Apenas 1.600 fieles asisten a un esperpento de partido en Vitoria

Llegaba la Copa a Mendizorroza casi tres a?os despu¨¦s pero al parecer casi nadie la echaba de menos. El llamado torneo del k.o.nunca llega en buen momento para nadie, ni para los equipos, m¨¢s pendientes de la Liga o de cualquier otra cuesti¨®n, ni para el p¨²blico, que siempre encuentra tambi¨¦n algo mejor a lo que dedicar su tiempo.

Apenas 1.600 personas asistieron al choque entre Deportivo Alav¨¦s y Celta de Vigo y seguramente m¨¢s de uno se arrepinti¨® de haberlo hecho. S¨®lo los m¨¢s incondicionales, unos 50, hicieron algo m¨¢s que asistir impasibles al pobre espect¨¢culo que ambos equipos ofrecieron sobre el c¨¦sped vitoriano.

Jugando con el freno de mano echado, s¨®lo unas pocas contras de los locales provocaban cierta emoci¨®n entre la aton¨ªa general del encuentro, falto de ritmo e intensidad, sobre todo en la primera mitad. Alaveses y gallegos tuvieron en ese per¨ªodo dos claras ocasiones de gol desperdiciadas por Gabri y Guayre, respectivamente.

En la segunda parte todo discurri¨® de la misma manera incluso tras la expulsi¨®n de ?ngel L¨®pez que vio la segunda amarilla en el minuto 13. Ni siquiera en superioridad num¨¦rica fue capaz el Alav¨¦s de dar una vuelta de tuerca y lanzarse a por el partido ante un Celta que aguant¨® sin excesivos agobios y que tendr¨¢ en Vigo la ocasi¨®n de decidir la eliminatoria.