Hablando de los que no votan

En el debate entre los candidatos del pasado viernes, uno de los temas en el que m¨¢s ¨¦nfasis se puso, pero menos se concret¨® fue el de la inmigraci¨®n. Y, curiosamente, se refer¨ªa a un colectivo que precisamente no vota, pero, cuya masiva y reciente presencia en Catalu?a despierta pasiones y contradicciones. Las propias dudas y cautelas que muestran muchas fuerzas pol¨ªticas al respecto no creo que les permita recoger la invitaci¨®n que Josep Cun¨ª les brind¨® para realizar un monogr¨¢fico al respecto antes del 1 de noviembre.

Podemos, no obstante, hacernos una idea de lo que piensan repasando c¨®mo recogen la cuesti¨®n en sus programas. El Partido Popular sit¨²a el tema en el primer lugar de su programa, significativamente justo antes del ep¨ªgrafe dedicado a seguridad. Y apunta sin ambages a la integraci¨®n de los inmigrantes en "nuestro modelo de convivencia", y advierten de que "el l¨ªmite de sus derechos es, precisamente, la plena defensa de los nuestros". Apuntan a que convendr¨ªa "diferenciar las pol¨ªticas sociales de las pol¨ªticas de inmigraci¨®n", para evitar que los catalanes vean disminuidos los recursosdestinados a elloss. Y en esa l¨ªnea proponen la creaci¨®n de un Departamento de Inmigraci¨®n que se ocupe del tema de manera segmentada (como de hecho est¨¢ ocurriendo en la Comunidad de Madrid con centros diferenciados de servicios sociales para inmigrantes).

La coalici¨®n CiU insin¨²a en su programa aspectos que de manera m¨¢s descarada lanz¨® su candidato y que generaron todo tipo de reacciones. Si en el programa se menciona un curso de 30 horas de informaci¨®n sobre lengua, cultura, orientaci¨®n c¨ªvica y marco de derechos y deberes, el pasado jueves Mas plante¨® "incentivos", "est¨ªmulos" a los inmigrantes que "voluntariamente" se acojan a un sistema de "cr¨¦ditos" que les permita ir escalando posiciones de ciudadan¨ªa, accediendo a "ventajas" y "derechos" que los que no lo hagan s¨®lo adquirir¨¢n por antig¨¹edad y nacionalizaci¨®n efectiva. No descart¨® tampoco crear una consejer¨ªa espec¨ªfica al respecto. La propuesta de Mas fue avalada por la presencia de personas como Carles Campuzano, ?ngel Miret (expertos a los que no hab¨ªa visto defender nada semejante), o del alcalde de Vic, Jacint Codina, que impuls¨® hace meses cursos de civismo para inmigrantes que les dan derecho al acceso a servicios sociales (en una pol¨¦mica medida que cont¨® con el apoyo de la Plataforma per Catalunya de Anglada).

El resto de partidos sugieren propuestas, como la Carta de acogida (Esquerra), el pacto nacional por la inmigraci¨®n (PSC) o una nueva visi¨®n de la ciudadan¨ªa que la conecte m¨¢s a la residencia que a la nacionalidad (ICV-EUiA), que en el fondo, con matices significativos, asumen un modelo intercultural, de ciudadan¨ªa, que no segmente ni diferencie inmigrantes y "nacionales" en lo referente al acceso a todo tipo de servicios. Tenemos, pues, planteado el tema en torno a varios dilemas: diferenciar o no servicios y acceso a los mismos y condicionar o no ciertos servicios y ventajas a dar "muestras de integraci¨®n". Lo que est¨¢ claro es que unos y otros defienden concepciones distintas de ciudadan¨ªa. Y eso no es precisamente anecd¨®tico en los tiempos que corren.