Desembarco en suelo firme
Antes de que las plantas pusieran sus ra¨ªces en suelo firme, los hongos ya hab¨ªan hecho acto de presencia en tierra. De hecho, si las plantas tuvieron ¨¦xito en su aventura terrestre fue gracias, en parte, a la ayuda de unas especies de hongos que, adheridas a sus ra¨ªces, les ayudaron a asimilar los nutrientes en el nuevo medio. ?C¨®mo fue, entonces, el desembarco de los hongos? El an¨¢lisis gen¨¦tico ha permitido a un equipo de 70 investigadores de diversos pa¨ªses desvelar algunos detalles.
Si el ancestro de los hongos actuales viv¨ªa en el agua, es de esperar que su reproducci¨®n consistiera en esporas con flagelo (prolongaciones similares a la cola de los espermatozoides) que les permitiera moverse por el agua. Dado que las especies actuales de hongos terrestres no tienen este flagelo, es f¨¢cil suponer que la p¨¦rdida de esa parte coincidiera con la transici¨®n del agua a la tierra por parte de los hongos. Todo ello ha hecho pensar durante muchos a?os a los cient¨ªficos que la ¨²nica divisi¨®n actual de hongos que todav¨ªa exhibe el flagelo (Chytridiomycota) es un grupo hermano de todos los hongos terrestres que existen. Pero eso empieza a cambiar porque los genes cuentan otra historia.
Tras analizar seis regiones de genes de 200 especies de hongos distintas en un alarde de verdadera colaboraci¨®n cient¨ªfica, los investigadores, liderados por Rytas Vilgalys, de la Universidad de Duke (EE UU), han descubierto que la p¨¦rdida del flagelo no se produjo una ¨²nica vez en la historia evolutiva de los hongos. "De los datos se infiere que la p¨¦rdida de las esporas flageladas ha ocurrido al menos cuatro veces. Cada p¨¦rdida parece haber coincidido con otras innovaciones en la producci¨®n y dispersi¨®n de las esporas", explican los autores.
Para Tom Bruns, del Departamento de Biolog¨ªa Microbiana y de Plantas de la Universidad de California, la consecuencia es clara: "De modo que una de las adaptaciones clave al medio terrestre ha ocurrido m¨²ltiples veces", se?ala Bruns en un texto cr¨ªtico en Nature, la revista en la que se publica este an¨¢lisis. Una opini¨®n en la que coincide Ana Crespo, catedr¨¢tica del Departamento de Biolog¨ªa Vegetal de la Universidad Complutense de Madrid, para quien dibujar el ¨¢rbol de la vida de los hongos es una tarea m¨¢s cara que dif¨ªcil. "?ste es un trabajo importante que corrobora la idea de que los hongos son organismos que surgen en ¨¦pocas muy antiguas del planeta, que son muy pl¨¢sticos y que sus estrategias vitales y tr¨®ficas se adquieren y se pierden varias veces a lo largo de la evoluci¨®n". Sin embargo, Crespo se apresura a recordar la relativa debilidad de los hallazgos poniendo sobre la mesa algunas cifras: "Se estima que existen 1,5 millones de especies de hongos, de las que s¨®lo 100.000 est¨¢n descritas. Estos investigadores s¨®lo han analizado los genes de 200", advierte.
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