¢s de meter goles, canastas, ganar partidos o carreras, despiden sensaciones, establecen relaciones emocionales y basan sus ¨¦xitos en diferentes valores. Los caminos hacia el ¨¦xito son m¨²ltiples y algunos m¨¢s reconfortantes que otros. Y precisamente el Premio Pr¨ªncipe de Asturias premia estas cosas. En el caso de la selecci¨®n de baloncesto, adem¨¢s de valorar la importancia de un campeonato del mundo, ensalza esos aromas, esa imagen de equipo que va m¨¢s all¨¢ de una pr¨¢ctica efectiva del deporte en cuesti¨®n. Espa?a destil¨® juventud, entusiasmo, solidaridad, compa?erismo, ambici¨®n sin dejar de ser humilde, supo sufrir en la adversidad y disfrutar a la vez del placer de luchar contra ella y nunca falt¨® al respeto de sus adversarios, ni siquiera cuando no les daba un momento de respiro a pesar de tener resuelto el partido. Todos estos valores s¨ª permiten la comparaci¨®n entre diferentes especialidades. Porque adem¨¢s, son los que provocan adhesiones multitudinarias, unificadas e inquebrantables como la que se origin¨® el pasado verano, cuando Espa?a gan¨® antes de ganar, pues para el momento que toc¨® enfrentarse a Argentina o Grecia, ya nos ten¨ªan embelesados. Cuando esto ocurre, cuando se junta talento y un esp¨ªritu colectivo como el que posee esta selecci¨®n, se produce la cuadratura del c¨ªrculo. Y no s¨®lo llegan los t¨ªtulos, sino tambi¨¦n premios de la enjundia y significado del recibido el viernes.
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