La rebeli¨®n de los periodistas
Acabo de vivir una experiencia m¨¦dica que, adem¨¢s de otras cuestiones, me ha confirmado en una convicci¨®n cuajada desde hace tiempo. No hay nada como la sanidad p¨²blica cuando el asunto va en serio. Personalmente, nobleza obliga, quiero agradecer a la gente de Can Ruti su categor¨ªa profesional, su alta categor¨ªa humana y el hecho de haber convertido en sencillo un episodio que no parec¨ªa f¨¢cilmente llevadero. Estamos tan seducidos por las series televisivas, que nos acercan a m¨¦dicos ficticios m¨¢s o menos cre¨ªbles, que cuando topamos con la bata blanca real, nos sorprendemos de encontrar, debajo de ella, un c¨¢lido ser humano. Tecnolog¨ªa, profesionalidad y humanidad, esa ha sido mi experiencia en el hospital Germans Trias de Badalona, y aqu¨ª la dejo escrita como homenaje a todos aquellos que, desde lo p¨²blico, trabajan seriamente por una sanidad de categor¨ªa. Y lo hacen, a menudo, sobrecargados de trabajo y faltos de recursos.
Fue en Can Ruti, en uno de esos momentos de peque?a intimidad con alguna de las enfermeras que nos cuidaba, donde o¨ª una de las frases m¨¢s l¨²cidas de estos d¨ªas de pesada campa?a electoral. "Los pol¨ªticos tienen miedo al compromiso; por eso el se?or Cun¨ª fracas¨® con ellos. Les ped¨ªa lo que no pueden dar". Hablamos del debate electoral en TV-3, el ¨²nico que se ha hecho, y la enfermera me recordaba los intentos fallidos de Josep Cun¨ª por conseguir otros debates electorales, tanto los sectoriales sobre inmigraci¨®n o vivienda como alguno de los cara a cara con m¨¢s inter¨¦s period¨ªstico. Cuando aterrizamos en la cuesti¨®n, me repiti¨® lo que estos d¨ªas ha formado parte de la comidilla de la calle: "Si pudiera, votar¨ªa al propio Cun¨ª". Esta expresi¨®n de voluntades, que ha recorrido la espina dorsal de la opini¨®n desde el debate del viernes pasado hasta la fecha, ?a qu¨¦ responde?; ?es un ¨¦xito del periodista, cuya profesionalidad ha sido, si cabe, a¨²n m¨¢s reconocida?, ?o es un fracaso de la sociedad que refleja, especialmente, un sonoro fracaso de la independencia informativa? Personalmente se lo dije a Josep en una de las ma?anas televisivas que compartimos: "Tu ¨¦xito, es nuestro fracaso", y como bien me record¨® ¨¦l, ya lo hab¨ªa expresado en el agradecimiento al premio R¨¤dio Molins de Rei que le otorgaron el s¨¢bado pasado: "[En realidad] mi ¨¦xito es mi propio fracaso". Ciertamente, el objetivo fundamental de un moderador en un debate es la invisibilidad, y convertirse no s¨®lo en visible, sino claramente en protagonista, significa no culminar dichos objetivos. En BTV, ante una animada conversaci¨®n con Antoni Franco, ¨¦sta era la reflexi¨®n. Sin embargo, hay un hecho cierto, nos encant¨® a todos, especialmente a la gente de la profesi¨®n, que Josep Cun¨ª pusiera los puntos y hasta las ¨ªes en su lugar, sacara esa mala leche elegante que sabe tener, y les dijera cuatro cosas. ?Ser¨¢ que estamos hartos de la injerencia pol¨ªtica en la libertad informativa? ?Ser¨¢ que es una verg¨¹enza lo que ocurre en cada campa?a electoral? ?Ser¨¢ que contemplamos tranquilamente como los periodistas no firman las informaciones electorales como protesta por esa injerencia, y sin embargo no ocurre nada? ?Ser¨¢ que el papel de la Junta Electoral, en todo este l¨ªo, acaba de complicar las cosas? ?Ser¨¢ que Josep tuvo la valent¨ªa y la osad¨ªa de hablar en nombre de todos, en el momento y el lugar adecuados? Ser¨¢.
Ser¨¢, pero no parece que tenga que pasar nada. Y como muy pronto va acabar la campa?a electoral, y r¨¢pidamente nos entretendremos con las pasiones de cama -hoy por hoy, lo m¨¢s abierto es saber qui¨¦n podr¨¢ irse al lecho con qui¨¦n-, vaticino que la cuesti¨®n period¨ªstica no nos preocupar¨¢ hasta dentro de otras elecciones. Y as¨ª volveremos a aceptar, con la normalidad que da la costumbre, que la informaci¨®n period¨ªstica est¨¦ supeditada a las miserias, a los intereses, a los miedos e incluso a las debilidades de los partidos pol¨ªticos. En esta querida Catalu?a nuestra, los jefes de prensa mandan tanto, que incluso mandan por encima de la l¨®gica democr¨¢tica. Y cualquier mindundi de tres al cuarto, reci¨¦n llegado al cargo, se atreve a pegar bronca a un periodista con pedigr¨ª. ?Les parece a ustedes normal que el debate electoral en TV-3 tuviera que negociarse con los jefes de campa?a? Esta es una anomal¨ªa que, aunque parezca muy democr¨¢tica porque la negocian los partidos democr¨¢ticos pertinentes, no tiene nada de democr¨¢tica. Por encima de los partidos pol¨ªticos y de los intereses endog¨¢micos que a menudo representan, est¨¢ el inter¨¦s superior de la informaci¨®n, y son los periodistas, y no los l¨ªderes de un partido, los que tienen que decidir qu¨¦ preguntas son las adecuadas, qu¨¦ debates son los necesarios y qu¨¦ temas hay que tocar. No se trata del inter¨¦s de cada candidato por una cuesti¨®n. Se trata del inter¨¦s ciudadano por estar informado. Sin embargo, ah¨ª lo tienen, un ¨²nico debate negociado hasta el mil¨ªmetro, un periodista de categor¨ªa obligado a pegar una sutil bronca para recordar a los candidatos que eran esclavos de sus propias normas, unos cara a cara que no se han hecho porque no les ha dado la gana, unos debates sectoriales que ten¨ªan que tratar temas sensibles, brillantes por ausencia, y finalmente una ciudadan¨ªa a la que se ha escatimado el derecho a la informaci¨®n. Eso s¨ª, cada ciudadano habr¨¢ sido bombardeado con centenares de ideas-anuncio, con promesas de todo a cien y con todo tipo de ri?as est¨¦riles, nacidas al albur de la enorme vanidad endog¨¢mica que comporta la pol¨ªtica. Me parece evidente que no seremos un pa¨ªs serio hasta que no superemos la cultura del aix¨° no toca pujolista, que todos los partidos pol¨ªticos han heredado con notable alegr¨ªa. Pero, hoy por hoy, esta es la cultura impuesta, y la mayor¨ªa de negociadores de partidos sacan cum laude en la facultad del comisariado pol¨ªtico.
Cun¨ª for president se ha o¨ªdo estos d¨ªas, un tanto en cachondeo, un m¨¢s con cabreo. Ciertamente, Josep Cun¨ª estuvo espl¨¦ndido, quiz¨¢ porque, como dijo Puyal, es uno de los pocos periodistas que no tiene el culo alquilado. Pero la salud informativa de un pa¨ªs no puede depender de la lucidez de un gran periodista en un momento de gloria. No puede ser que nos lo juguemos todo a un debate encauchutado, tutelado por los comisarios de turno, y cuyo momento de ox¨ªgeno llega cuando el moderador hace de conciencia p¨²blica. Tenemos que normalizar la relaci¨®n periodismo-pol¨ªtico, y ello pasa por hacernos mayores de una vez. Los periodistas no pueden estar sometidos a las neuras de los partidos pol¨ªticos. Y si esas son las reglas de juego, esas reglas puede que sean democr¨¢ticas, pero son inequ¨ªvocamente perversas.
www.pilarrahola.com.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.