La historia del polic¨ªa "profesional"

Imanol Olaizola est¨¢ marcado por el movimiento euskalzale que desemboc¨® en el Renacimiento vasco de los a?os veinte. Pero tambi¨¦n por la represi¨®n que Franco ejerci¨® en toda su familia. "Mi padre y mi hermano tuvieron que marchar al exilio, de donde regresaron pasados bastantes a?os", recuerda quien se qued¨® con 16 a?os sin familia cercana. Se traslad¨® entonces a vivir a casa de tres de sus t¨ªos maternos, que estaban solteros. "Y aunque no ten¨ªan vinculaci¨®n alguna con la pol¨ªtica tambi¨¦n nos toc¨® lo nuestro", recuerda.

Aquel joven donostiarra vi¨® como deten¨ªan a sus t¨ªos y les encarcelaban s¨®lo por ser parientes de Jos¨¦ Olaizola, que hab¨ªa sido concejal. "No se iba a exiliar mi padre; imag¨ªnese, si una familiar escuch¨® en una ocasi¨®n a un jefe de Falange decir que si mi padre no se hubiera marchado, 'le habr¨ªamos limpiado el forro', as¨ª, como suena", recuerda. La multa que les impusieron fue de 50.000 pesetas, "de las de entonces", apunta. Al final, consiguieron rebajar la sanci¨®n.

Pero ah¨ª no acab¨® todo. La presi¨®n continu¨® durante aquellos a?os. En el verano de 1937 aparecieron en casa un requet¨¦ con su boina roja, un falangista con su camisa azul, un tradicionalista con su boina verde y un polic¨ªa "profesional", cuenta. "Digo lo de profesional porque, despu¨¦s de hacer el registro, nos llevaron a todos al sal¨®n, donde hab¨ªan hecho un petate con todas las joyas de la casa. Entonces, el polic¨ªa les dijo a los otros tres que aquello era nuestro, que no se lo pod¨ªan llevar. Efectivamente, era un polic¨ªa profesional", concluye Olaizola mientras acaric¨ªa algunas piezas de aquella plater¨ªa que hoy conserva en su casa y no se encuentran en la de ning¨²n requet¨¦, falangista o tradicionalista.