Sandy West, baterista del grupo The Runaways
Fue fundadora de la m¨¢s influyente banda femenina de los a?os setenta
Sandy West, poderosa baterista, falleci¨® el s¨¢bado 21 de octubre en San Dimas (California), a los 47 a?os, v¨ªctima de un c¨¢ncer de pulm¨®n. West fue, junto con Joan Jett, la fundadora de The Runaways, desdichado grupo de vida tormentosa que, a la larga, inspir¨® a numerosas j¨®venes a adentrarse en un territorio intimidantemente masculino como era el del rock duro.
Se trataba de montar una versi¨®n femenina de The Ramones. Al menos, eso contaba Kim Fowley cuando, en 1976, comenz¨® a rastrear por Los ?ngeles jovencitas que tocaran instrumentos. A partir de la guitarrista Joan Jett y la baterista Sandy West, se form¨® un quinteto con la cantante Cherrie Curie, la bajista Jackie Fox y la guitarrista Lita Ford. Eran chicas llamativas y motivadas: por ejemplo, West, hab¨ªa sido una atleta hasta que se obsesion¨® por la bater¨ªa y alcanz¨® un excelente nivel.
El plan ten¨ªa truco. Fowley era un despiadado buscavidas y buscaba vender turbio sexo adolescente bajo la cobertura de un grupo m¨¢s cercano al glam que al punk. Pero la propuesta resultaba hasta revolucionaria en una California donde la ¨²nica presencia femenina en los escenarios era la de las cantautoras: unas insolentes chicas de la periferia irrump¨ªan haciendo ruido, presumiendo de hormonas desatadas e invitando al desenfreno; a?os despu¨¦s, hasta una banda tan machista como Guns N' Roses reconocer¨ªa su influencia.
Igual que ocurri¨® con los Ramones, The Runaways ("las Fugitivas") fueron recibidas con m¨¢s prevenci¨®n que entusiasmo por industria y medios. S¨®lo consiguieron impactar en Jap¨®n, donde coincid¨ªan con obsesiones sexuales plenamente aceptadas.
Fichadas por Mercury, debutaron con The Runaways en 1976 y, el siguiente a?o, editaron Queens of noise, Live in Japan y Waitin' for the night. Mercury se desencant¨® y, sin contrato de grabaci¨®n ni fondos de reserva, el grupo tir¨® la toalla a finales de 1978.
Joan Jett mantuvo el nombre brevemente y registr¨® otro elep¨¦ en Londres con miembros de los Sex Pistols. Con el tiempo, igual que los Pistols, todo lo que dejaron grabado las Runaways se public¨®: se hab¨ªan convertido en leyenda. Su descubridor, Kim Fowley, se sac¨® de la manga unas falsas Runaways en 1987, que fueron ignoradas.
Jett disfrut¨® del estrellato en los ochenta, llegando al n¨²mero uno con I love rock'n'roll, mientras Lita Ford, m¨¢s cercana al heavy metal, tuvo una modesta carrera en solitario. Cherrie Currie logr¨® algunos papeles en Hollywood; Jackie Fox recicl¨® su experiencia y se hizo avezada abogada del mundo del espect¨¢culo. Y la baterista se puso al frente de la Sandy West Band, cantando y tocando la guitarra. No ten¨ªa bellos recuerdos de las Runaways: "La codicia, los celos y las luchas por el liderazgo acabaron con algo muy poderoso".
Ya se sab¨ªa que los escasos tres a?os de las Runaways fueron una pesadilla para las implicadas. Maltratadas por Fowley, que se comportaba como un sargento cruel, vieron esfumarse sus sue?os. Su aventura se consider¨® como un ejemplo negativo ("haz lo contrario de ellas") por las abundantes rockeras que siguieron sus pasos.
Una advertencia remachada por Edgeplay, descarnado documental de 2004 que dirigi¨® Victory Tischler-Blue, quien -bajo el apodo de Vicki Blue- reemplaz¨® en 1977 a Cherrie Curie. Una pel¨ªcula que no tomaba partido y dejaba hablar a las protagonistas, incluyendo a la madre de Sandy West ("deber¨ªa haberla atado a la cama cuando se empe?¨® en aquello"). Terminaba precisamente con la mirada dolorida de Sandy, un plano dif¨ªcil de soportar.
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