Oso tierno, hombre libre
La importancia de Brassens no remite 25 a?os despu¨¦s de su muerte
El 29 de octubre de 1981 fallec¨ªa Georges Brassens, figura excepcional de la canci¨®n. Est¨¢ enterrado en S¨¨te, su ciudad natal, aunque no en el cementerio sobre el Mediterr¨¢neo en el que yace el poeta Paul Val¨¦ry, sino en el conocido como "de los pobres". En una canci¨®n ¨¦l hab¨ªa suplicado que lo enterraran en la playa. La muerte era asunto recurrente en sus canciones. Veinticinco a?os despu¨¦s no le han olvidado. Georges Brassens da nombre, en m¨¢s de 500 ciudades y pueblos de Francia, a calles, paseos, plazas, parques, escuelas, bibliotecas, teatros...
Apenas voz, guitarra y contrabajo. Una r¨ªtmica impecable y sobria. Para que nadie se distrajera de lo esencial: el texto. En su pasaporte, como profesi¨®n, pon¨ªa "hombre de letras". Amor por la palabra. La perfecci¨®n del idioma en una poes¨ªa a la vez popular y refinada. En 1963, la editorial Seghers le dedic¨® uno de los vol¨²menes de su colecci¨®n Po¨¨tes d'aujourd'hui. Y, en 1981, Garc¨ªa M¨¢rquez public¨® en EL PA?S un art¨ªculo que empezaba diciendo: "Hace algunos a?os, en el curso de una discusi¨®n literaria, alguien pregunt¨® cu¨¢l era el mejor poeta actual de Francia, y yo contest¨¦ sin vacilaci¨®n: Georges Brassens".
Obrero, hijo de alba?il, siempre quiso ser invisible para los poderosos
Garc¨ªa M¨¢rquez: "Uno me pregunt¨® cu¨¢l era el mejor poeta de Francia. Brassens, contest¨¦"
Brassens fue el inconformista que, con crudeza y ternura, dec¨ªa mierda o puta -"lo ¨²nico que no me gustan son sus palabrotas", se lamentaba su madre-. Autor de canciones como Chanson pour l'Auvergnat o La mauvaise r¨¦putation, vendi¨® 20 millones de discos en vida, pero no le importaron dinero ni honores. Hombre libre, Georges Brassens quiso ser invisible para los poderosos.
Nacido en 1921 en el sur, hijo de un alba?il, con 18 a?os march¨® a Par¨ªs y trabaj¨® como obrero en Renault. Fueron a?os ingratos los de la ocupaci¨®n alemana y la posguerra. A finales de los cincuenta a nadie le interesaban sus textos. Hasta que la cantante Patachou le anim¨® a cantarlos ¨¦l mismo. Y llegaron los discos, los recitales, las giras, el ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico.
Su obra denuncia la hipocres¨ªa de una sociedad y sus convenciones, el puritanismo y la falsedad. Un canto contra la autoridad, sea clerical, militar o policial. Su horror ante la masa. "M¨¢s de cuatro ya es una banda de gilipollas", dec¨ªa, conocedor profundo de la condici¨®n humana: "En mi pueblo sin pretensi¨®n / tengo mala reputaci¨®n. / Haga lo que haga es igual / todos lo consideran mal. / Yo no pienso, pues, hacer ning¨²n da?o / queriendo vivir fuera del reba?o. / No, a la gente no gusta que / uno tenga su propia fe", (La mauvaise r¨¦putation). A finales de los cuarenta, escribi¨® Le gorille, una canci¨®n contra la pena de muerte prohibida en las radios francesas hasta 1955. Ahora, y desde hace 25 a?os, sus textos se estudian en las escuelas de la Rep¨²blica. Y se presentan tesis doctorales en pa¨ªses tan distantes como Australia o Estados Unidos.
Es una referencia obligada, como reconoc¨ªa Llu¨ªs Llach. Artistas de medio mundo -m¨¢s de 800 tiene censados la directora del Espace Brassens, en S¨¨te- cantan sus canciones. En castellano lo han hecho Joaqu¨ªn Carbonell, Javier Krahe, Eduardo Peralta o Paco Ib¨¢?ez -el s¨¢bado le cant¨® en L'Auditori de Barcelona, donde hasta el d¨ªa 12 puede verse la exposici¨®n Lorsque Georges Chantait-. Anje Duhalde lo grab¨® en euskera, Josep Maria Espin¨¢s y Miquel Pujad¨®, en catal¨¢n.
Est¨¢ vigente su mensaje contra esas buenas costumbres que esconden tantos atropellos. De la tradici¨®n medieval de Fran?ois Villon y Rabelais, recuper¨® Brassens a borrachos y ladrones. Los marginados tuvieron siempre su afecto. Garc¨ªa M¨¢rquez cont¨® que lo hab¨ªa visto en persona una vez, cuando su primera presentaci¨®n en el Olympia: "Y ¨¦se es uno de mis recuerdos irremediables. Apareci¨® por entre las bambalinas como si no fuera la estrella de la noche, sino un tramoyista extraviado. (...) Un oso tierno, con los ojos m¨¢s tristes que he visto nunca y un instinto po¨¦tico que no se deten¨ªa ante nada".
LIBROS, DISCOS Y DVD
- Putain de toi (Mercury, 2006). Veinte de sus canciones por Yann Tiersen, Arhur H, Miossec, Olivia Ruiz
o Carla Bruni.
- Elle est ¨¤ toi cette chanson (Mercury, 2006). Toda la obra que grab¨® en estudio en 15 discos compactos.
- Elle est a toi cette chanson (Universal, 2004). Tres DVD de
actuaciones en las televisiones francesa, belga y suiza.
- Oeuvres compl¨¨tes
(Le Cherche Midi, 2006). Las letras de todas sus canciones, as¨ª como poemas, novelas, cartas...
- Brassens, le regard de Gibraltar (Fayard, 2006). Confesiones del que fue su amigo, hombre de confianza y ¨¢ngel de la guarda.
- Brassens me disait,
de Mario Poletti (Flammarion, 2006). M¨¢s de 250 fotograf¨ªas, desde la infancia, y documentos in¨¦ditos.
Babelia
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