Vicente Llorens y la historia de los exilios culturales espa?oles
El autor defiende el rigor intelectual del homenajeado y lamenta la p¨¦rdida cultural que supuso el exilio durante la Guerra Civil
Del 24 al 26 de octubre del presente a?o 2006 se celebran en la Biblioteca Valenciana unas Jornadas Internacionales Centenario Vicente Llorens (1906-2006). La historia de los exilios culturales espa?oles, una personalidad intelectual que a la inmensa mayor¨ªa de valencianos y espa?oles les resultar¨¢ actualmente desconocido. Y, sin embargo, en este a?o de la Memoria Hist¨®rica y con una ley en proceso de tr¨¢mite parlamentario en las Cortes espa?olas, ser¨ªa injusto condenar al olvido la trayectoria intelectual y humana de este exiliado republicano valenciano que debe ser considerado, hasta la fecha, como el mejor historiador de nuestros exilios culturales espa?oles.
Vicente Llorens Castillo naci¨® en Valencia el 10 de enero de 1906 y vivi¨® su infancia y adolescencia en el n¨²mero 10 de la calle de la Carda, pr¨®xima al Mercado Central. Estudiante de primer curso en la Universidad de Valencia, en 1921 se traslad¨® a la de Madrid y, ya licenciado, fue Lector de Espa?ol, sucesivamente, en la universidad italiana de G¨¦nova (1926-1927) y en las alemanas de Marburg (1927-1928) y Colonia (1929-1933), donde trabaj¨® junto al gran fil¨®logo jud¨ªo Leo Spitzer, a quien Hitler acab¨® por expulsar de su c¨¢tedra en 1933. Al regresar a principios de 1934 a Madrid, Pedro Salinas le nombr¨® colaborador suyo en la Secci¨®n de Literatura contempor¨¢nea del Centro de Estudios Hist¨®ricos, mientras que Jos¨¦ Castillejo le procur¨® una plaza de profesor en la Escuela Internacional Espa?ola, de la que al curso siguiente ser¨ªa director. El 18 de julio de 1936 le sorprendi¨® a Llorens en Madrid y durante la guerra civil renunci¨® a sus actividades intelectuales para convertirse en soldado del ej¨¦rcito republicano, en donde ascendi¨® hasta teniente de carabineros. Pero, republicano vencido, desde 1939 padeci¨® lo que ya nunca pudo dejar de ser: un exiliado desterrado de una Valencia con la que siempre mantuvo el contacto, bien familiar (por ejemplo con su hermano Carlos, arquitecto y militante comunista) o con sus amigos de siempre, entre los cuales cabe destacar a Max Aub, Eduardo Ranch o Adolf Pizcueta. La geograf¨ªa de sus exilios sucesivos (Francia, Rep¨²blica Dominicana, Puerto Rico y Estados Unidos) completaba su c¨ªrculo, entre el azar y la necesidad, cuando el 5 de julio de 1979, al inicio de uno de sus veranos en La Alcarroya -la casa de campo en Jalance donde sol¨ªa pasar sus vacaciones, el tiempo libre que le dejaban sus responsabilidades como catedr¨¢tico en la muy prestigiosa universidad norteamericana de Princeton-, le sobrevino la muerte por infarto en su ciudad natal.
En la Guerra Civil aparc¨® sus actividades intelectuales para ser soldado republicano
La discontinuidad de la cultura espa?ola era, a juicio Llorens, una tr¨¢gica constante
Disc¨ªpulo de Am¨¦rico Castro, Pedro Salinas o Leo Spitzer, algunos de sus disc¨ªpulos m¨¢s eminentes en Princeton, como Claudio Guill¨¦n, Clara Lida o Solita y Jaime Salinas, han reconocido p¨²blicamente su admiraci¨®n y gratitud por el talante humano y la relevancia cient¨ªfica de su maestro Vicente Llorens. Claudio Guill¨¦n, por ejemplo, dedic¨® el 2 de febrero de 2003 su discurso de ingreso en la Real Academia Espa?ola al elogio de la obra intelectual de Llorens, cuyo prestigio, desde la publicaci¨®n en 1954 por el Colegio de M¨¦xico de su magistral libro Liberales y rom¨¢nticos. Una emigraci¨®n espa?ola en Inglaterra, 1823-1834, no hizo sino crecer. Su "redescubrimiento" en 1971, a trav¨¦s de una Antolog¨ªa de obras en espa?ol, de la obra literaria de Jos¨¦ Mar¨ªa Blanco White impact¨® a una "inmensa minor¨ªa" de lectores como Juan Goytisolo, quien tuvo la honestidad de reconocer esa deuda con Llorens al dedicarle al a?o siguiente su edici¨®n de la Obra inglesa del sevillano.
Tras la decepci¨®n que supuso el desenlace de la segunda guerra mundial, con la derrota del fascismo (Hitler, Mussolini) pero la consolidaci¨®n de la dictadura militar franquista en Espa?a, Vicente Llorens asumi¨® plenamente su condici¨®n de exiliado republicano y la convirti¨® adem¨¢s en su principal l¨ªnea de investigaci¨®n cient¨ªfica. Desde que en 1942-1943 publicara sus tres primeros art¨ªculos sobre la poes¨ªa del destierro en la revista dominicana Democracia, dirigida por Rafael Superv¨ªa -que junto a su mujer, Guillermina Medrano, fueron tambi¨¦n dos de sus mejores amigos valencianos-, Llorens trabaj¨® hasta sus ¨²ltimos d¨ªas sobre la historia de nuestros exilios culturales espa?oles, particularmente sobre el exilio republicano de 1939, al que ¨¦l mismo se honr¨® en pertenecer. Fruto de esta dedicaci¨®n fue su libro La emigraci¨®n republicana de 1939, publicado por la editorial Taurus en 1976 tras la muerte del dictador, primer volumen de un libro colectivo en seis tomos sobre El exilio espa?ol de 1939 y presunto borrador de un libro m¨¢s extenso sobre el tema que no pudo terminar. En mayo de 1979, dos meses antes de su muerte, Vicente Llorens pronunci¨® en la Fundaci¨®n Juan March de Madrid un ciclo de tres conferencias sobre La discontinuidad de la cultura espa?ola, un concepto que a su modo de ver constitu¨ªa una constante tr¨¢gica de la historia de Espa?a. Ya en 1976 hab¨ªa publicado una introducci¨®n hist¨®rica sobre las Emigraciones de la Espa?a Moderna desde 1492 a 1939, a saber: expulsi¨®n de los jud¨ªos en 1492, judeoconversos, heterodoxos del siglo XVI, expulsi¨®n de los moriscos entre 1609 y 1613, jesuitas expulsos entre 1767 y 1814, afrancesados de 1813, liberales de 1814, emigraci¨®n de 1823, emigraciones carlistas decimon¨®nicas, emigraciones de progresistas y dem¨®cratas en 1866, emigraci¨®n republicana de 1874, emigraci¨®n durante la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) y exilio republicano de 1939. De la intolerancia inquisitorial al franquismo coet¨¢neo, Vicente Llorens interpretaba la historia de la cultura espa?ola como una serie de "discontinuidades" que quiso y supo estudiar con el rigor documental y la claridad expositiva que siempre le caracterizaron.
Si 1939 no hubiese significado una "discontinuidad" m¨¢s en la historia cultural espa?ola, probablemente Vicente Llorens hubiese sido catedr¨¢tico de Literatura Espa?ola en la Universidad de Valencia o en cualquiera otra universidad espa?ola. En vez de eso padec¨ª personalmente durante el segundo a?o de estudios comunes en la Universidad de Valencia a un catedr¨¢tico de literatura espa?ola de cuyo nombre no quiero acordarme, aunque tambi¨¦n es verdad que al curso siguiente tuve la fortuna de ser alumno en la Universidad de Barcelona de Jos¨¦-Carlos Mainer, quien nos introdujo en la literatura y cultura de nuestra Edad de Plata. Y esa p¨¦rdida de los maestros "naturales", esa p¨¦rdida de un maestro "natural" como Vicente Llorens, esa condena a la miseria cultural y a la miseria universitaria porque la mejor intelectualidad espa?ola hab¨ªa tenido que exiliarse forzosamente en 1939, es lo que nunca podremos perdonarle al franquismo las generaciones que crecimos durante aquella dictadura militar, hija no de la paz sino de la Victoria.
Vicente Llorens public¨® en 1948 un trabajo titulado El retorno del desterrado, t¨ªtulo de una exposici¨®n con cat¨¢logo propio que va a inaugurarse el pr¨®ximo 24 de octubre en la Biblioteca Valenciana, instituci¨®n a la que Amalia Garc¨ªa, su viuda, ha tenido la generosidad de donar el archivo y la biblioteca de Vicente Llorens. Y el d¨ªa 25, durante la segunda sesi¨®n de las Jornadas Internacionales antes mencionadas, se presentar¨¢n tres novedades editoriales: Liberales y rom¨¢nticos (Madrid, Castalia, 2006, cuarta edici¨®n), Memorias de una emigraci¨®n. Santo Domingo, 1939-1945 y Estudios y ensayos sobre el exilio republicano espa?ol de 1939, las dos ¨²ltimas publicadas por la editorial sevillana Renacimiento en la Biblioteca del Exilio. Y, finalmente, todos los materiales de estas Jornadas aparecer¨¢n a inicios del pr¨®ximo a?o 2007 en un n¨²mero monogr¨¢fico de Laberintos, "revista de estudios sobre los exilios culturales espa?oles" que edita la propia Biblioteca Valenciana. Ojal¨¢ todas estas iniciativas sirvan para que se produzca el retorno simb¨®lico a sus lectores naturales de un exiliado republicano como Vicente Llorens, cuya obra intelectual no merece, por su calidad cient¨ªfica y rigor intelectual, ni el silencio ni el olvido actuales.
Manuel Aznar Soler. GEXEL-Universitat Aut¨°noma de Barcelona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.