Blas infante y la realidad nacional

El pasado 26 de mayo, en un art¨ªculo en EL PA?S, alert¨¦ sobre la existencia de determinados errores u omisiones hist¨®ricas en el anteproyecto de Estatuto reformado que Andaluc¨ªa remit¨ªa a Cortes. Con id¨¦ntica intencionalidad que aquella ocasi¨®n y, en previsi¨®n de faltas que s¨®lo pueden ser subsanadas desde el rigor hist¨®rico, procedo ahora a llamar la atenci¨®n de sus se?or¨ªas sobre el anuncio que alg¨²n portavoz ha realizado localizando el barajado concepto de "realidad nacional" en la Asamblea Regionalista de Ronda de 1918.

De aquel foro celebrado durante los d¨ªas 13 y 14 de enero se carecen tanto de actas como de fuentes historiogr¨¢ficas primarias. S¨®lo las p¨¢ginas de la revista Andaluc¨ªa (n¨²meros 74 y 75) recoge dos editoriales de las que, a modo de cr¨®nica, se han derivado todas las interpretaciones posteriores. Una de ellas las del propio Blas Infante a lo largo de toda su vida y obra. La falta de eco en prensa constituye una importante dificultad investigadora, a la vez que deja de manifiesto la ingenuidad publicitaria de una convocatoria que s¨®lo se explica en esta localidad debido al recuerdo del I Congreso Georgista Mundial celebrado en 1913. Ideolog¨ªa economicista de la que muy pronto se aparta el Andalucismo Hist¨®rico en favor de una mayor dimensi¨®n pol¨ªtica para el Ideal.

Se recoge en cambio dicho concepto literalmente en el llamado Manifiesto de la Nacionalidad aparecido el primer d¨ªa del a?o 1919 en C¨®rdoba. "Nosotros, por esto, estamos fundidos con aquella expresi¨®n de la Asamblea Regionalista de Ronda que proclam¨® a Andaluc¨ªa como una realidad nacional, como una patria (patria es un grupo humano que siente las mismas necesidades y ha de trabajar por satisfacerlas en com¨²n), como una patria viva en nuestras conciencias".

El texto, inmerso en el escenario del Trienio Bolchevique, representa la maduraci¨®n de un movimiento que transit¨® de culturalista o puramente econ¨®mico a pol¨ªtico y, que pasa a definirse como nacionalista mientras invitaba a los andaluces a una sensibilizaci¨®n y una respuesta propia de quienes se sabe singular y protagonista responsable. ?nico m¨¦todo posible, de otra parte, para la nueva Espa?a que el regeneracionismo de la Restauraci¨®n demandaba.

Entre otras cuestiones, aquel imprescindible texto reclamaba autogobierno para Andaluc¨ªa con poderes ejecutivos, legislativos y judiciales, adem¨¢s de demandar una serie de medidas sociales como: justicia y educaci¨®n gratuita, voto femenino, igualdad jur¨ªdica entre hombre y mujer,... adem¨¢s de novedosas aspiraciones agrarias, sanitarias y educativas. Fruto de aquella estrategia de las fuerzas progresistas del momento, nacionalistas y socialistas, unir¨ªan sus fuerzas en una candidatura al municipio cordob¨¦s y, porqu¨¦ no, uno y otros, acercar¨¢n sus posiciones. Ambas ideolog¨ªas har¨ªan de la ciudad califal todo un s¨ªmbolo de la alternativa descentralizadora que llegar¨¢ con la vertebraci¨®n regional de Espa?a durante la II Rep¨²blica. No en vano, el propio Pablo Iglesias colabora con la revista Andaluc¨ªa, ¨®rgano portavoz del nacionalismo andaluz.

Quede as¨ª constancia de una nueva colaboraci¨®n de este ciudadano a un proyecto de reforma estatutaria que apoya, no sin grandes dudas, con el deseo de que el futuro texto sea un avance y una verdadera aspiraci¨®n de todos los andaluces de conciencia.

Manuel Ruiz Romero es doctor en Historia Contempor¨¢nea y experto en la Formaci¨®n del Estatuto Andaluz