ZP-ETA: punto cr¨ªtico
Por fin hay un acuerdo general entre todos los medios de comunicaci¨®n: el prop¨®sito del Gobierno espa?ol de obtener un respaldo en el Parlamento Europeo para su pol¨ªtica de "paz" en Euskadi ha constituido un fracaso. Incluso los m¨¢s favorables tuvieron que reconocer el alto coste de una operaci¨®n pol¨ªtica que termin¨® como el parto de los montes, recurriendo a esconder la noticia detr¨¢s de la m¨¢s sustantiva del robo de armas en Francia por ETA y de la reacci¨®n al mismo del presidente Zapatero. Lo cierto es que la apuesta gubernamental ten¨ªa sentido de haber sido negociada previamente con el PP, con lo cual en vez de la internacionalizaci¨®n simb¨®lica del conflicto tendr¨ªa lugar una escenificaci¨®n ante Europa de la unidad de los dem¨®cratas frente a un terrorismo en horas bajas, as¨ª como de la pol¨ªtica dise?ada para ponerle fin, pero ni la actitud de oposici¨®n a toda costa de los populares ni la forma de presentaci¨®n de la iniciativa por parte del Gobierno propiciaban ese final feliz. Cualquier otra posibilidad llevaba a un resultado negativo, por la inevitable divisi¨®n del voto entre los diferentes grupos parlamentarios: no era ¨¦sta una de esa ocasiones en que ganar por un voto supone una victoria. As¨ª que ni se ha logrado que Europa entienda mejor la situaci¨®n actual del problema creado por el terrorismo, ni hubo m¨¢s que buenas palabras. Por otra parte, tampoco lo ocurrido ha sido tan grave como para rasgarse las vestiduras. En la breve confrontaci¨®n de declaraciones, imper¨® la prudencia y el show de unos cientos de abertzales era del todo previsible. ?nico rasgo enteramente negativo: la divisi¨®n en el campo de las v¨ªctimas.
Lo m¨¢s preocupante no es, en consecuencia, lo sucedido en Estrasburgo, sino lo que el desarrollo del episodio revela acerca de la imprevisi¨®n con que el Gobierno de Zapatero est¨¢ gestionando el tema ETA a partir del "alto el fuego". Nada autoriza a pensar que si una iniciativa de tal entidad, consistente en lograr un apoyo europeo efectivo a la pol¨ªtica de negociaci¨®n, se lleva a cabo con tal ligereza y ausencia de contenidos, en el tema de fondo la previsi¨®n sea la regla en lugar de la improvisaci¨®n, cuando el juego es llevado desde el campo etarra. Y esta denominaci¨®n parece la apropiada, pues al mismo tiempo que cabe detectar diferencias internas en cuanto a la continuidad o la suspensi¨®n del "alto el fuego", la experiencia de estos meses prueba el perfecto engarce en la organizaci¨®n piramidal, con ETA en el v¨¦rtice, Batasuna como correa de transmisi¨®n p¨²blica, y los grupos encargados de la kale borroka para intervenir cuando sus superiores dispongan, transmitiendo los estados de mal humor ante detenciones, procedimientos judiciales o declaraciones del Gobierno que juzgan. La cohesi¨®n es el rasgo distintivo de ETA-Batasuna, en apoyo de una estricta intransigencia pol¨ªtica, tanto en las exigencias de procedimiento (prioridad a la mesa de negociaci¨®n) y mantenimiento de los objetivos (autodeterminaci¨®n, territorialidad) como en el rechazo a una legalizaci¨®n con rechazo de la violencia. Frente a ello, el Gobierno se limita a acumular las muestras de buena voluntad, en el plano judicial, y v¨ªa PSE en el de comprensi¨®n ante las demandas pol¨ªticas del oponente. Seg¨²n cab¨ªa temer desde un principio, la ostensible necesidad visible en el Gobierno de Zapatero de alcanzar como sea "la paz", esto es, una y otra forma de renuncia de ETA a "la violencia" para la ulterior disoluci¨®n, debilita sustancialmente su capacidad para atender a lo que debiera suponer una regla de oro en su comportamiento: la defensa de la Constituci¨®n. El problema no reside, pues, en negociar o no con ETA, sino en hacerlo desde una posici¨®n de inferioridad, como si la declaraci¨®n de "alto el fuego" hubiese constituido por s¨ª misma una garant¨ªa de fiabilidad que otorgase al grupo terrorista la legitimidad para dirigir "el proceso". Las declaraciones cargadas de chuler¨ªa de los portavoces de Batasuna se ajustan perfectamente a esa pretensi¨®n.
De ah¨ª que el robo de armas por ETA en Francia deba "tener consecuencias" (frase que en s¨ª misma puede expresar rigor o vac¨ªo intelectual). Ha llegado el momento de que Zapatero fije sus fines, sus l¨ªmites y sus reglas, si es que los tiene. Por parte de ETA-Batasuna todo est¨¢ ya claro, demasiado claro.
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