La nueva Camorra, SA
El grupo criminal, el m¨¢s poderoso de Italia, se vuelve m¨¢s flexible y extiende sus tent¨¢culos m¨¢s all¨¢ de N¨¢poles
Camorra es una palabra que no existe, que usa la polic¨ªa. La utilizan los jueces y los periodistas, los guionistas. Es una palabra que hace sonre¨ªr a sus afiliados, una indicaci¨®n gen¨¦rica, un t¨¦rmino de estudiosos, relegado a su dimensi¨®n hist¨®rica. El t¨¦rmino con el que se definen los miembros de un clan es Sistema: "Pertenezco al Sistema de Secondigliano". Un t¨¦rmino elocuente, un mecanismo m¨¢s que una estructura. La organizaci¨®n criminal coincide directamente con la econom¨ªa, la dial¨¦ctica comercial es la osamenta del clan. (...)
La Nueva Camorra Organizada de Raffaele Cutolo, de los a?os ochenta, era una especie de empresa enorme, un conglomerado centralizado. Luego lleg¨® la Nuova Famiglia de Carmine Alfieri y Antonio Borsellino, con una estructura federativa, con familias econ¨®micamente aut¨®nomas y unidas por intereses operativos relacionados, pero tambi¨¦n desmesurada.
Gomorra
Editorial Mondadori
Este volumen, que acaba de aparecer en las librer¨ªas de Italia, se subtitula 'Viaje en el imperio econ¨®mico y el sue?o de dominio de la Camorra', lo que define perfectamente su contenido. En Espa?a lo publicar¨¢ el pr¨®ximo a?o la editorial Debate.
Camorra es una palabra que hace sonre¨ªr a sus afiliados, una indicaci¨®n gen¨¦rica, un t¨¦rmino de estudiosos relegado a su dimensi¨®n hist¨®rica
En N¨¢poles, la capital de la regi¨®n de Campania, el aire de ciudad en guerra que se absorbe por todos los poros, tiene el olor rancio del sudor
Invertir una pensi¨®n de 600 euros en coca significaba recibir el doble al cabo de un mes. No hab¨ªa m¨¢s garant¨ªas que la palabra del intermediario
Nunca hab¨ªa habido una presencia tan grande y desoladora de los asuntos delictivos en la vida econ¨®mica de un territorio como en Campania en los ¨²ltimos diez a?os
Ahora, en cambio, la flexibilidad de la econom¨ªa ha determinado que unos peque?os grupos de boss managers con cientos de adeptos, cada uno con tareas precisas, se impongan en el campo econ¨®mico y social. Una estructura horizontal, mucho m¨¢s flexible que la de Cosa Nostra, mucho m¨¢s permeable a nuevas alianzas que la 'ndragheta, capaz de alimentarse continuamente de nuevos clanes, de nuevas estrategias, y que est¨¢ lanz¨¢ndose a los mercados de vanguardia. Decenas de operaciones policiales han demostrado en los ¨²ltimos a?os que tanto la mafia siciliana como la 'ndragheta han tenido que mediar con los clanes napolitanos para la compra de grandes partidas de droga. Los c¨¢rteles de N¨¢poles y Campania proporcionaban coca¨ªna y hero¨ªna a precios convenientes, resultando en muchos casos m¨¢s c¨®modos y econ¨®micos que los contactos directos con traficantes suramericanos y albaneses.
A pesar de la reestructuraci¨®n de los clanes, por n¨²mero de afiliados la Camorra es la organizaci¨®n criminal m¨¢s consistente de Europa. Por cada afiliado siciliano, hay cinco de Campania; por cada miembro de la 'ndragheta, ocho. Tres, cuatro veces m¨¢s que las dem¨¢s organizaciones. En el escenario de la atenci¨®n permanente que se da a la Cosa Nostra, en la informaci¨®n obsesiva que se reserva a las bombas de la mafia, la Camorra ha encontrado la distracci¨®n medi¨¢tica apropiada para resultar pr¨¢cticamente desconocida. Con la modernizaci¨®n de los grupos criminales, los clanes de N¨¢poles han cortado las donaciones masivas. El aumento de la presi¨®n microcriminal sobre la ciudad se debe a esta interrupci¨®n de sueldos provocada por la progresiva reestructuraci¨®n de los c¨¢rteles delictivos ocurrida en los ¨²ltimos a?os. Los clanes ya no necesitan controlar el territorio de manera pormenorizada o, por lo menos, no siempre lo necesitan. Los principales negocios de los grupos camorristas se realizan fuera de N¨¢poles.
Pactos estables
Como demuestran las investigaciones de la Fiscal¨ªa Antimafia de N¨¢poles, la estructura federal y flexible de los grupos camorristas ha transformado completamente el tejido de las familias: m¨¢s que como alianzas diplom¨¢ticas, como pactos estables, hoy habr¨ªa que referirse a los clanes como comit¨¦s de trabajo. La flexibilidad de la Camorra es la respuesta a las necesidades de las empresas de hacer que se muevan los capitales, fundar y cerrar sociedades, hacer que circule el dinero e invertir con agilidad en inmuebles sin que sea decisiva la elecci¨®n territorial o la intermediaci¨®n pol¨ªtica. Ahora los clanes no necesitan constituirse en macrocuerpos. Actualmente un grupo de personas puede decidir unirse, saquear, destrozar escaparates o robar, sin sufrir como en el pasado o la matanza o la incorporaci¨®n absoluta en el clan. Las bandas que hacen estragos en N¨¢poles no est¨¢n compuestas exclusivamente por individuos que cometen actos delictivos para aumentar el montante de su bolsa, comprarse un coche de lujo o vivir c¨®modamente. A menudo son conscientes de que reuni¨¦ndose y aumentando el n¨²mero y la violencia de sus acciones pueden mejorar su capacidad econ¨®mica convirti¨¦ndose en interlocutores del clan o en beneficiarios de empresas auxiliares. El tejido de la Camorra se compone tanto de grupos que empiezan a chupar como piojos voraces frenando cualquier avance econ¨®mico, como por otros que, en cambio, impulsan sus propios negocios hacia el m¨¢ximo grado de desarrollo y comercio como rapid¨ªsimas vanguardias. Entre estas dos sinergias opuestas, y sin embargo complementarias, se despedaza y desgarra la epidermis de la ciudad. En N¨¢poles, la ferocidad y la actuaci¨®n m¨¢s complicada o conveniente para tratar de convertirse en empresario ganador, el aire de ciudad en guerra que se absorbe por todos los poros, tiene el olor rancio del sudor, como si las calles fueran gimnasios al aire libre donde se ejercitan las posibilidades de saquear, robar, atracar, probar la gimnasia del poder, la vor¨¢gine del crecimiento econ¨®mico.
El sistema ha crecido como una masa que se deja fermentar en las arcas de madera de la periferia. La pol¨ªtica municipal y regional crey¨® combatirla en la medida en que no hac¨ªa negocios con los clanes. Pero no fue suficiente. Descuid¨® la atenci¨®n al fen¨®meno, infravalorando el poder de las familias al considerarlo una degradaci¨®n de la periferia, y as¨ª Campania ha alcanzado el r¨¦cord de ayuntamientos investigados por la infiltraci¨®n de la Camorra. Nada menos que 71 ayuntamientos de Campania se han disuelto desde 1991 hasta hoy. S¨®lo en la provincia de N¨¢poles se han disuelto los consejos municipales de Pozzuoli, Quarto, Mirano, Melito, Portici, Ottaviano, San Giuseppe Vesuviano, San Gennaro Vesuviano, Terzigno, Calandrino, Sant'Antimo Tifino, Crispano, Casamarciano, Nola, Liveri, Boscoreale, Poggiomarino, Pompeya, Herculano, Piamonte, Casola di Napoli, Sant'Antonio Abate, Santa Maria la Carit¨¢, Torre Annunziata, Torre del Greco, Volla, Brusciano, Acerra, Casoria, Pomigliano d'Arco, Prattamaggiore. Un n¨²mero muy elevado, que supera con creces los ayuntamientos disueltos en otras regiones italianas: 44 en Sicilia, 34 en Calabria, siete en Puglia. S¨®lo nueve ayuntamientos de los 92 de la provincia de N¨¢poles no han tenido nunca intervenciones, investigaciones o inspecciones. Las empresas de los clanes han establecido planes reguladores, se han infiltrado en los Servicios Sanitarios Locales, han comprado terrenos justo antes de que se declararan edificables y luego han construido en subcontrata centros comerciales y han impuesto fiestas patronales y sus propias empresas multiservicio, desde comedores hasta servicios de limpieza, pasando por los transportes o la recogida de basura.
Nunca hab¨ªa habido una presencia tan grande y desoladora de los asuntos delictivos en la vida econ¨®mica de un territorio como en Campania en los ¨²ltimos diez a?os. Los clanes de la Camorra no necesitan pol¨ªticos, como ocurre con los grupos mafiosos sicilianos; son los pol¨ªticos los que tienen una necesidad extrema del Sistema. En Campania ha iniciado una estrategia que ha dejado a las estructuras pol¨ªticas m¨¢s visibles y medi¨¢ticamente m¨¢s expuestas, formalmente exentas de connivencias y afinidades, pero en la provincia, en los pueblos donde los clanes necesitan apoyos militares, coberturas para la clandestinidad, maniobras econ¨®micas m¨¢s expuestas, las alianzas entre pol¨ªticos y familias camorristas son m¨¢s estrechas. Los clanes de la Camorra llegan al poder a trav¨¦s del imperio de sus negocios. Y ¨¦sta es una condici¨®n suficiente para dominar al resto. (...)
Clanes de poca monta
Ahora la extorsi¨®n mensual, la del tipo Me env¨ªa Picone, la pel¨ªcula de Nanni Loy, la del puerta a puerta en Navidad, Semana Santa y el 15 de agosto, es una pr¨¢ctica de clan de poca monta, usada por grupos que intentan sobrevivir, incapaces de crear una empresa. Todo ha cambiado. Los Nuvoletta de Marano, barriada al norte de N¨¢poles, hab¨ªan puesto en marcha un mecanismo m¨¢s articulado y eficiente de crimen organizado basado en el beneficio rec¨ªproco y en la obligatoriedad de los suministros. Giuseppe Gala, apodado Showman, se hab¨ªa convertido en uno de los m¨¢s apreciados y solicitados agentes de los negocios de alimentaci¨®n. Era agente de la Bauli y de la Von Holten, y a trav¨¦s de la Vip Alimentari hab¨ªa conquistado un puesto de exclusividad de la Parmalat para la zona de Marano. En una conversaci¨®n telef¨®nica registrada por los magistrados de la DDA (Direcci¨®n Antimafia) de N¨¢poles en oto?o de 2003, Gala presum¨ªa de su calidad de agente: "Los he quemado a todos, somos los m¨¢s fuertes del mercado".
Las empresas que manejaba, en efecto, ten¨ªan la seguridad de estar presentes en todo el territorio que ¨¦l cubr¨ªa y la garant¨ªa de un elevado n¨²mero de pedidos. Por otra parte, los comerciantes y los supermercados estaban encantados de negociar con Peppe Gala, porque ofrec¨ªa descuentos mucho m¨¢s altos sobre el precio de la mercanc¨ªa, al tener posibilidades de presionar a las empresas y a los proveedores. Al ser un hombre del Sistema, el Showman pod¨ªa garantizar, ya que controlaba tambi¨¦n los transportes, precios ajustados y entregas puntuales.
El clan no impone con la intimidaci¨®n el producto que decide adoptar, sino con la conveniencia. Las empresas representadas por Gala declaraban haber sido v¨ªctimas del crimen organizado de la Camorra, y haber recibido ¨®rdenes de los clanes. Pero si se observan los datos comerciales -que se pueden encontrar en los datos de Confcommercio- se puede comprobar que las empresas que se hab¨ªan dirigido a Gala en el lapso de tiempo que va de 1998 a 2003 han registrado un incremento en las ventas anuales de entre un 40% y un 80%. Con sus estrategias econ¨®micas, Gala consegu¨ªa incluso resolver los problemas de liquidez monetaria de los clanes. Lleg¨® a imponer un recargo sobre el panettone en la ¨¦poca navide?a para poder dar una paga extra a las familias de los detenidos afiliados al clan Nuvoletta. Pero el ¨¦xito fue fatal para el Showman. Intent¨®, seg¨²n cuentan algunos arrepentidos, tener la exclusiva tambi¨¦n en el mercado de la droga. La familia Nuvoletta no quiso saber nada de eso. Lo encontraron en enero de 2003 quemado vivo en su coche.
Los Nuvoletta son la ¨²nica familia de fuera de Sicilia que se sienta en la c¨²pula de la Cosa Nostra, no como meros aliados o afiliados, sino estructuralmente ligados a los de Corleone, uno de los grupos m¨¢s poderosos en el seno de la Mafia. Tan poderosos que los sicilianos, seg¨²n las declaraciones del arrepentido Giovanni Brusca, cuando empezaron a organizarse para poner bombas en media Italia, a finales de los a?os noventa, pidieron la opini¨®n de los de Marano, as¨ª como su colaboraci¨®n. Los Nuvoletta consideraban la idea de poner bombas una estrategia demencial, m¨¢s relacionada con favores pol¨ªticos que con resultados militares efectivos. Se negaron a participar en los atentados y a dar apoyo log¨ªstico a los terroristas. Un rechazo que expresaron sin sufrir ning¨²n tipo de violencia. El propio Riina implor¨® al boss Angelo Nuvoletta que interviniera para corromper a los magistrados de su primer macroproceso, pero tampoco en este caso los de Marano acudieron en ayuda del ala militar de los Corleone. En los a?os de la guerra interna de la Nuova Famiglia, despu¨¦s de la victoria de Cutoio, los Nuvoletta mandaron llamar al asesino del juez Falcone, Giovanni Brusca, boss de San Giovanni Jato, para que eliminara a cinco personas en Campania y disolviera a dos en ¨¢cido. Le llamaron como otros llaman al fontanero. ?l mismo revel¨® a los jueces la estrategia para deshacer a Luigi y Vittorio Vastarella: "Dimos instrucciones para que se compraran cien litros de ¨¢cido muri¨¢tico; se necesitaban contenedores met¨¢licos de doscientos litros, normalmente destinados a la conservaci¨®n del aceite, con la parte superior cortada. Seg¨²n nuestra experiencia, en cada contenedor deb¨ªan verterse 50 litros de ¨¢cido, y como estaba previsto que se suprimiera a dos personas, mandamos preparar dos bidones".
'Accionariado popular'
Los Nuvoletta, aliados con los subclanes de los Nettuno y de los Polverino, tambi¨¦n hab¨ªan renovado el mecanismo de las inversiones en el narcotr¨¢fico, creando un aut¨¦ntico sistema de accionariado popular de la coca¨ªna. La DDA de N¨¢poles, en una investigaci¨®n de 2004, demostr¨® que el clan, por medio de intermediarios, hab¨ªa permitido a todos participar en la compra de las partidas de coca. Jubilados, empleados, peque?os empresarios daban dinero a algunos agentes que luego lo invert¨ªan de nuevo en la compra de partidas de droga. Invertir una pensi¨®n de 600 euros en coca significaba recibir el doble al cabo de un mes. No hab¨ªa m¨¢s garant¨ªas que la palabra del intermediario, pero la inversi¨®n era sistem¨¢ticamente ventajosa. El riesgo de perder el dinero no era comparable con el beneficio recibido, sobre todo si se med¨ªa con los intereses que se habr¨ªan recibido de haber depositado el dinero en un banco. Las ¨²nicas desventajas eran de tipo organizativo: los paquetes de coca a menudo eran vigilados por peque?os inversores, una forma de camuflar los dep¨®sitos y hacer pr¨¢cticamente imposible las capturas. Los clanes de la Camorra hab¨ªan conseguido as¨ª ampliar su c¨ªrculo de capitales para invertir, implicando tambi¨¦n a una peque?a burgues¨ªa alejada de los mecanismos delictivos, pero cansada de confiar sus peculios a los bancos. Tambi¨¦n hab¨ªan transformado la distribuci¨®n al por menor. Los Nuvoletta-Polverino hicieron de las barber¨ªas y los locales de bronceado los nuevos centros minoristas de la coca. Los beneficios del narcotr¨¢fico se invert¨ªan despu¨¦s, por medio de algunos testaferros, en la compra de apartamentos, hoteles, cuotas de sociedades de servicios, escuelas privadas e incluso galer¨ªas de arte.
La organizaci¨®n controla la mitad de las tiendas de N¨¢poles
EL SISTEMA hab¨ªa conseguido tambi¨¦n transformar la cl¨¢sica extorsi¨®n y las l¨®gicas de la usura. Comprendieron que los comerciantes necesitaban liquidez, que los bancos eran cada vez m¨¢s r¨ªgidos, y se introdujeron en la relaci¨®n entre proveedores y comerciantes. Los comerciantes que tienen que comprar sus propios art¨ªculos pueden pagarlos al contado o con letras de cambio. Si pagan al contado el precio es menor, entre la mitad y dos tercios del importe que pagar¨ªan en letras de cambio. En esta situaci¨®n, el comerciante tiene todo el inter¨¦s en pagar al contado y la empresa vendedora tiene el mismo inter¨¦s. El dinero en efectivo es ofrecido por los clanes a un tipo medio del 10%. De esta forma se crea autom¨¢ticamente una relaci¨®n contractual entre el comerciante comprador, el vendedor y el financiador oculto, es decir, los clanes. Los beneficios de la actividad se reparten al 50%, pero puede ocurrir que el endeudamiento haga que ingresen comisiones cada vez mayores en las arcas del clan y que, al final, el comerciante se convierta en un simple testaferro que recibe un sueldo mensual. Los clanes no son como los bancos, que se cobran la deuda arramblando con todo; utilizan los bienes dejando que trabajen en ¨¦l personas con experiencia que han perdido sus bienes. Seg¨²n las declaraciones de un arrepentido, en la investigaci¨®n de la DDA de 2004, el 50% de las tiendas, s¨®lo en N¨¢poles, est¨¢ dirigido por la Camorra.
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